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Se suceden las reacciones ante la imputación del concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset, por el fallecimiento de un trabajador durante el montaje de las gradas para los conciertos de Viveros de la Gran Fira de 2017. Esta mañana ha sido València en Comú (VALC) la tercera pata del tripartito que rige el Consistorio, la formación que ha empujado al concejal a la dimisión si se le abre juicio oral. «Cada partido tiene su propio código ético, pero si pasara en VALC, tendría que poner su cargo a disposición del partido si se le abre juicio oral», ha señalado María Oliver, portavoz de la formación en el Consistorio.
«Los concejales asumimos la responsabilidad derivada del ejercicio de nuestro cargo y ninguno estamos libres de accidentes», ha dicho la concejala, que ha pedido que las imputaciones de los ediles «no puede derivar el foco del modelo de ciudad que queremos». Sin embargo, sí ha sido clara al hablar de que el código ético de su partido abocaría a un concejal a dimitir si se encontrara en la misma situación que Fuset y se decidiera abrirle juicio oral.
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