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PACO MORENO
VALENCIA.
Jueves, 27 de junio 2019, 00:58
Menos vecinos y con más velas en la tarta. Esa es la conclusión al leer el informe realizado por el Ayuntamiento sobre la población de Valencia a 1 de enero de este año. La primera sorpresa es que el padrón ha bajado en 2.802 residentes respecto a la misma fecha de 2018, con lo que se rompe la tendencia ascendente desde 2015, cuando tras el final de la crisis económica volvieron las cifras positivas de inmigración. Ahora, la capital llega a los 795.736 empadronados.
El aumento se ha frenado en seco prácticamente en todos los barrios de Valencia. Sorprende que la zona más afectada por la bajada, al menos porcentualmente, sea el Cabanyal y el Canyamelar, que pasa de 20.140 a 19.497 vecinos, la peor desde que aparecen los registros en el estudio. La pérdida de 643 personas empadronadas no tiene explicación salvo que se relacione con el incremento en el precio de los alquileres y la venta por metro cuadrado.
Si existe una zona en la ciudad por la que ha apostado el gobierno municipal, esa es el distrito Marítimo. Las inversiones públicas se han concentrado los últimos años en un puñado de calles, que se han favorecido de obras de reurbanización. Además, más de 600 viviendas han sido reformadas con ayudas de distintos planes del Consistorio, la Generalitat y la Unión Europea. Eso no ha sido suficiente para retener a los vecinos, a la vista de estas cifras.
Una de las explicaciones puede ser el aumento del precio de la vivienda, lo que se ha agudizado en este barrio. El mismo Ayuntamiento, en el apartado de la evolución de las viviendas libres, refleja un claro incremento desde el primer trimestre de 2018. Así, se ha pasado entonces de 1.233 euros el metros cuadrado a 1.408 euros en el última estimación realizada por el Ministerio de Fomento para Valencia.
El incremento de población en los barrios se puede contar con los dedos de la mano. La Xerea y Sant Francesc en el centro, así como el Calvari en Campanar o Sant Pau en el mismo distrito. También Ciudad Universitaria en en el distrito de Pla del Reial, junto con Tres Forques, San Isidro, Fuente de San Luis o Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde en este último caso se produce el mayor incremento de todos.
La segunda parte de esta situación es el envejecimiento de la población. En Valencia ya viven 165.814 personas mayores de 64 años, lo que supone un ligero incremento sobre el ejercicio anterior. Respecto a la población total, equivale al 20,8% y explica también la reducción de habitantes.
Las asociaciones vecinales son las primeras que demandan al Consistorio el refuerzo de una serie de servicios enfocados para estos residentes. La Federación vecinal reclama que todas las obras de reurbanización y equipamientos públicos tengan en cuenta la circunstancia de una población cada vez más mayor.
Más grave que lo anterior es el número de mayores que viven solos. El mismo informe habla de 43.630 personas, medio millar más que el ejercicio anterior. Se trata de un drama que afecta a uno de cada cuatro jubilados, que no están en residencias ni con miembros de la familia u otros jubilados. Para ellos se crearon especialmente programas públicos de asistencia a domicilio, alarmas portátiles que sirven para ser accionadas en caso de caída, por ejemplo, o un servicio consistente en llevar la comida hecha.
En cifras totales, este ejercicio se han contabilizado más que en 2017, cuando ascendieron a 42.554 jubilados que están solos. Sirva el detalle de que en esta situación hay 1.009 personas con más de 95 años, de las que la inmensa mayoría son mujeres. En cuanto a los que viven en residencias, en Valencia hay registrados 1.812 casos, lo que refleja también el enorme déficit que hay de este tipo de instalaciones, tanto públicas como privadas.
Respecto a los datos obtenidos, se observa en las tablas de evolución el efecto en el número de personas mayores de 64 años que la Guerra Civil tuvo sobre la natalidad. Los autores del informe añaden que «las inversiones, tanto privadas como públicas destinadas a esta población (de mayores), no han dejado de crecer en los últimos años; esperamos que la información que se ofrece sea de utilidad para los agentes que en nuestra ciudad trabajan con este sector de población y que les pueda servir para planificar su labor».
Echando la vista atrás, las 165.814 personas jubiladas que viven en Valencia duplican a las que había en 1981. Así de rápido ha sido el envejecimiento de Valencia en poco menos de 40 años, donde casi no se puede distinguir entre distritos. La media de la capital es del 20,6% de la población por encima, aunque en algunos distritos está muy por encima. Es el caso de Extramuros, con un 23,4%, el mismo porcentaje que Algirós, Zaidía o Pla de Reial.
Por debajo se encuentran Campanar, Poblados Marítimos, Rascanya o Benicalap, que se sitúan con cifras inferiores a la media de Valencia. La inmigración es uno de los motivos principales de esta circunstancia. A modo de anécdota, los distritos donde hay más mujeres en relación con el número de hombres son Ciutat Vella, Ensanche y Extramuros, este último en primer lugar de este listado, influenciado sobre todo por las mayores de 64 años.
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