El calor se ha prolongado este año en Valencia con noches que superan los 20 grados centígrados esta misma semana y lo mismo ha sucedido con las quejas vecinales por la presencia frecuente de plagas en las calles. Ratas, cucarachas y mosquitos se encuentran en su salsa ... con las altas temperaturas y hasta el pasado septiembre se habían contabilizado 304 avisos directos de residentes que literalmente ya no podían aguantar más, al margen de las actuaciones habituales de la contrata municipal.
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El mapa de los insectos en Valencia es una cuestión complicada, dado que se basa en las alertas vecinales y la comprobación por parte de los técnicos de las mordidas en el veneno colocado, como es el caso de las ratas, como señalan en este caso fuentes de la concejalía de Sanidad.
En todo caso, uno de los lugares donde predominan las plagas es el distrito Marítimo debido a su orografía, al ser el lugar de Valencia más cercano al mar. El subsuelo es más inestable y eso incide en el mantenimiento del alcantarillado, con roturas como se ha visto en las obras de reurbanización estos últimos años.
La combinación del fuerte calor y la adaptación de algunas especies a los venenos empleados hasta ahora, como ha sucedido con las cucarachas como publicó LAS PROVINCIAS, es clave para entender la alerta vecinal, a lo que se une la transición de una contrata hacia otra sin adjudicar todavía que, según afirma el Ayuntamiento, tendrá más recursos y respuesta ante lo que se ha convertido en un problema habitual en todos los barrios.
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Los expertos elaboran el mapa de las plagas en Valencia con el criterio de lo que denomina umbral de población se consideran plagas. Según fuentes conocedoras de la lucha contra estos animales, en la ciudad nunca se ha superado esa línea roja, que es de tres ratas por habitante, de más de cien picaduras de mosquito al mes atendidas en los centros de salud y de paredes de las bocas de alcantarilla llena de cucarachas. Por fortuna, en una ciudad civilizada eso no pasa, aunque sí el incremento de las quejas de los residentes por los nidos de ratas, como sucedió en el barrio de Fuensanta o en lugares tan céntricos como el bulevar de la Gran Vía Marqués del Turia y varios tramos del viejo cauce.
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Lo cierto es que los servicios municipales han admitido verse «desbordados» por aumento de cucarachas debido a una eclosión sin precedentes tras el verano, lo que ha obligado a Sanidad a pedir más dinero para la contrata.
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El mapa del mosquito en Valencia se extiende a toda la ciudad, aunque la contrata tiene contabilizados hasta 300 lugares donde fumigan de manera preventiva, además de una treintena de alto riesgo por la acumulación de personas o su vulnerabilidad, como puede ser el Hospital La Fe y la estación Joaquín Sorolla.
El factor determinante para dibujar este mapa es el agua. Las acequias de la Albufera son lugares de actuación preferente, aunque todo se complicó desde la entrada en acción del mosquito tigre, dado que en un palmo de agua es capaz de depositar las larvas. El plato de una maceta, la parte inferior de un neumático abandonado o incluso los restos de lluvia en el marco de una ventana. Esto desbarató los planes y obligó al Ayuntamiento a una ordenanza específica, que permite por ejemplo que la contrata entre en una propiedad privada para atajar un foco de mosquitos.
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El nuevo contrato duplica la dotación económica porque el paso del tiempo ha hecho que algunos insecticidas, como el que se usa contra las cucarachas, hayan quedado casi inservibles. En este último caso, las empresas especializadas utilizan una pintura con veneno que se coloca en las bocas de las alcantarillas contra las cucarachas, lo que en ocasiones hace que salgan corriendo de las alcantarillas. Por eso, explican, se ven más. Además, los operarios de la contrata fumigan las cerca de 180.000 bocas de alcantarilla de que dispone la ciudad al menos dos veces al año. Este es un requisito mínimo que habrá en la nueva contrata ahora en evaluación.
Lo mismo hacen con el tratamiento contra roedores, que está compuesto por un cebadero con comida envenenada. En este caso, la inteligencia de las ratas, muy elevada, obliga a que los especialistas sean más listos que ellas: van moviendo los comederos entre bocas de alcantarilla para que los roedores no sepan qué comida está envenenada y cuál no. Explican, en este sentido, que la llegada del invierno hace que las ratas hagan acopio de comida, por lo que están más activas que el resto del año, de ahí, aseguran, el aumento de quejas en la ciudad en barrios como la Fuensanta o el paseo de la Alameda.
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Y luego están las especies que no están consideradas como una plaga a pesar de que provocan numerosas quejas vecinales. En Valencia hay unas 24.000 palomas, según datos de la concejalía de Bienestar Animal. En lugar de realizar capturas y sacrificarlas, se puso en marcha un programa de utilización de pienso esterilizante instalado en 16 comederos por toda la ciudad.
Su funcionamiento es óptimo, a tenor siempre de las cifras facilitadas por el Consistorio. En 2019 había una estimación de 29.300 palomas y en 2021, 24.758. La propia concejalía alerta de que la densidad de estos animales «sólo alcanza valores elevados en puntos muy concretos, habitualmente relacionados con el comportamiento incívico de ciertos ciudadanos», en referencia a los que dejan montones de pan en algunas plazas y jardines.
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En cuanto a los métodos para reducir las plagas, primará el control biológico, obligado hace años en el parque de la Albufera. Para las cucarachas, cada tratamiento deberá incluir como mínimo actuaciones sobre las 75.000 trapas de alcantarillado y 65.000 registros situados en las aceras.
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La falta de poda en árboles y palmeras ha facilitado sin duda la eclosión de ratas en jardines, un problema que se hace más visible para los vecinos. La nueva contrata deberá colocar veneno para roedores al menos en la mitad de los pozos de alcantarillado, aunque las quejas están muy lejos de reducirse. El retraso en la adjudicación de la contrata ha jugado en contra de los barrios, con ramas de árboles que literalmente se meten por las ventanas, lo que aumenta los nidos de roedores en toda Valencia.
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