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En 2016, el Ayuntamiento contó en Valencia un total de 3.476 terrazas de bares para cobrar la tasa por la ocupación de espacio público. ... Este año, la cuenta ha ascendido a 4.093 negocios con mesas y sillas en las calles. En ese lapso de nueve ejercicios, el incremento es de 617 recibos más, lo que se explica por el desarollo del turismo y la expansión permitida durante la pandemia. En el reverso, las quejas vecinales se han disparado.
Dentro de un presupuesto que supera los mil millones de euros, los ingresos previstos de 2,8 millones no suponen tanto, aunque desde la asociación Amics del Carme, una de las más críticas con lo que consideran un exceso de ocupación de calles y plazas, destacan que encima hay un índice de morosidad muy alto. «El pasado año estaba previsto ingresar 2,7 millones y se dejó de cobra más de medio millón». sostienen desde la entidad.
La progresión de las terrazas en Valencia ha sido constante. Si en 2016 había contabilizadas las 3.476 citadas, un año después eran 3.553 recibiso, para psara a 3.545, 3630 y 3.764 sucesivamente. La pandemia lo revolvió todo con una serie de permisos para coger más espacio en la calle y exención de pago, para pasar a 2022 con un total de 3.864 recibos y el pasado ejercicio alcanzar los 3.913 casos. La subida en un solo ejercicio es pues de 180 negocios hosteleros más con terrazas, lo que ha supuesto romper la barrera de las 4.000 por primera vez.
Fuentes de la Coordinadora de Ocio y Hostelería señalaron que para este colectivo «el peso de las terrazas y su supuesto carácter conflictivo está sobredimensionado y se convierte en el centro de atención de una polémica que tiene poco que ver con los problemas reales».
Argumentaron como ejemplo los datos del último Barómetro Municipal de Opinión Ciudadana. «El problema de las terrazas no aparece entre los 15 problemas más graves que tiene la ciudad y, únicamente, cuando se vincula con las problemáticas concretas de determinados distritos, la contaminación acústica (en su sentido más amplio) aparece en noveno lugar, preocupando al 3,2% de la población».
Como conclusión, comentan que estos datos evidencian que las terrazas «forman parte de nuestro paisaje urbano y de nuestro estilo de vida y, en muchos casos, son la envidia del resto de Europa. Por ello, creemos que deberían protegerse por los ayuntamientos y potenciar las buenas prácticas en su gestión».
De forma opuesta piensa la asociación vecinal Amics del Carme, con el ámbito de acción en el centro de Valencia. Fuentes de este colectivo indicaron que en febrero hicieron públicas las «reiteradas denuncias presentadas a los bares, restaurantes y pubs con ocupación del dominio público. Eran un total de 85 y a día de hoy superamos las 110».
Con esas cifras, subrayaron que a la vista está que, «si no es por el trabajo iniciado con estas denuncias por parte del vecindario, la Policía Local cierra los ojos y se declara en huelga de brazos caídos a la hora de controlar dicha ordenanza».
«En nuestro barrio tenemos una normativa específica porque es una Zona Acústicamente Saturada. El Ayuntamiento debería dedicarse a reducir la cantidad de locales de hostelería y, además, reducir la superficie ocupada por terrazas. Nada de esto está haciendo de oficio», destacaron.
«Desde 2008 que se aprobó provisionalmente la ZAS, Amics del Carme está insistiendo en que se tramiten caducidades de licencias y no se renueven permisos de empleo de la vía pública pero todo es vanamente. Es necesario que el Ayuntamiento aborde el cumplimiento de la normativa aprobada», dijeron. «Hasta ahora, el Ayuntamiento no mueve ni un dedo: parece que no trabajan para el residente, sino para el visitante», subrayaron.
«En la última reunión con el concejal de Movilidad, se le pidió que se respetaran los itinerarios accesibles en Ciutat Vella (una distancia de 1,80m. libre de ocupación desde las fachadas), y la respuesta fue una rotunda negativa». En opinión de la asociación, habría una «reducción drástica de las terrazas en diversa casuística: bares que no tienen mesas en el interior y ocupan hasta 90 metros cuadrados en el exterior; el aforo de clientela en la superficie autorizada, distancia de seguridad entre mobiliario urbano (bancos y papeleras) y arbolado de las terrazas, así como una revisión del horario de cierre en el ámbito de la ZAS».
Las mismas fuentes apuntaron que sería necesaria también la publicación de los datos a través del portal de transparencia: qué locales tienen autorización, qué autorización tienen, cuánta superficie pueden ocupar, cuántas denuncias se han presentado en cada local, cuáles se han tramitado por parte del Servicio de Procedimiento Sancionador; qué consecuencias tienen las denuncias; qué locales están fichados por impago de la tasa de ocupación del dominio público, etc.
Por su parte, desde la asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche, adelantaron una petición al Ayuntamiento que harán de cara a las Fallas del próximo año, en cuanto a la ocupación de las terrazas de la plaza de la Reina. Fuentes de la entidad comentaron que los dos días de la Ofrenda, las mesas y sillas deben ser retiradas a las 14.15 horas, mientras que desde el día 15 hasta el 19 deben hacer lo mismo desde las 11 hasta las 15 horas, con lo que hay negocios que consideran no abrir esos días. «Queremos que el Ayuntamiento considere la alternativa de que se mantengan», señalaron.
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