Valencia vuelve al cole con 150 obras

Si usted ha tenido la suerte de estar todo el verano fuera (bienvenido), habrá visto que Valencia está manga por hombro. Salvo que viva en Campanar o en Aiora, es complicado que viva usted en una calle que no esté en obras o que no tenga una vía levantada relativamente cerca. La ciudad le recibe con 150 calles en obras, algunas de largo recorrido y otras que desaparecerán en pocos días. Y si ha estado de vacaciones, créanos: en agosto ha sido peor.

Porque los nuevos gestores del Ayuntamiento de Valencia se han encontrado con deberes en forma de obras pendientes. Por ejemplo, detectaron que el estado del firme en muchas calles de Valencia era más que mejorable, así que este verano han tenido que gastarse 931.000 euros en arreglar el asfalto de calles de los barrios de Arrancapins, Benimaclet, El Pilar, El Mercat y Gran Vía. En concreto, las obras se harán en Marqués de Zenete, calle de Salas Quiroga, calle de Albacete, calle de Dolores Marqués, calle de Santa Teresa, calle del Peu de la Creu y calle del Mestre Racional. Las dos primeras, por cierto, las visitó este lunes la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, que reconoció que el verano es la época perfecta para estos trabajos «porque así se molesta menos a los vecinos». La previsión es que estos trabajos de reasfaltado terminen esta semana, pero luego se harán en más calles porque el Ayuntamiento ha detectado otros enclaves donde la reforma es necesaria.

Además, el Consistorio ha retomado obras como la del nuevo centro social del Cabanyal y ha emprendido otras nuevas, como la que empezó este mismo lunes en la calle San Vicente Mártir, entre las plazas del Ayuntamiento y de la Reina. Tras escuchar a los comerciantes de la zona que pedían que las obras se hicieran entre septiembre y diciembre para no afectar a la campaña navideña, la concejalía de Ciclo Integral del Agua se ha puesto manos a la obra para acometer unos trabajos de sustitución de una de las canalizaciones de agua potable más antiguas de la ciudad, que en caso de avería o fuga dejaría sin servicio a cientos de clientes. Los trabajos se dividen en varias fases. La primera se inicia con la canalización de la tubería de distribución en el lado de los números impares de San Vicente Mártir, entre la plaza del Ayuntamiento y la calle Abadía de Sant Martí. Se ocupará la acera y la mitad de calzada de circulación y sólo se permitirá el acceso a vecinos y taxis. Para el resto del tramo hasta la plaza de la Reina, se intentarán solapar según el avance de la obra de la red arterial, cuyo inicio, desde la calle de la Paz, se prevé para el 18 de septiembre.

Esta obra costará 1,3 millones y durará 12 semanas. Se contempla la canalización renovada de 292 metros de tubería de la red de distribución de agua potable, 185 de tubería arterial y otros 178 metros de tubería de la red de usos secundarios o de baja presión, según ha informado el Consistorio. Estos trabajos son tan importantes que obligarán a modificar el recorrido de la procesión del 9 d'Octubre, que tendrá que ir por Barcas, Poeta Querol, Marqués de Dos Aguas y Paz para entrar en la Catedral, donde volverá la Senyera para el Te Deum tras ocho años de ausencia.

Lo normal cuando a uno le afectan las obras es pensar que sólo le afectan a él. Es normal. Pero no es real. Si usted se siente agraviado, póngase en el lugar de los vecinos de las calles Alicante y Castellón. O de sus comerciantes. A ver quién dice nada cuando las obras son porque están construyendo un cañón peatonal, que es el nombre rimbombante que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana ha dado a la conexión peatonal entre las estaciones de Xàtiva y Alicante. Es una obra tremendamente compleja desde el punto de vista de la ingeniería que la calle Alicante va a estar un año cortada al tráfico, mientras que en Castellón se va a hacer acopio de materiales durante el mismo periodo de tiempo. Los comerciantes se sienten agraviados: en esas calles hay una conocida tienda de disfraces, por ejemplo, que ve que tanto en Halloween como en Carnavales, su época de más trabajo, va a estar encajonada entre vallas de obra.

Pero si hay una zona de la ciudad donde las obras son mayoritarias, esa es el Marítimo. En el entorno de la estación del Cabanyal hay programadas, para este otoño, un total de 23 obras, entre la reurbanización de la propia rotonda y trabajos en calles como Millars (terminarán el 27 de octubre), Martí Grajales (finalizarán entre dentro de una semana y el 31 de octubre), Marino Blas de Lezo y Manuela Estellés (estarán listas a mediados de febrero del año que viene). A estas zanjas hay que sumar las que hay en los alrededores del propio mercado del Cabanyal: los trabajos en Marí Sirera, Ernest Anastasio y Justo Vilar terminarán el 31 de octubre. Las de Vicente Gallart, por ejemplo, han de estar terminadas el 15 de septiembre.

En el norte de la ciudad, Benicalap también acoge decenas de obras, todas ellas relacionadas con la renovación de las canalizaciones de agua en el entorno de la avenida de Burjassot. Estos trabajos, que se dan en calles como Josep Grollo, Poeta Serrano Clavero, Rosers o Agulletn, entre otras, han de estar terminadas el 15 de septiembre.

Y se pondrán en marcha más, porque además del asfaltado que comentábamos antes, el Consistorio tiene que ver qué hace con grandes reurbzaniciones planteadas por PSPV y Compromís, en calles como Ausiàs March, Giorgeta, San Vicente o Pérez Galdós. A estas obras hay que sumar el soterramiento de las vías del tren en el Grao o la eliminación del puente sobre las vías de la estación del Norte. Estas dos últimas, además, supondrán la prolongación de grandes avenidas hasta el mar, como la Alameda, o la creación de grandes parques urbanos, respectivamente. Y queda pendiente, claro, la ampliación del Parque Central. En unos años, a Valencia no la va a conocer nadie.

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