Vandalizan con pintadas el nuevo hotel Casa Vella de Valencia

El Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural ha denunciado la situación a través de su perfil de la red social X (antes Twitter) con una publicación en la que se aprecia la mancha marrón de un grafiti ilegal sobre la pared azul del ahora alojamiento. «Poco ha durado sin pintadas. Casa Vella (BRL), objetivo de los idiotas pintamonas. Siguen campando a sus anchas. Urge tomar medidas contundentes contra estos delincuentes», aseveran desde la entidad defensora del patrimonio cultural mencionando a las cuentas de la alcaldesa María José Catalá, el Ayuntamiento y la Policía Local.

Desde el Círculo por la Defensa del Patrimonio comentan a LAS PROVINCIAS que Casa Vella ha sido históricamente «el lienzo perfecto para los delincuentes pintamonas» y que, pese a su reconversión en alojamiento y enfrentarse a este tipo de actos vandálicos, no aprecian «ningún avance para hacer frente y perseguir a aquellas personas que están pintando nuestro patrimonio cultural». Desde la asociación lamentan que al Consistorio le resulte indiferente que las pintadas se realicen sobre un bien privado o bien público y exigen que se constituya una unidad específica de Policía Local para perseguir este tipo de delitos. De hecho, alegan que es una cuestión que han reivindicado «hasta la saciedad desde legislaturas pasadas».

Las mismas fuentes señalan que estas unidades policiales especializadas ya existen en otras ciudades de España y actúan en base a estudios grafológicos de las pintadas para registrarlos en una base de datos y dar con los autores a través de investigaciones por redes sociales. «Aquí la voluntad es cero», lamentan. Además, alertan de que la zona de Pintor Fillol y el entorno de la Plaza del Carmen se ha convertido en una zona especialmente prolífica para los vándalos del aerosol que lo pintarrajean todo, desde puertas de madera, a paredes y balcones: «El centro está que da auténtico asco», sentencian.

Desde el ente por la defensa del patrimonio valoran que se promueva la concienciación y el respeto hacia los bienes culturales. Sin embargo, apuntan a que «sigue faltando la parte punitiva» en referencia a la falta de contundencia en materia sancionadora sobre quienes cometen este tipo de atentados. «Mientras que no haya sanciones, multas, y consecuencias, incluso penales, no se va a conseguir nada. Las buenas palabras, el buenismo, la educación llegan hasta donde llegan...», apostillan.

Tal y como publicó este diario hace tan sólo unas semana, los números 23 y 25 de la calle Roteros y la esquina con Pintor Fillol iban a sufrirán un lavado de cara con la revolución de su uso de la mano de la disruptiva cadena hotelera Axel Hotels. Durante este 2025 se pondrá en marcha un nuevo alojamiento turístico de hoteles para el colectivo LGBTQIA+, es decir, amigable con esta comunidad, «pero abierto a todo el mundo», tal y como reza el lema de la empresa gestora.

La Casa Vella y su edificio colindante pasarán a convertirse en un alojamiento hotelero de cuatro estrellas con capacidad para albergar en su interior un total de 72 habitaciones. Además, entre las dependencias de sus cinco alturas habrá diferentes servicios para el disfrute de los alojados como un bar-restaurante, un 'área para el bienestar' equipada con gimnasio para hacer fitness o instalaciones destinadas al relax de sus inquilinos como un spa y una terraza con piscina.

La reforma integral que ha sufrido el recinto en los últimos tiempos se hace patente a un simple golpe de vista. El número 25 de la calle Roteros ha pasado del abandono, el deterioro y de estar carcomido por los grafitis a tener una nueva capa de pintura azul en la fachada alrededor de un portón de madera. Gracias al buen ritmo de avance de las obras, se intuye que el recinto puede estar abierto al público más pronto que tarde. Fuentes de la empresa gestora afirman a este periódico no tener todavía fecha prevista para la inauguración oficial.

Según puede apreciarse en el trasiego de los operarios encargados de la reforma cuando alguna de las puertas de la finca se mantiene abierta, el interior del complejo ya estaría amueblado y decorado o lo que es lo mismo, listo para abrir sus puertas al público.