Los vecinos de Ciutat Vella denuncian el «descontrol» de casi un centenar de terrazas

Esta situación, señala la asociación en un comunicado «provoca problemas continuados en el espacio público en algunas zonas, en concreto en Ciutat Vella», ya que su entramado particular de calles estrechas y no la utilizan sólo los residentes, sino también muchos turistas y visitantes. «Esto provoca problemas de movilidad entre los viandantes y muchas molestias diarias para los residentes, hasta incluso situaciones peligrosas, ya que el espacio de las aceras se ve reducido por sillas, mesas, tablones, pizarras, publicidad y otros objetos decorativos de bares, pubs, cafeterías, restaurantes y otros negocios», aseguran en su protesta.

«Que no se pueda pasar con un carrito de bebé, una silla de ruedas, el carrito de la compra o dos personas juntas por la acera obliga a bajar a la calzada, con las molestias y el peligro que comporta para su seguridad», indican los vecinos. «Hemos detectado diversos puntos negros, como la plaza del Tossal, plaza del Negrito, calle Sant Miquel, Conde de Almodóvar, plaza Rodrigo Botet y plaza del Ayuntamiento», añade la asociación.

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Álex Serrano López

Los vecinos de Ciutat Vella apuntan que están padeciendo «durante mucho tiempo un abuso en la ocupación del dominio público y los responsables de esta situación son dos: los hosteleros abusadores y el ayuntamiento con su connivencia», expresan en esta asociación. Añaden, además, que en el distrito la situación es «completamente anárquica» en comparación a la normativa y que se «incumple de manera continuada la Ordenanza de Ocupación del dominio público», ya que denuncian que no existen marcas verdes que delimiten el espacio autorizado, y si lo hay, las mesas y sillas están fuera de él, por lo que hay un exceso de ocupación de la vía pública.

Además, los vecinos critican que se coloca mobiliario fuera del espacio autorizado y las terrazas incumplen los horarios permitidos«. Por tanto, Amics del Carme dice que hay un exceso de ruido y que la alcaldesa, María José Catalá »no hace nada por ponerle remedio«, indican.