Una motocicleta abandonada sobre el asfalto del circuito de Fórmula 1. JESÚS SIGNES

Los vecinos de Nazaret y El Grao denuncian el regreso de las carreras ilegales

Los residentes critican la inseguridad y el ruido generado por los vehículos mientras reclaman más vigilancia policial en el circuito de F1 y la Marina Sur

Pablo Alcaraz

Valencia

Miércoles, 25 de septiembre 2024, 00:17

Los fantasmas del pasado en forma de derrapes, acelerones y hedor a tubo de escape vuelven a verse, escucharse y olerse en las inmediaciones del antiguo circuito de la Fórmula 1 de Valencia. Realmente, el espectro de las carreras ilegales se dejaba ver por ... el trazado del complejo de manera esporádica. Pero la inseguridad y el ruido generados por este tipo de actividad ilícita nunca abandonaron por completo un recinto tirado de la mano de Dios desde hace ya más de 12 años, tal y como atestigua una moto destrozada que se amontona junto a la basura que inunda el asfalto.

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Durante los últimos días, los vecinos de Nazaret y el Grao han sido espectadores de lujo del retorno por todo lo alto de este tipo de acontecimientos al margen de la ley. Los residentes de la zona tienen calado el perfil de los conductores que participan en estos eventos ilegales a velocidades prohibidas por la normativa de seguridad vial. «Se trata de un grupo de gente joven, de entre seis y ocho personas con coches y motos potentes», comenta el vicepresidente de la asociación vecinal del Grao, Sento Martínez.

Desde la otra entidad residencial implicada, el colectivo vecinal de Nazaret, su portavoz Julio Moltó explica que las carreras producen inseguridad en la zona, sobre todo, a los paseantes, los ciclistas o los estudiantes que acuden a centros educativos cercanos. «Los vecinos no quieren arriesgarse a pasar por un lugar inseguro donde puede haber coches haciendo trompos», relata Moltó.

La asociación vecinal del Grao tiene muestras audiovisuales de la contaminación acústica causada por el ruido de los tubos de escape a alta velocidad durante la noche del viernes de la semana pasada. En uno de los vídeos grabados por los residentes de las urbanizaciones próximas a la Marina a los que ha tenido acceso este diario se demuestra que un medidor de sonido marca 73,9 decibelios de pico y no baja de los 68 mientras los faros de una motocicleta a todo gas se pierde por la instalación portuaria. «No se dan cuenta de las molestias que le generan al vecindario», lamenta el vicepresidente de la asociación vecinal del Grao.

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Tramos del circuito urbano de Fórmula 1. JESÚS SIGNES

Por un lado, Martínez explica que han sido los pilotos de motos los que han tenido una mayor facilidad para colarse en el circuito y hacer sus exhibiciones de trucos y velocidad. No obstante, también alerta de que estos actos se han desplazado a otros puntos del trazado en las inmediaciones de la Marina Sur, concretamente a la recta del paseo de la Calma. De hecho, los conductores temerarios ya ni se esconden en la noche para realizar sus piques de alta velocidad junto a los navíos atracados. Según los residentes, durante la tarde también se producen este tipo de carreras ilegales aprovechando que se han quitado los badenes de la vía y se puede circular más rápido.

Desde la Autoridad Portuaria responden que la eliminación de los reductores de velocidad tiene que ver con el triatlón celebrado la semana pasada. Para la celebración de dicha prueba, los organizadores tuvieron que desmontar dichos badenes y aseguran que estos elementos de seguridad vial se volverán a colocar en su lugar a lo largo de esta semana.

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Por su parte, Moltó exige más medidas policiales para identificar a los conductores temerarios que no respetan los derechos de todas las personas a circular por la zona e insta al Consistorio a poner barreras físicas que impidan el acceso de vehículos al circuito. El portavoz del colectivo vecinal de Nazaret expone que actualmente entran coches al trazado a través del puente Cuc de Llum, que en otros tiempos era la entrada al recintos desde los barrios de Nazaret y Moreras. Asimismo, Moltó recuerda que el paso por dicho tramo sólo puede realizarse en bicicleta o a pie: «No hay carteles ni impedimento físico para la circulación de coches y motos. Se deberían tomar medidas mientras se espera de que salga a exposición pública lo que van a hacer en ese tramo del PAI del Grao«.

Desde finales de la semana pasada, los vecinos tampoco han pasado por alto o inadvertido la presencia de grandes grúas en el interior del circuito que han transitado la zona. Su llegada y su permanencia en el lugar todavía hoy son un misterio y los residentes especulan que los operarios están llevando a cabo la retirada de bloques de hormigón del enclave, tal y como se hizo en anteriores ocasiones con el vallado metálico.

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Críticas al nuevo PAI

Las asociaciones vecinales coinciden en que el Programa de Actuación Integrada del Grao es uno de los mecanismos que podría acabar con la situación de abandono en la que se encuentra el circuito.

A falta de ver cómo se implementa el nuevo proyecto el PAI del Grao, los vecinos de dicho enclave se muestran contrarios al actual planteamiento urbanístico ya que, según Martínez, «disgrega las zonas verdes ya que estas son atravesadas por una barrera en forma de la prolongación de la Alameda». Esto tiene como resultado el impedimento de los viandantes a tener acceso al futuro parque de Desembocadura en su tramo Grao-Moreras.

La asociación vecinal de Nazaret, en palabras de su portavoz, invita a reflexionar sobre la necesidad de que haya tantos carriles proyectados en el PAI mientras defiende que el plan urbanístico tiene que orientarse a recuperar espacio público para uso ciudadano. A su vez, los residentes también abogan porque se lleve a cabo de forma más participativa: «No somos técnicos, pero la veteranía es un grado», resumen.

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Tal y como informaron fuentes municipales a este diario, el desbloqueo del PAI del Grao mantendrá 107.098 metros cuadrados de red viaria, es decir, «los mismos que la propuesta anterior, por lo que es un 'fake' hablar de la creación de una autopista en la ciudad». Desde el Consistorio pusieron de relevancia la apuesta por la creación de un gran delta verde de 160.000 metros cuadrados, que se añadirían a los 200.000 de la finalización del Jardín del Turia hasta su desembocadura, en el año en el que Valencia ostenta la Capitalidad Verde Europea.

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