Veinticuatro horas de bronca política en las redes sociales

Terminó la cabalgata y empezó el lío. PSPV y Compromís protagonizaron un cruce de declaraciones en la noche del martes que terminó con un elocuente silencio desde el Consistorio hasta el mediodía de ayer, cuando ambos partidos emitieron sendos comunicados en los que intentaban apagar el fuego. Sin conseguirlo, porque el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, hablaba de que las aglomeraciones fueron puntuales y que se habían cumplido todas las normas sanitarias y Sandra Gómez, vicealcaldesa y portavoz municipal del PSPV, pedía «asumir responsabilidades».

El edil indicó que las aglomeraciones se dieron «en un momento puntual, en la entrada de los Reyes en la Casa Consistorial, cuando al exterior (al aire libre), las personas que estaban en la plaza, sin convocatoria previa, se acercaron a las vallas colocadas para garantizar la seguridad». «Fue una entrada rápida la de los Reyes Magos al Ayuntamiento, aún así lamentamos la situación que se produjo. Habrá que mejorar los protocolos para asegurar que no haya ningún resquicio, ni siquiera puntual, en que se puedan ver comprometidas las medidas sanitarias, aunque sea al aire libre», dijo Galiana, que apuntó así hacia Sanidad.

Gómez, por su parte, insistió en que ellos pidieron que se anulara el traslado de los Reyes «para evitar cualquier tipo de aglomeración». «Tenemos que reflexionar y anular cualquier tipo de acto público. Desde la Administración pública tenemos que tener un plus de ejemplaridad, coherencia y responsabilidad», dijo la vicealcaldesa. La portavoz municipal del PSPV aseguró que el «doble juego» de «pedir una cosa por la mañana y hacer otra por la tarde», en referencia a las peticiones de más restricciones de Compromís del martes por la mañana en la comisión interdepartamental, «siempre sale mal». «Tenemos que aprender a remar conjuntamente, a asumir los errores de forma colectiva cuando se cometen y a asumir las responsabilidades que tenemos en uno de los momentos más importantes de nuestra historia», dijo. También expresó su «malestar» por el «espectáculo» producido en redes sociales.

Se refería así Gómez al cruce de mensajes en Twitter del martes por la noche, cuando ella, la vicepresidenta primera del Consell, Mónica Oltra; la consellera de Sanidad, Ana Barceló, y la oposición en el Consistorio se enzarzaron en una estridente conversación que duró varias horas. Todo empezó con un tuit de Manolo Mata, síndic del PSPV en Les Corts, que prefería no decir lo que pensaba. Pero se encontró con Oltra, que respondió de forma airada: «Entonces no callemos. ¡Esto es incomprensible! No podemos callar en la situación de gravedad en la que estamos». Hasta el vicepresidente segundo del Consell, Rubén Martínez Dalmau, de Unides Podem, criticó la cabalgata. «Hay que averiguar si el Ayuntamiento de Valencia ha tomado decisiones desafortunadas y pedir en su caso las explicaciones y responsabilidades oportunas», dijo en un mensaje en Twitter.

Pero fue un tuit de Barceló el que terminó por encender la mecha. La consellera señaló que las imágenes «eran evitables si se hubieran cumplido las recomendaciones de Sanidad». «Lamentable», apostilló. Oltra se mostró de acuerdo, pero apuntó que eran evitables y adjuntó una imagen de un decreto del 5 de diciembre en el que Sanidad autoriza las cabalgatas pero evitando aglomeraciones. Eso fue la gota que colmó el vaso para Gómez, que tuiteó interpelando directamente a la vicepresidenta: «Lo que me quedaba por leer. Yo misma he pedido a compañeros tuyos que anularan los autobuses. Por lealtad no he aireado públicamente la discrepancia como tú continuamente haces. Pero es inasumible que encima culpabilices a la consellera de un acto organizado por un compañero tuyo».

Hasta Borja Sanjuán, portavoz del PSPV en Valencia ciudad, dijo claramente que en su opinión la cabalgata no tenía que haberse celebrado. Silencios elocuentes también los de dos destacados miembros del Gobierno municipal: Aarón Cano, concejal de Protección Ciudadana, y, sobre todo, Joan Ribó, alcalde de la ciudad, que tampoco tiene agenda programada para hoy.