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Lola Soriano Pons
Valencia
Jueves, 23 de mayo 2024, 00:18
La cúpula más grande de Valencia y de la Comunitat, la de la iglesia de San Joaquín, más conocida como el templo de Escolapios Carniceros ... por fin ha salido 'de la UCI'. El exterior de un llamativo azul cobalto ha recuperado su esplendor y ya está lista para competir en belleza con la de San Pío V.
El trabajo de recuperación de esta cúpula de 10.000 metros cuadrados ha sido muy artesanal, como detalla el arquitecto que está al frente de la restauración, Luis Cortés. «De las 32.000 tejas que conforman la cúpula, se han tenido que cambiar 7.000 y se han confiado a un artesano de Manises», el resto de tejas de este puzle se han conservado, si bien en algunas se han tenido que hacer reparaciones o recuperación de esmaltado y se ha apostado por mantener el blanco de la zona de los nervios y tres tonos de azules para las nuevas tejas.
Para hacer viable esta recuperación de la cúpula se tuvo que montar un andamio de 75 toneladas y, como describe Cortés, «hemos instalado sensores para poder controlar los posibles movimientos de la cúpula, el CO2, la temperatura y la humedad para poder hacer un seguimiento del comportamiento de la cúpula».
Otro detalle importante es que durante años la linterna estuvo tapiada y ahora se han recuperado los ventanales «y los colores de albañilería de la fachada en tono piedra y también se han recuperado los colores de fábrica, ya que es un edificio del siglo XVIII de Antonio Gilabert que se acabó en 1771», describe.
También ha sido muy importante el tratamiento de las grietas, ya que «había fisuras destacadas en cuatro de los diez sectores de la cúpula. Algunas tenían siete metros de longitud y cabía perfectamente una mano dentro. Para solucionarlo, se han puesto lechadas de cal para rellenar las grietas», añade el arquitecto.
La nueva piel metálica de los andamios ahora mismo se ha trasladado al interior, donde se trabaja en la cúpula, «eso sí se va a actuar en media naranja, desde la altura 24,10 metros hasta los 37 metros, ya que no hay más presupuesto para actuar en la parte más inferior de la cúpula donde se encuentran las esculturas de los apóstoles», detalla Luis Tatay, responsable de Patrimonio de Los Escolapios.
Por lo tanto, se quedará para una futura actuación el trabajo de recuperación de estucos, dorados, esculturas del segundo anillo y paneles decorativos. A pesar de ello, sí han podido sacar a la luz unos medallones circulares que llevan motivos florales dentro «que son muy similares a los que figuran en el Tratado de Sebastián Serlio del siglo XVI. Se dejarán a la vista, se documentarán, para recuperarlos en futuras intervenciones», añade Cortés.
Ahora, en el interior, 18.000 metros cúbicos de la iglesia están rodeadas por andamios «y, una vez rellenadas las grietas, se tiene que acabar el reboco interior».
En principio, para esta intervención contaban con una aportación próxima a los 900.000 euros, con la ayuda del 1% cultural aportado por el Ministerio de Transportes, pero luego se comprobó que algunos de los nervios de la cúpula estaban sueltos y la dotación, que ahora se lleva desde Vivienda, ha aumentado hasta los 1,4 millones de euros.
Si en la parte exterior se ha apostado por implantar sensores, en el interior, se están haciendo catas estratigráficas para conocer los colores originales de la cúpula, «ya que tras la guerra civil hubo una intervención de repaciones y han aparecido ladrillos y morteros modernos. En principio en la linterna ha salido un color rojizo y la cúpula se pintará en función de cómo se determine que eran los colores originales porque ahora mismo el paramento se ve gris, los nervios blancos y entre los nervios destaca el azulón», añade el arquitecto.
El objetivo del arquitecto Luis Cortés, del aparejador, Max Ramírez y de la firma Estudio Métodos de la Restauración (EMR) que también ha trabajado en la Casa dels Bous del Cabanyal o en la restauración de los Santos Juanes, es terminar las obras de Escolapios a finales de verano, pero quedará para próximas campañas actuar en el parte inferior de la cúpula, en el campanario (donde ahora anidan gaviotas) y en el pavimento de la iglesia.
Cabe recordar que las obras comenzaron en noviembre de 2022, con la instalación del andamiaje, la intervención arquitectónica exterior empezó en enero de 2023 y terminó en abril y ahora se actúa en el interior del templo. En noviembre la idea es hacer una exposición de cerámica y del proceso de rehabilitación en el museo de cerámica González Martí y, más adelante, se creará en la iglesia de los Escolapios un museo de la obra donde se podrán ver los ladrillos y tejas utilizados y fotografías de los medallones y dibujos y de los elementos decorativos.
Otra de las ideas de futuro que quieren comprobar, «pero eso ya será el 26 de julio de 2025, es si con las ventanas que se han puesto en la linterna, que antes estaban cegadas,los rayos de luz a las 14 horas, con el cénit solar, llegar al altar de la iglesia en el día de San Joaquín, que da nombre al templo», describen Tatay y Cortés, como ocurre el día de San Miguel en San Miguel de los Reyes o el día de la Asunción de la Virgen en la sala de la prisión del Miguelete.
Desde Escolapios, además, hacen un llamamiento para la gente que quiera hacer donativos para recuperar este importante patrimomnio «ya que la iglesia de Escuelas Pías de Valencia tiene una mayor deducción al ser Bien de Interés Cultural (BIC). Se puede realizar en artescolapio.org/donacion».
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