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Como si se tratara de un organismo vivo que ha estado en hibernación, así hay que considerar al sector turístico en general y al de Valencia en particular. Las cifras de visitantes, pernoctaciones y plazas se acercan poco a poco a las marcas ... anteriores a la pandemia, aunque hay un aspecto llamativo en esta evolución: la oferta de apartamentos ha caído en picado.
Toda una alteración en el mercado de la capital que tiene varios motivos, según explican tanto el presidente de Visit València, Toni Bernabé, como desde la Asociación de Viviendas de Alquiler para Estancias Cortas de la Comunitat. El efecto de la pandemia es claro, indica el primero, al señalar que debido al confinamiento muchos de estos apartamentos pasaron a ser ofertados para alquileres largos. «Ahora dependerá de cuándo firmaron los contratos, para volver al mercado turístico», señaló.
Los segundos están de acuerdo con esta afirmación, aunque añaden una más, como es la presión del Ayuntamiento con órdenes de cese para los que no estén regularizados, es decir, no tengan la compatibilidad urbanística que se exige en el Plan General. Tras alguna sentencia que ha dado la razón al gobierno municipal, mantienen que una disposición de la Ley de Turismo señala con claridad que una vivienda turística no tiene que ver con un apartamento de explotación hotelera. «No se puede interpretar de esa manera el Plan General, llega a convertirse en una desviación de poder», aseguraron.
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Joaquín Batista
Las cifras son claras. Las plataforma digitales habituales tenían una oferta en Valencia el pasado diciembre de 19.156 plazas en apartamentos turísticos, según los datos de Visit València, en un total de 4.485 viviendas. Un año antes, en plena pandemia, se había llegado a las 24.171 plazas y 5.438 pisos.
La caída en picado es todavía más acusada al comparar con lo que pasaba tres meses antes de que el Covid-19 empezara a provocar los confinamientos en todos los países afectados y el cierre de locales hosteleros, una estocada en toda regla al turismo. Entonces Valencia tenía una oferta en las plataformas de 29.094 plazas en 6.494 pisos. El desplome es evidente con un severo ajuste del mercado a unas cifras seguramente más sensatas.
Desde la asociación consultada por LAS PROVINCIAS insisten en las trabas impuestas por el Ayuntamiento para la regularización tienen también una importancia decisiva, una vez que las fronteras comenzaron a abrirse y llegaron de nuevo oleadas de turistas a Valencia. «Conceden licencia a una pensión que ejerce de prostíbulo como se sabe enseguida y no se le persigue, lo contrario de lo que sucede a las viviendas turísticas», dijeron.
El gobierno municipal tiene en marcha una ordenanza para regular este sector que no acaba de culminar. «Las viviendas turísticas ofrecen una buena calidad de servicios», señalaron desde la asociación, para pedir que los criterios de compatibilidad con los que se pueda realizar esta actividad tengan como referencia la Ley de Turismo, en cuanto a la disposición citada.
Bernabé destaca sobre la oferta hotelera que ha aumentado incluso el número de establecimientos respecto a lo que había antes de la pandemia. En febrero de 2020 había en actividad un total de 161 en Valencia, mientras que dos años después habían abierto ocho inmuebles más.
Eso sí, la oferta de plazas es ligeramente inferior, 17.896 frente a 18.774 de entonces. Esto se debe a que todavía hay algún hotel de gran capacidad cerrado, léase por ejemplo el Expo Hotel, mientras han abierto establecimientos 'boutiques' en el centro.
La recuperación del sector en los hoteles parece ya plena y buena muestra de ello es que el Ayuntamiento tramita cada mes una media de dos nuevos establecimientos, un proceso largo que anticipa un par de años de burocracia y obras hasta la apertura al público. El último ejemplo ha sido uno en la calle Jesús, cerca de la Gran Vía Fernando el Católico, aunque hay casos significativos tan importantes como el hotel de lujo que una empresa quiere abrir en pleno centro histórico, junto al Mercado Central, hace ya varios lustros, sin que la haya conseguido todavía debido a los obstáculos administrativos.
Bernabé comenta que la tendencia «comienza a ser buena» este año, aunque se muestra cauto. «No tenemos todavía los datos de abril, aunque sí sabemos que la Semana Santa fue mejor que antes de la pandemia, con una ocupación del 94%». En la misma línea, consideró que el auge de las líneas aéreas es un hecho, con 91 aeropuertos conectados con Valencia frente a los 87 que había antes del Covid-19.
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«Hay una oferta de 2,87 millones de plazas en la temporada de verano, que en el caso de las compañías aéreas va de abril a octubre», subrayó, frente a los 2,72 millones ofertados en 2019. «Este año puede ser muy bueno aunque no podamos recuperar la distancia en las pernoctaciones en los primeros meses», cifrada todavía en un 9% menos. Pero ni lo más optimistas pensaban eso hace escasas fechas, cuando todavía estaban en vigor restricciones por el riesgo de contagio de coronavirus en todo el mundo.
Eso sí, ha entrado en escena un actor inesperado, mejor dicho dos, la invasión de Rusia a Ucrania y la galopante inflación que sufren todos los mercados. «Hay muchas ganas de viajar, pero hay que ser cautos para ver el efecto de todo eso», dijo.
«Todo hace pensar que será bueno, si además acaba pronto la guerra, algo que todos deseamos», señala el experto, para añadir que la recuperación de las plazas hoteleras y, sobre todo, las conexiones aéreas, tiene su origen en la «confianza de los inversores de Valencia como destino turístico. Ven que funciona bien y por eso las líneas aéreas se refuerzan cada vez más».
En cuanto al descenso de las plazas en los apartamentos turísticos, añade que, a falta de un análisis, una de las razones es que esa parte del sector estuviera en un «boom» hasta que el Ayuntamiento inició la regulación. Se han hecho varios cierres y es posible que los que cambiaron (a alquileres largos) vean que no compensa volver».
Uno de los aspectos en los que no está de acuerdo el sector es en la estadística que ofrece Visit València sobre los apartamentos regulados. «Se basan en datos que no son ciertos como hemos demostrado, en estudios incompletos del Instituto Nacional de Estadística», aseguraron. Según estas cifras, en Valencia hay sólo 4.818 plazas reguladas, cuando «en realidad son muchas más; parece que la inmensa mayoría están fuera de la ley, cuando no es así. Eso deberían rectificarlo y así lo hemos pedido», dijeron. Según esta tabla sólo habría 1.089 viviendas turísticas en el registro de la Generalitat.
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El auge de los apartamentos se ha concentrado en el centro histórico, además del entorno de la Ciudad de las Ciencias y el Palacio de Congresos. Son las áreas en las que divide la estadística de Visit València las principales zonas de esta oferta. En la primera, la asociación vecinal Amics del Carme es una de las más activas en cuando a pedir que se limite más. «La preferencia en el uso residencial en Ciutat Vella tiene que traducirse en hecho y esto es con lo que convivimos cada día: plazas privatizadas. ¿Alguien piensa en los vecinos?», indicó un portavoz en referencia a la saturación de establecimientos turísticos en el barrio.
El Plan de Ciutat Vella regula las zonas donde se pueden establecer hoteles y apartamentos, un documento vigente que las entidades vecinales discuten en algunos aspectos por ser demasiado permisiva. Por el contrario, no deja de aumentar la lista de espera para las viviendas de alquiler del Ayuntamiento, que debe recurrir a las ayudas directas en arrendamientos privados para dar salida a todas las solicitudes todos los años.
En las zonas citadas, el último estudio de demanda habla de la tarifa media de una casa completa es de 111 euros en el caso del centro, mientras que en la Ciudad de las Ciencias el máximo es de 110 euros y en el Palacio de Congresos baja hasta los 91 euros. Respecto al pasado año los precios han aumentado en todos los casos, aunque no ocurre lo mismo con la ocupación, donde los apartamentos han empezado con menos fuerza de lo esperado. En Ciutat Vella, por ejemplo, la media diaria ha sido de un 27,9% respecto al total de la oferta. Habrá que esperar pues a ver qué ocurre los próximos meses, aunque esta tendencia puede forzar a los propietarios a pasar al modelo de arrendamientos de larga estancia. En todo caso, la valoración de los usuarios en la plataforma ha mejorar respecto a 2019, cuando había diez mil plazas más. En el entorno de la Ciudad de las Ciencias, por ejemplo, la media ha subido hasta 4,6 puntos sobre cinco, lo que también es significativo.
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