La vuelta del turismo eleva las exigencias de limpieza y seguridad en Valencia

El resurgir esperado del turismo en Valencia es un alivio para el sector tras la pandemia, aunque también ha supuesto desempolvar muchas reivindicaciones aparcadas a principios de 2020. Vecinos, comerciantes y vendedores del Mercado Central opinan sobre las necesidades que tienen, algunas muy urgentes. Más limpieza de las calles, sistemas de videovigilancia para tranquilidad de los visitantes, regulación de los grupos de turistas que circulan en bicicleta en grupos de decenas, más control del espacio público para evitar su ocupación completa con terrazas son algunas de las ideas que se plantean a LAS PROVINCIAS.

Dos son las principales peticiones que formulan los comerciantes del centro histórico al Ayuntamiento: más limpieza y más seguridad en las calles. Sobre lo primero no hay una queja excesiva, aunque sí es cierto que es necesario «cuidar al máximo la imagen de la ciudad y más en estos casos, donde pueden decidir que se regrese en otro viaje o desestimarlo por completo». El otro asunto que preocupa y mucho es todo lo relativo a la seguridad ciudadana. «Pedimos videovigilancia como en otras ciudades y no sirven para controlar, eso es falso por completo. Sirven para proteger a todos los viandantes». La primera petición se remonta a los gobiernos anteriores del PP y de momento no ha cuajado más que en zonas puntuales como el entorno de siete monumentos de la ciudad.

«Es fácil que los turistas resulten acribillados por los robos. Llevan más efectivo encima que los vecinos, sobre todo si han hecho cambio de moneda, y las mochilas que llevan la mayoría propician que les quiten de todo», aseguraron desde la asociación.

De ahí el empeño en que las zonas turísticas cuenten con videovigilancia. «Todo el esfuerzo que hagamos se anula cuando le roban a un turista, al dejarle un regusto amargo su visita a Valencia y eso es lógico. El Ayuntamiento debe hacer algo para solucionarlo y pronto».

Desde la Federación de Vecinos apuntan que hay un «uso intensivo del espacio público», en referencia a las nuevas plazas que están a punto de terminarse alrededor del Mercado Central y la Lonja, así como la reforma de la plaza de la Reina. «Estamos alarmados por la saturación, el Ayuntamiento no mueve ficha y la recuperación es muy rápida», indicaron fuentes de la entidad.

En su opinión, este año es fácil que se supere el balance de 2019, de momento el récord en visitantes y pernoctaciones. Registros parciales como el de Semana Santa así lo establecen, aunque está por ver el efecto de la guerra de Ucrania en el conjunto. En todo caso, la principal crítica es que el Observatorio del Ocio, foro donde deben discutirse aspectos como la ocupación de las plazas con terrazas o la reforma de edificios para apartamentos «no se han tratado, no avanzan». La entidad está ya constituida, aunque nada más. Sí que hay un principio de acuerdo con la Federación de Hostelería para realizar un estudio en profundidad. «Queremos saber qué está pasando, cuál es el coste social de todo esto», indicaron, para señalar que desde el gobierno municipal se realizan «muchos anuncios, pero luego se hace poco», para citar el caso de los dos intentos de la concejalía de Vivienda para regular y evitar la transformación de edificios de viviendas en hoteles y apartamentos. «De eso se supo el anuncio, pero nada más».

Indicaron también el efecto de la Ley de Turismo en el Ayuntamiento. «Dicen que cada gran ciudad debe contar con un plan de infraestructuras turísticas que se integre en el Plan General. Si el Ayuntamiento quisiera podría hacer una moratoria, que no lo hace», finalizaron.

«Se debe hacer algo rápido con los grupos de ciclistas»

El Mercado Central es uno de los epicentros del turismo en Valencia. Además, está rodeado por plazas y calles en plena reurbanización, que quedarán listas por completo en la temporada de verano, lo que presupone una gran avalancha de turistas. En mayo de 2018 firmaron un protocolo con el Ayuntamiento acerca de la manera en que debían trabajar los guías turísticos, algo que están cumpliendo «escrupulosamente» desde entonces, señalaron las mismas fuentes.

El documento establecía que las explicaciones a los grupos grandes de visitantes se dan en el exterior del mercado, mientras que dentro se procura cumplir el protocolo, en el sentido de que no se toca el género, evitan recorrer los pasillos en grupo y dejan libres las escaleras de acceso al inmueble modernista.

Otro asunto es lo que ocurre alrededor, donde sorprende contemplar los grandes grupos que van en bicicleta. «Hablamos de 30 ó 40 personas, el Ayuntamiento debería hacer algo con esto porque bloquean las zonas por donde pasan», indicaron acerca de la falta de control que se realiza de este tipo de actividades turísticas que tanto auge han cogido en los últimos tiempos.