El zoco vuelve a la Estación del Norte

Si bien se trata de un edificio Bien de Interés Cultural (BIC), la realidad es que la explanada que precede al edificio se ha convertido en un reclamo comercial, cuando el verdadero protagonista es el propio edificio modernista diseñado por Demetrio Ribes.

En un paseo por el exterior del edificio, junto a la calle Xátiva, es fácilmente comprobable que la churrería instalada resta desde un lado de la calle las vistas a este monumento que diariamente es visitado por muchos viajeros.

Así como en el caso de la Lonja, el Ayuntamiento de Valencia ha optado por eliminar los árboles que tapaban parte de la visión de la fachada para dar realce a este edificio Patrimonio de la Humanidad, Adif sigue apostando por rentabilizar la explanada permitiendo puestos efímeros que se instalan durante meses, como ahora la churrería o, en el periodo de Fallas o en verano, cuando aparecen otros puestos de comida o casetas de helados.

En este caso, está el punto donde se fabrican artesanalmente los churros, y cuyo aceite es fácilmente perceptible nada más salir del vestíbulo de la Estación del Norte, un espacio adicional para cobrar en la caja y un contenedor que se ha habilitado con mesas y sillas para consumir.

Este jueves, además, una empresa que ofrecía mejorar el sabor del agua, montó a primera hora un expositor y dos lonas de publicidad que tapaban algunos ventanales de la fachada.

Además, siguen la terraza de una cafetería en el frontal de la fachada y otra en un lateral, ya que en estos casos no son actividades comerciales por unos meses, sino que se trata de arrendamientos a más largo plazo.

Además, en el interior del torreón derecho, se ha habilitado un espacio para el alquiler de bicicletas y la venta de entradas a museos y experiencias turísticas y las bicicletas, si bien no están ancladas, sí muestran una imagen de espacio repleto.

Desde el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, César Guardeño, explica que «una vez se puso en la explanada una venta de coches, pero como desde la Conselleria de Cultura siempre dicen que no se trata de acciones permanentes... ». Guardeño opina que «estos edificios BIC tienen un área de protección libre de ocupación y el entorno es protegido».

Desde la Conselleria de Cultura contestan que «el recinto de la Estación del Norte es competencia de la Administración General del Estado, que es quien gestiona el uso comercial de los locales y la autorización de las actividades que se hagan». Sobre las terrazas, añaden que «son instalaciones portátiles y reversibles que no impiden el disfrute del monumento».

Por su parte, la respuesta de Adif es que «el objetivo es conjugar la prestación de servicios, como los de restauración, con el máximo respeto por la conservación de la estación y su entorno».

Añaden que las terrazas están vinculadas a contratos de larga duración de las cafeterías y cuentan con el visto bueno de Cultura, al igual que la actividad de alquiler de bicicletas». En el caso de la churrería, afirman que «permanecerá hasta después de Fallas (20 de marzo)».

En cuanto a las obras pendientes del edificio, recuerdan que se está redactando el proyecto para la restauración. Rehabilitarán el edificio en tres fases. Primero irán las cubiertas de las naves laterales y torreones norte, luego la marquesina histórica principal y después, fachadas y carpinterías.