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Muchos lo presagiaron y parece que será una realidad. Parte del Parque Natural de la Albufera no llegará a tiempo -ni de casualidad- a ... la fase de siembra del cultivo del arroz durante la campaña de 2025. Así lo ha asegurado la organización SEO Bird Life tras hacer balance del estado del paraje tras casi medio año de que sucediera la tragedia del siglo en Valencia. Según las zonas, los devastadores efectos de la riada son muy persistentes, sobre todo en los arrozales próximos al barranco del Poyo, el cuál desemboca en la laguna de la Albufera.
Cinco meses después del paso de la dana, el marjal de la Albufera continúa sufriendo las secuelas del arrastre masivo de residuos y sedimentos. Aunque se han desarrollado numerosas actuaciones de limpieza entre muchas entidades ambientales, la recuperación de buena parte de los arrozales del marjal norte es todavía parcial. Así lo explica la ONG ambiental decana en España, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).
Tres meses después de la riada, LAS PROVINCIAS realizó un itinerario dentro del Parque Natural de la Albufera creado por la Fundación Assut para analizar las cicatrices del paraje tras la devastadora barrancada. Era principios de febrero, pero desde Assut ya apuntaban que la cantidad de residuos en algunos arrozales, así como en acequias y canalizaciones del agua impedirían que la campaña del arroz se desarrollara con normalidad en 2025. Otros tres meses después, y a punto de llegar al medio aniversario de los hechos producidos por la dana, desde SEO Bird/Life avisan que la situación no ha mejorado.
«En particular, los arrozales colindantes al tramo final del Barranco del Poio, todavía se encuentra bajo alteraciones notables. El enorme volumen de sedimentos procedentes de la avenida cubre los campos de arroz, imposibilitando la circulación del agua, así como el cultivo de arroz. A pesar de los intensos trabajos de limpieza, la presencia de residuos expuestos o enterrados en sedimentos todavía es masiva», explica la ONG en un comunicado. «Imposibilitando». El término es claro. La cosecha del arroz 2025 en algunos arrozales de los términos municipales de Catarroja o Massanassa se antoja inviable.
«Tal y como están los campos de la zona de Massanasa, aquí no se puede sembrar. Ya vamos tarde para llegar a marzo. Sería la primera vez en la historia que Massanassa no hace arroz», declaró el agricultor en la Albufera Vicent Mocholí hace unos meses cuando este periódico se preocupó por conocer el estado del parque de cara a la campaña del arroz. Algunos campos de Catarroja están en las mismas. La situación no parece salvable. Con el calendario ya situado a mediados de abril, el inicio de la siembra a partir de mayo es impensable.
Eso sí una situación completamente a la contraria que se vive en los arrozales de otros términos municipales dentro del parque como pueden ser Sueca o Cullera situados en la zona sur del parque y que no se vieron afectados de la misma manera por la dana del pasado octubre. En este sentido, campaña del arroz en abril -por supuesto- va a haber, aunque no en la totalidad de las 14.000 hectáreas de campos de arroz que contiene el Parque Natural.
«Además del impacto sobre la cosecha de arroz en 2025, el escenario descrito supondrá una reducción del hábitat que permite la reproducción y la alimentación de numerosas especies de aves acuáticas tales como la cigüeñuela común, o especies catalogadas como la garza imperial o la garcilla cangrejera», explican desde la Sociedad Española de Ornitología. Y es que los expertos en el mundo de las aves llevan meses realizando actividades de limpieza en el paraje para tratar de aliviar el fuerte impacto que tuvo la riada sobre el pulmón verde de Valencia.
En esta línea, SEO Bird/Life ha realizado hasta ahora 15 acciones de voluntariado desde el mes de diciembre de 2024, 12 en marjal y 3 en playas del término municipal de Cullera. De los trabajados SEO ha retirado un total de 43.117 kilos de residuos, de los cuales 823 han sido en playas, y se ha contado con la ayuda de un total de 306 voluntarios. Además, la ONG cuantifica en un 40,5% de los residuos la cantidad de plástico que se ha retirado del entorno natural, lo que muestra el impacto ambiental que ha supuesto la barrancada para este espacio protegido.
Envases y botellas de plástico, objetos de uso doméstico de plástico pequeños y microplásticos, envases de aceite de motor, productos adhesivos, envases agrícolas, tuberías, o gran cantidad de poliespán, son ejemplos de los plásticos que ha sacado SEO de la Albufera. Aunque en menor proporción, también se han retirado residuos como neumáticos, botellas y tarros de vidrio, maderas, textiles y grandes voluminosos (botellas de gas, calentadores de agua, neveras o contenedores de plástico para transportar alimentos).
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