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Un comerciante sirve helados en su establecimiento en Valencia. Jesús Signes
Las heladerías afrontan su temporada alta con los gastos disparados

Las heladerías afrontan su temporada alta con los gastos disparados

Materias primas como azúcar, leche, frutas o harina están más caras que nunca, al igual que la luz, pero las tiendas de Valencia lo compensan con el gran aumento de clientes

José Molins

Valencia

Domingo, 23 de abril 2023, 23:25

Una pareja de turistas hace un descanso en su visita y se sienta en un banco de la plaza de la Reina de Valencia para tomarse un helado. Otros prefieren ir comiéndoselo de camino. Y unos metros más allá, junto al Miguelete, es un grupo de cinco personas quienes se han sentado en una terraza para refrescarse con unas tarrinas con bolas de sabores. Es la estampa que lucía este lunes en el centro de la ciudad y que a partir de ahora va a ser habitual la mayoría de días hasta octubre. Las heladerías han iniciado su temporada alta con la llegada de las buenas temperaturas, pero este año se enfrentan a una situación especial. Deben afrontar unos gastos muy superiores a años anteriores.

Las materias primas como el azúcar, la leche o las frutas están en precios máximos históricos y suponen la base para fabricar casi la totalidad de helados que se consumen. Además, las máquinas frigoríficas para mantener los productos en su temperatura adecuada deben funcionar las 24 horas en las heladerías, lo que supone un alto consumo de luz, que también se encuentra en cifras disparadas. Estas circunstancias suponen un incremento en los costes que tienen que asumir los establecimientos de alrededor de un 50% más respecto al año pasado.

En la Asociación nacional de heladeros artesanos alertan de que este aumento de precios va a crear problemas a los establecimientos. «Han subido las materias primas aún más que el año pasado, que ya tuvieron un incremento espectacular. Los precios de la leche y el azúcar son un 35% más caros y no van a parar, porque con la sequía que hay ahora van a continuar aumentando estos productos y las frutas se contagiarán de esta subida, tenemos miedo a que nos afecte en pleno verano», señala el presidente de esta asociación, Marco Miquel.

Asegura también que hay mucha preocupación por cómo será el recibo de la luz, que ya el año pasado resultó inasumible. «Las perspectivas para esta campaña son muy buenas, pero estamos con el susto en el cuerpo por el coste energético, no se pueden pagar más de 10.000 euros de recibo al mes, como les ocurrió a algunas heladerías grandes la temporada pasada, mientras que hace dos o tres años eso es lo que costaba casi un año entero, y en esta campaña van a ser cifras similares», explica Miquel. En la asociación aconsejan a los heladeros que apuesten por la fruta de temporada para ahorrar costes y asumen que deberán «vender más cantidad de helados para compensar los gastos, porque el precio no se puede aumentar mucho». Además, también apuntan que otra medida puede ser «organizar mejor la fabricación, hacer más cantidad de helado para que salga más rentable y no tener las máquinas paradas, optimizar los recursos con cantidades mayores e ir almacenándolas», expresa el presidente.

Más clientes

Carlos trabaja en la calle Navellos de Valencia, en Horchatas Subies y sufre a diario este problema. «Todo sube, la luz, el agua, que como somos productores de horchata también repercute en los precios. Las materias primas, la pasta para los helados, el azúcar. Hemos subido los precios pero el aumento no es suficiente para los gastos que tenemos. Hay cosas como el azúcar que ahora cuestan el doble o más que el año pasado. Pero tenemos que mantener unos precios populares para atraer a los clientes y por eso necesitamos vender más cantidad», señala. Sólo han subido 25 céntimos el precio de la tarrina (ahora vale 3,75 euros la mediana) y confía en que para este verano las previsiones «son buenas porque está habiendo mucho más trabajo, la gente lo ha cogido con ganas y hay muchos clientes», expresa.

También se muestra optimista Tania Llinares, propietaria de Heladería Llinares en la plaza de la Reina. «Hemos subido un poco los precios, pero la gente está respondiendo muy bien. El año pasado por estas fechas no paraba de llover y este año siempre hace sol. Las Pascuas han sido muy buenas, igual que las Fallas, hay mucho turismo en Valencia, así que la previsión para este verano es muy buena», cuenta. «Una tarrina ha subido sólo diez céntimos respecto al verano pasado. Decidimos asumir una pequeña pérdida para que la gente siguiera viniendo y no se viera reflejado en perder clientes. La clave ahora es vender mucho para compensar esos gastos y de momento no notamos una bajada de ingresos», argumenta. Apunta que además del azúcar y la leche también han aumentado mucho los costes de las frutas y la harina, básicos para hacer muchos helados frutales y con galleta.

Tania incide en que los helados no son un producto que la gente vaya a dejar de consumir a pesar de subir un poco de precio. «No es excesivamente caro ni de lujo, es un capricho asequible, todo el mundo se lo puede permitir. Estamos teniendo más facturación que el año pasado, la gente está mucho más animada y consume más. También muchos aunque no se han podido ir de viaje y se hayan quedado en Valencia quieren darse pequeños caprichos como unos helados», explica.

Reducir el beneficio

Donde también están teniendo un notable aumento de clientes es en Heladería El Micalet, en la plaza de la Virgen. «Los precios los estamos manteniendo respecto al final del verano pasado, no sé hasta cuándo. Lo que ocurre es que como tenemos tantísima venta estos días, se reduce el beneficio pero hemos aumentado clientes, así podemos compensar las cifras totales. Desde Fallas hasta ahora hemos subido mucho las ventas de helados, las hemos duplicado respecto a abril de 2022, pero los costes han subido mucho», indica Unai, empleado del establecimiento.

En cambio Maribel, propietaria de la heladería Antiu Xixona en la calle Navellos, no tiene ese incremento de clientes: «Los costes para hacer helados han aumentado un 50%. Hemos tenido que subir un poco los precios pero tampoco se puede mucho, porque sino la gente no entra. Ahora muchas veces compran un helado pero te piden dos cucharitas para compartirlo, en vez de comprar dos. Yo he notado que ha bajado la venta y han subido los costes. Mucha gente pasa por la puerta pero pocos vienen y consumen, y ya que en invierno sólo he podido sobrevivir, ahora necesito vender más», expone la comerciante.

Y aunque sólo sean unos céntimos de aumento, los clientes también lo acaban notando. Afi está comprando con su hija unos helados. «Es algo que siempre apetece, pero si está así de caro sólo podré hacerlo una vez a la semana. Ha subido todo, entiendo que aumenten los precios, pero un cucurucho me ha costado tres euros. Iba a coger el grande, pero como ha subido, pues he comprado el pequeño. Habrá algunas heladerías que cierren por esta situación, es una lástima pero qué vamos a hacer», asegura la mujer.

Para Virginia, sin embargo, se trata de un placer al que no va a renunciar. «Los tomamos de cuando en cuando, y aunque suba un poco los seguiré comprando, porque me gusta una tarrina de helado. Es un consumo más de capricho, así que aunque esté más caro creo que se seguirá consumiendo igual, pero más de vez en cuando», expresa.

En la tienda de Trini, de la cadena Carte d'or, ofrecen 24 sabores y «todos llevan azúcar, que ha subido mucho de precio. Además las máquinas están todo el día encendidas», cuenta. «Algunos clientes sí que nos han dicho que está más caro, pero estos últimos días que está haciendo más calor se llena de gente, y prefieren más los de sabores frutales», indica.

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