Pedaleo por la Albufera

Entre los participantes se encontraban el concejal y portavoz municipal, Juan Carlos Caballero, la concejala de Servicios Sociales, Marta Torrado, y la edil de Compromís Papi Robles que han estado acompañados por la presidenta gestora del Oceanogràfic, Celia Calabuig, y el director de LAS PROVINCIAS, Jesús Trelis.

El grupo ha comenzado el recorrido a paso tranquilo hasta coger la velocidad de crucero una vez pasadas la zona de la ZAL y el nuevo cauce el río Turia. Una fresca brisa y las primeras motas de arena en el carril bici han dado la bienvenida a la expedición en la primera parada en la entrada de la playa de Pinedo. Bañistas, ciclistas y paseantes miraban con atención el paso de la caravana ciclista que seguía su ruta mientras escuchaban las explicaciones de Pedro Ángel del Baño, biólogo y educador ambiental con diez años de trabajo en el Oceanogràfic. En la mañana de hoy, la playa de Pinedo contaba con un nuevo y peculiar visitante, el misterioso yate varado en la orilla que cumplía su tercera jornada encallado ha sido testigo de esta pedalada concienciadora por la defensa y conservación de la Albufera.

El viaje sobre ruedas ha pasado a través de todo tipo de entornos y parajes naturales de diversas índoles: playa, dunas, cañadas, arrozales, malladas, devesa... Un tesoro de valor incalculable que se encuentra a la vista de todos los valencianos que practican actividades de ocio o deportivas a diario en el parque natural. A mitad del recorrido, de entre las montañas de arena de playa y la vegetación autóctona, como los tarays o los pinos carrascos, e invasora, como las cañas, empezaban a surgir en el horizonte los edificios de las urbanizaciones de El Saler.

En las inmediaciones de la pedanía, la caravana ha circulado junto a algunos tramos forestales que han sido víctima de los incendios que han asolado la Devesa de El Saler en los últimos tiempos. En muchas zonas afectadas por las llamas empezaba a florecer de nuevo la vida en forma de brotes verdes entre la superficie calcinada. «Muchas veces los humanos somos muy impacientes y no le damos tiempo a que sea la propia naturaleza la que se regenere», ha comentado Pedro A. del Baño. La reflexión del educador ambiental ha sido aplaudida por todos los presentes mientras que acto seguido el propio guía les ha invitado a tener diez segundos de escucha activa, con los ojos cerrados, para detectar los distintos sonidos que puede haber en un ecosistema tan particular como la Albufera.

De hecho, en el entorno de la Albufera cohabitan especies animales únicas, en peligro de extinción como las gaviotas de Adouin o los chorlitejos patinegros así como muchas otras aves que han puesto la banda sonora con sus silbidos característicos aportando todavía más paz, si cabe, al ambiente. Sin ir más lejos, la penúltima parada del recorrido ha tenido lugar en una de los laterales de la famosa gola de El Pujol, la infraestructura que permite regular el dragado de los cultivos de arroz en función de la fase del ciclo en la que se encuentre el grano. En una pequeña isla rodeada por una masa de agua de poca profundidad se encuentra uno de los focos de nidación frecuentado por 60 parejas de gaviotas Adouoin, unos ejemplares que se distinguen de las gaviotas comunes por su pico anaranjado y sobre las que el biólogo guía ha revelado todas las curiosidades.

Pedro A. del Baño ha manifestado que muchas veces la gente conoce más aquello que tiene lejos en lugar de lo que tienen más al alcance de la mano. El biólogo cree que este fenómeno se da con el parque natural de la Albufera y defiende que la ciudadanía no termina de ser consciente de la inmensidad que representa el tercer humedal más importante de España y, sin dudas, el más relevante de la Comunitat: «La Albufera es mucho más que el embarcadero, las paellas de El Palmar o las playas, es un parque natural muy grande y diverso». Pedro A. del Baño ha definido la cercanía del lago como «un estímulo para ir a aprender y disfrutar del mismo y como un patrimonio cultural, social y ambiental brutal».