La plagas de palomas y estorninos no sólo afectan al casco urbano de Valencia. Los agricultores de la huerta llevan meses denunciando que estas aves buscan su alimento en los cultivos que rodean a la capital del Turia, lo que afecta considerablemente a la ... producción del sector. Junto a estas dos especies, las cotorras también se han dejado ver en las extendidas hectáreas de cultivos que conforman las huertas de Alboraya, Valencia o Castellar-Oliveral. Las plantaciones de lechugas y hortalizas son las más afectadas de un problema que no parece tener una solución en el corto plazo.
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Agricultores de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) llevan denunciando la situación desde inicios de marzo. Por aquel entonces, AVA-ASAJA denunciaba que el ruido de las Fallas provocaba en estas aves que huyeran de la ciudad, instalándose en la huerta y alimentándose de las semillas recién sembradas por los explotadores de las tierras. Vicente José Sebastiá, responsable sectorial de hortalizas de AVA-ASAJA, explica que desde entonces la situación no ha cambiado: «denunciamos tiempo atrás que los campos de lechuga y de patata se estaban viendo afectados. Dos meses después no ha cambiado nada».
¿Cómo puede estar afectando la presencia de estas aves a los cultivos? En primer lugar, muchas pican las plantas superficiales. Sin embargo, los mayores daños a la producción se producen cuando escarban en la tierra. Por un lado, las aves se alimentan del abono que descargan los agricultores y roban aporte nutricional a la vegetación que se pretende cultivar. Por otro, en ocasiones se alimentan de las propias semillas que deben crecer para producir el alimento. «Después de las tareas de siembra que realizamos, con el esfuerzo físico y económico que supone, acaban apareciendo las bandadas de palomas y deshacen todo el trabajo realizado», denuncia Sebastià.
Vicente Sebastià ya cifraba en marzo que si la situación no mejoraba, entre el 30 y el 40% la producción que podía llegar a verse afectada por la invasión de estos animales silvestres: «Las aves suelen situarse en terrenos que se encuentran alejados de los núcleos de población, sobre todo en aquellos cercanos al tendido eléctrico. Se colocan encima del cableado y de ahí bajan a alimentarse de los cultivos próximos». Desde hace dos meses AVA-ASAJA ha denunciado esta situación a las administraciones, a las que se le solicitaron que ampliara el periodo de caza, establecido en dos días por semana. En este sentido, cabe destacar que las competencias en materia de caza pertenecen a la conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio.
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Según Vicente José Sebastià, el Consistorio no ha aportado respuesta alguna a las reclamaciones. AVA-ASAJA solicitaba que las administraciones estudien y pongan en marcha otras actuaciones que estimen oportunas para aliviar las pérdidas que sufre el sector agrario a causa de la fauna salvaje. Ante la falta de aportaciones, ahora los agricultores se enfrentan solos a una problemática que que no cesa. «La mayoría de compañeros hemos puesto gavilanes de mentira o espantapájaros, pero si no acuden a una zona a alimentarse van a otra», explicaba Sebastià. «Estamos probando diferentes métodos para ahuyentarlas, pero es una batalla constante. Los repelentes ya no sirven y tenemos muchas veces que cambiar de sitio los dispositivos al perder efectividad», explicaba también Antonio Balaguer, delegado de Borbotó de AVA-ASAJA.
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La presencia de palomas, estorninos y ahora cotorras es también un problema para el Ayuntamiento de Valencia. En las últimas dos semanas el Consistorio recibió multitud de quejas por la cantidad de aves de estas especies que estaban afectando al casco urbano del término municipal. Para atajar la problemática, la concejalía de Bienestar Animal realizó un análisis en el que identificaron seis distritos como lugares donde las aves generaban más problemas. Estos distritos eran Algirós, Zaidía, Ensanche, Extramurs, Quatre Carreres y Patraix. Aunque los técnicos que realizaron el estudio no disponen de un mapa que identifique las zonas donde más presencia hay de estas aves, sí justifican la elección de estas zonas por las posibilidades que tienen palomas y estorninos de encontrar comida. Estos barrios se caracterizan por la presencia de numerosas terrazas, colegios y parques, lo que supone zonas donde las aves pueden darse un festín.
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Para hacer frente a la problemática en la ciudad, desde el Ayuntamiento ha sacado una licitación de casi 450.000 euros. Con este presupuesto la empresa que se lleve dicho contrato deberá hacer uso de cañones de aire para ahuyentar las bandadas de estorninos y cañones lanzadores de redes para capturar palomas. Ambas acciones se llevarán a cabo tras un análisis previo del comportamiento de estos animales y de los lugares donde se encuentran con mayor frecuencia. El Ayuntamiento quiso recalcar en todo momento que estos métodos no dañan a las aves, si no que las ahuyentan o se capturan para trasladarlas a municipios poco poblados y que no difieran de las directrices que marque la Comunitat. Con estos elementos de carácter disuasorio faltará saber hacia dónde ahuyentan las bandadas, con el posible efecto secundario que las aves de la ciudad acaben aumentando su población en la huerta que rodea la capital del Turia.
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