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Cruce en el que se produjo el atropello. Irene Marsilla
La Policía cree que la novia del conductor que atropelló al menor viajaba oculta en el asiento trasero del BMW

La Policía cree que la novia del conductor que atropelló al menor viajaba oculta en el asiento trasero del BMW

Los agentes sitúan el teléfono móvil de la joven en el automóvil

A. Rallo

Valencia

Viernes, 5 de julio 2024, 00:13

La Policía cree que Ángel C. S., en prisión provisional por atropellar a un menor a 100 km/h y darse a la fuga, no viajaba solo en su alocada y temeraria marcha por la ciudad de Valencia. Los agentes recogen en su informe, una ampliación de las diligencias iniciales presentadas en el juzgado de Instrucción número 16 de Valencia, que su pareja actual, una joven llamada Samara, pudo viajar oculta en el asiento trasero del BMW.

Los testigos del siniestro, entre ellos el hermano mayor del niño, declararon en su momento que el sospechoso circulaba solo. Sin embargo, los funcionarios policiales disponen de un indicio hasta la fecha desconocido: un sospechoso cruce de llamadas minutos después del accidente.

Uno de los números vinculados al sospechoso -tiene hasta seis diferentes- pertenece en realidad a un miembro de su familia. Ese dispositivo recibe cuatro llamadas entre las 15.37 y las 15.39 del pasado 19 de mayo de 2024. El accidente se había producido ese mismo día a las 15.34. La proximidad temporal con el siniestro -el niño acaba de salir de la UCI y se recupera de las graves heridas- despertó las sospechas de los investigadores. De inmediato, pidieron información del número desde donde se efectuaron las llamadas.

Fue entonces cuando se produjo el hallazgo, que puede ser determinante para la acusación. Se trata de un teléfono móvil vinculado a esa mujer, la pareja actual del detenido, y que casualmente se conecta con los mismos repetidores que encajan en el trayecto que el conductor hizo tras el arrollar a la víctima, a quien desplazó 13 metros como consecuencia del brutal impacto, según las mediciones policiales. Fue un periplo de casi cinco horas que terminó en la localidad de Cerdà. En ese mismo lapso, el menor, de seis años de edad, se debatía entre la vida y la muerte en el hospital.

La historia que han reconstruido los agentes no resulta sencilla. El número de teléfono está a nombre de la pareja anterior de Samara, denunciado por malos tratos, según las citadas diligencias. Esta joven y Ángel C. S., detenido por el atropello, mantenían una relación sentimental y residían de manera intermitente en un piso okupado en Alboraia.

El día del grave suceso, siempre según el relato de los agentes, ambos se dirigían a casa de la tía del ahora preso. Se desconocen, sin embargo, los motivos por los que circulaba a esa velocidad. En algún momento, fue detectado por las cámaras a más de 112 km/h cuando el límite máximo en vía urbana es de 50 km/h. El inesperado incidente hizo que modificaran sus planes y buscaran refugio en Cerdà, municipio donde vivían de manera ilegal en otro inmueble.

Al margen de esta cuestión, la identificación del teléfono dentro del vehículo -«sin ningún género de dudas», subrayan los policías- permite una vinculación directa con el supuesto autor del atropello. El joven decidió entregarse en el retén de la avenida del Cid al saberse cercado por los investigadores, pero hasta el momento no ha reconocido de manera expresa ser el conductor del coche en el momento de los hechos. De momento, sigue en prisión provisional a la espera de que concluyan las investigaciones, ya en su recta final tras la entrega de este último informe.

En ese piso de Cerdà, según los agentes, vivía también la exmujer del sospechoso con quien tiene dos hijos. Otra joven con quien mantenía una relación sentimental le denunció sólo dos días después del atropello por malos tratos. Al parecer, familiares del joven explicaron en su momento que Ángel C. S. circulaba a tal velocidad porque acababa de discutir con esta persona.

El informe policial detalla que el hecho de que existan más de 60 km/h de diferencia (112 a 50 autorizados) permite la imputación de un delito específico por este motivo y también uno de conducción temeraria. A criterio policial también se le debería acusar por un delito de lesiones por imprudencia y otro por abandono del lugar del siniestro. En cualquier caso, la calificación final corresponde a la Fiscalía de Menores.

Los agentes comunicaron al juzgado que continúan las indagaciones sobre otros dos números de teléfono que utilizaba el sospechoso pese a que no estaban a su nombre. Tenía hasta seis números que usaba pero ocultando su identidad.

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