Se llama Sergi Aragó. Nació un 10 de marzo. «Con esa día como fecha de nacimiento, yo tenía que ser el rey de las Fallas. ... Esto me lo dice mi padre», bromea. Tiene 31 años. Vive, desde los cinco años de edad, en San Cugat del Vallés. «Mi padre es de la Vall d'Uixó y mi madre de Fuentescusa (Cuenca), aunque ella se trasladó a Algemesí», relata. Por el trabajo del padre, profesor, la familia se mudó a Cataluña. No ha perdido las raíces porque la Vall d'Uixó y Algemesí lo mantienen enraizado en la Comunitat. «Hablo valenciano con el acento perfecto y hablo catalán con el acento perfecto», desliza con humor el músico.
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Tacho es el autor de 'Arrimaeta', un «icono fallero» con apenas un año de vida, y 'Fallerisme'. La primera canción no deja de sonar en los 'stories' y 'reels' que comparten los falleros en las redes sociales. Ya sucedió en marzo de 2024, pero «este año ha ido a más», sentencia. El primer recuerdo de las fiestas josefinas de Sergi Aragó se remonta a las fallas de Ruzafa, donde la familia vivía. Ahora atiende a LAS PROVINCIAS en Pinedo, donde vive su tía Consuelo.
Tacho luce bigotito, cabello engominado hacia atrás, camisas coloridas y americanas vistosas. «Sergi Aragó se puede pasar un día entero en chándal», afirma el artista valenciano. «Soy un tío normal, me gusta practicar deporte, hago música y salgo a cantar. Tacho es un 'alter ego'», explica. Tacho viene de cuando su hermana, un año y medio menor que él, no pronunciaba correctamente Sergi y decía algo así como Tachi y tras un viaje familiar a Italia volvió con el apodo de Tacho. De eso hace ya 20 años. «Tacho significa cubo de basura en México», bromea.
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Seguimos en el pasado. «Empecé a tocar el trombón con 7 años. A los 18 años entré en un grupo de versiones y me enamoré de esa vida. Con 24 años entré la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) para estudiar trombón moderno jazz y me graduaré este año». En la ESMUC conoció a Toni Belenguer, «el mejor profesor» y miembro de Seda Jazz que falleció hace cinco años. En 2019, se fue de gira con Tromboranga, una formación de salsa brava: «Soy un apasionado de la música latina». Recorrió Miami, Houston y Sudáfrica en una banda «referente de la escena salsera». Luego vino la pandemia y el tour con C. Tangana. En medio, dos discos: 'Movimiento' (2021) y 'Sepia' (2023).
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En 2024, nació 'Arrimaeta', junto con el guitarrista flamenco Raúl Ruiz. «Tenía dos discos en castellano, pero ninguna canción en valenciano. Quise mezclar el pasodoble y la bachata con el ambiente de Fallas de trasfondo», recuerda. Y sí, lo confiesa con honestidad: «Fue una canción hecha para que lo petara, si no me tengo que ir a servir copas».
«No nos interesa ser virales, pero forma parte de una estrategia. Nosotros buscamos calar, llegar a la gente, trascender. 'Arrimaeta' no es la meta, es un paso más», explica el músico valenciano. «Ser viral no llena la cuenta corriente», afirma categórico. 'Arrimaeta' suma más de un millón de reproducciones en las plataformas de streaming, pero Tacho no ha recuperado todavía la inversión en el producto, que oscila entre los 35.000 y 40.000 euros.
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La industria musical es una cosa y la música, otra. En estos años, Tacho ha aprendido cómo se desenvuelve el mundo empresarial: ha firmado contratos que hoy no suscribiría, ha conocido el elitismo de algunos sectores culturales y ha pisado todo tipo de escenarios. «Todos los músicos somos unos románticos, pero esto negocio va de lo que va. Vivimos en un mundo capitalista«.
'Arrimaeta' surtió efecto. No sólo se propagó entre la ciudadanía y le acarreó bolos en festivales, como el de Festivern, sino que le propinó un contrato con una administración pública. La Diputación de Valencia le encargó una canción para las Fallas 2025 y así surgió 'Fallerisme', tema a la que aún le falta tiempo de rodaje para alcanzar el éxito de la anterior.
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«Tacho puede ser chulo y caer simpático, pero es un proyecto para desarrollar una estrategia. Mi objetivo es ir de lo local a lo internacional. Tengo claro que mi mercado es nacional y también está en Latinoamérica. No ambiciono un yate, pero sí deseo ser el mejor artista valenciano de la historia. Por ambicionar que no quede», sostiene.
«¿Que si haré otra canción popular para las Fallas de 2025? No lo sé. Este año, sí o sí, me graduo en la ESMUC. Ya no tengo más prórroga. Desconozco qué vendrá después o si a los 60 años haré un disco de jazz. Lo que sí sé es que quiero vivir de la música», concluye Sergi Aragó.
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