«¿Jason? ¿Qué Jason? ¿Jeison Murillo?». Mateo Alemany escabulló el bulto de la mejor manera posible en una respuesta que ya tenía preparada cuando en rueda de prensa se le preguntó por el fichaje del todavía jugador del Levante, cuando el equipo granota todavía se estaba jugando la permanencia. Eran tiempos (abril de 2019) en los que el director general del Valencia manejaba fichas de futbolistas como Manu Vallejo (5'5 millones de euros) y Jorge Sáenz (casi 3 millones por el 50%), en apuestas que no siempre salieron bien. Como la de Jason, por ejemplo. El desde este lunes jugador del Alavés -firma hasta 2025- se ha desvinculado del Valencia como vino: gratis. Eso sí, el club de Mestalla se ha guardado ahora un 30% de un futuro traspaso de un futbolista que a sus 27 años se ha pasado las tres últimas temporadas prácticamente bloqueado como valencianista. Nada que ver con el rendimiento que ofreció en el Levante.
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En su primera campaña de blanquinegro el gallego ya fue cedido al Getafe de Bordalás (empezó titular y acabó suplente), en la segunda y pese a que el Valencia estaba sumido en una profunda crisis se dejó superar por Yunus y en este medio ejercicio de la tercera ha sido la quinta opción para la banda derecha ya que antes para Bordalás estaban: Soler, Helder Costa, Yunus y hasta un lateral como Foulquier.
Jason llegó al Valencia en lo que iba a ser una hábil operación de mercado y que, a la postre, ha servido para bien poco por no decir para nada. Ha pasado por Mestalla sin pena ni gloria, en parte porque su incorporación se tejió pensando sobre todo en incluirlo en alguna futura operación de compra, para abaratar así el precio final. Nada de eso se hizo.
El futbolista viajó el domingo a Vitoria y este lunes ya estaba entrenándose a las órdenes de Mendilibar, casi a la misma hora que los dos clubes daban a conocer la noticia de manera oficial. El Valencia emitió un escueto comunicado dedicándole apenas tres líneas.
Lo curioso del caso es que la salida oficial de Jason se produjo casi a la misma hora que Ferran Torres era presentado en el Barça. Los dos jugadores pertenecen a la misma agencia de representación que, en el caso de Ferran, tuvo sus más y sus menos con los dirigentes valencianistas.
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Con todas las fichas ocupadas en el Valencia, la salida de Jason supone al menos un alivio pensando en las posibilidades que tiene Meriton de satisfacer los deseos de Bordalás. El técnico quiere refuerzos (Wakaso es uno de una lista en la que también se apuntó el nombre de Godín) y tras los pasos de Jason pueden ir más jugadores: Álex Blanco y Cristian Rivero, por ejemplo. Ni el interior ni el guardameta han disputado un solo minuto esta temporada y lo peor es que no tiene ninguna pinta para ambos de que el panorama vaya a cambiar.
Desde el sábado pasado, Blanco, como ocurre también con Wass, Cheryshev y Piccini, pueden ya negociar de cara a la temporada que viene con cualquier club. Todos -como ocurría también en el caso de Jason- terminan contrato el próximo junio y es difícil que continúen todos en la entidad blanquinegra.Ahora, la incógnita es ver si de verdad Meriton complace a Bordalás en lo que a la calidad de refuerzos se refiere. El último precedente no deja en muy buen lugar al máximo accionista porque hace justo un año llegaron Cutrone, Oliva y Ferro -además de Piccini- y el delantero italiano, por ejemplo, no fue ni convocado en varios partidos del tramo final del campeonato.
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