Peter Lim continúa su política de demolición del club de Mestalla arrancando a los jugadores más enraizados mientras ficha a otros (Almeida, por siete millones) que nadie le había pedido. La oferta de renovación a Soler un 30 de agosto después de recibir la propuesta del PSG suena a sarcasmo. Y da mucha grima la campañita mediática de los lacayos del régimen contra el jugador. Ya lo hicieron antes con Parejo, Rodrigo o Ferran Torres. Con una diferencia sustancial. Carlos Soler siempre quiso mostrar su agradecimiento a la casa que lo amamantó desde niño, de cuando su abuelo Rafael, un carpintero bondadoso, estaba tan orgulloso de su nieto goleador.
Al igual que Gayà, Carlos Soler procede de una familia de principios. Los dos se han caracterizado por ser respetuosos con todo el mundo. También cuando el mequetrefe de Anil Murthy le privó del dorsal 10 en favor del valor comercial de Kang In Lee. Soler debutó con 18 años en momentos muy angustiosos para un equipo dirigido por Voro. Siempre dio la cara. Estuvo a las duras y a las maduras (figura clave en la final de Copa del Rey conquistada en 2019 ante el Barça con un pase de gol a Rodrigo).
A Gattuso se le plantea otro agujero. Lim le ha cambiado a Guedes por Lino y a Soler por Almeida
Carlos Soler se marcharía con 25 años, en plena madurez futbolística, nueve veces internacional con España. No sé si el PSG será el mejor destino deportivo, un club sin alma, absolutamente mercantilizado. Pero sí resulta una experiencia vital riquísima, una oportunidad única de compartir vestuario con Messi, M'Bappé y Neymar.
Gattuso ya lo sabía cuando fichó por el Valencia CF el 9 de junio. Sabía que le iban a vender primero a Guedes y después a Carlos Soler, el 50% de los goles de la pasada temporada. El equipo blanquinegro ha sumado en tres jornadas de Liga solamente un gol, de penalti, precisamente de Carlos Soler. La sequía goleadora no es una casualidad. A Gattuso se le plantea un agujero más. Tiene un equipo muy bisoño, lleno de buenos propósitos, pero muy inocente. Lim le ha cambiado a Guedes por Lino y a Soler por Almeida. El técnico italiano ha caído de pie entre la hinchada, pero corre el peligro de que su propuesta ofensiva se quede en retórica si falta contundencia. La llegada de Cavani no va a ser milagrosa. Tiene 35 años y lleva tres meses sin jugar. Carlos Soler merece una salida en consonancia con su comportamiento desde el primer día en Mestalla: el de un caballero.
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