Amor popular para Zaza y Guedes

A Simone Zaza le espera un largo verano. Tan agitado como el de Gonçalo Guedes, aunque con algunas diferencias entre ambos. Ayer, en un partido cargado de simbolismos en líneas generales, Mestalla se encargó de dejar bien claro cuáles son sus preferencias. Y tanto el italiano como el portugués figuran en el ranking de prioridades de la afición blanquinegra. Pero el fútbol, con los parámetros en los que se mueve y más aún teniendo en cuenta las necesidades financieras del club de Mestalla, transita cada vez más lejos de los sentimientos que pueden expresar unos miles de socios. Con Lim viendo la escena por televisión y seguramente sentado cómodamente en el sofá, a uno lo puede ventilar por cuestiones deportivas y por un correcto pellizco; mientras que a otro no se le puede poner el lazo por mucho que desde Singapur se aparente un decidido interés en hacerlo.

Zaza se ha metido a los valencianistas en el bolsillo. Lo hizo casi desde que llegó. Ese ímpetu del italiano, tan díscolo como mediterráneo, es el que llega de verdad al espectador de Mestalla, aunque a veces saque de sus casillas a Marcelino. «Espero que no sea mi último partido con el Valencia», decía el delantero después del encuentro en la televisión. Él es el primero que sabe que el de ayer pudo ser su último capítulo. Es un tipo peculiar hasta para romper protocolos, empeñado como estaba en participar en la fiesta del césped con una camiseta blanca en lugar de llevar la oficial del equipo. Tuvo que ser el siempre eficiente Txemanu el que casi le acaba poniendo una con el patrocinador.

A Zaza le coreó el nombre la grada. Lo hizo con fuerza. Es también tan rústico a veces con el balón en los pies como habilidoso a la hora de manejar sentimientos. Con el gol (con 13 ha terminado como segundo anotador del equipo) se fue directo y brazos abiertos a la Curva Nord a beber del influjo popular; luego no se olvidó del carismático Serreta a quien besó y abrazó al ser también su despedida oficial; más tarde se llenó de éxtasis cuando Marcelino lo cambió y la ovación fue directa hacia él, y ya al final, tras la vuelta de honor volvió a conectar directamente con la Grada Joven.

Mestalla no pidió a voz en grito que se quedara, cosa que sí aplicó con Guedes. Después del gol del portugués se escuchó lo de «¡Guedes quédate!». Todo es cuestión ahora del dinero. Es el que manda.

Puntos es la cifra total con la que el Valencia ha cerrado la temporada 2017-18, igualando de esta forma la 4º mejor puntuación de la historia (en dos de ellas se ganó el título de Liga).

95 años de Mestalla. El 2-1 puso también la guinda al 95 aniversario de Mestalla. El estadio es en la actualidad el campo más antiguo de Primera División y en los últimos años muestra una cara más renovada; mientras el nuevo Mestalla está en una fase de mucha incertidumbre.

Homenaje a David Villa. La figura de David Villa se engrandeció una vez más en la competición de la Liga Profesional de Fútbol de Estados Unidos (MLS) al conseguir un doblete que permitió a su equipo del New York City vencer por goleada de 4-0 a los Rapids de Colorado. El exvalencianista fue homenajeado por el equipo tras alcanzar la marca de los 400 goles como profesional.

¡A Segunda! y Lucas. Dos cuestiones referentes al Deportivo se escucharon en Mestalla. La primera, las protestas del público cuando desde la Curva Nord se coreó lo de «a Segunda» al equipo gallego. La otra, los pitos cuando entró y cada vez que tocaba el balón Lucas Pérez, que el verano pasado sonó para reforzar al conjunto de Marcelino.

El juvenil, adelante. El Valencia juvenil, que prepara Mista, se metió ayer en los cuartos de la Copa del Rey tras volver a ganar al Málaga (1-2), con goles de Jordi Escobar y Vicente Esquerdo.

Mensaje de Pereira. Después de la embestida verbal de Marcelino a Andreas Pereira por haberse marchado casi sin despedirse al Manchester, el futbolista lanzó ayer a través de las redes sociales un mensaje diciendo que «este escudo y esta afición -se refiere al Valencia- siempre los voy a llevar en mi corazón».