![Ampliación de capital para evitar la ruina](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202109/29/media/cortadas/lim-U120336167827gpE-R3dWAAyxNgvFCUj52SL0C2M-1248x770@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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Una ampliación de capital para evitar el descalabro. El Valencia se mueve con demasiado descaro por el borde de la ruina y después de resistirse este verano Peter Lim a vender a sus estrellas con el deseo de levantar otra vez el vuelo europeo, ahora ... ha decidido promover una segunda inyección de capital –la primera fue en 2015, justo un año después de que entrara– para evitar que la colada financiera se lleve al club y su prestigio personal y empresarial por delante. Cumple así, por cierto, lo que en cada informe de auditoria se recuerda todos los años: el compromiso del máximo accionista de mantener la salud financiera de la sociedad.
El mismo día que el valencianismo se sonrojaba al ver a su equipo por primera vez en el último lugar del ranking de límite salarial impuesto por LaLiga (la ridícula cifra de 30 millones), Meriton contrarrestaba el varapalo popular activando su estrategia para deslizar públicamente este 'movimiento de salvación'. Hoy lo tiene que aprobar el consejo de administración y la próxima junta de accionistas –será en familia porque sólo entraran los mayoritarios– dará su ratificación oficial.
Además, el anuncio oficioso de este nuevo incremento societario, que esta vez alcanzará los 43 millones de euros, servía también para dinamitar la presentación en sociedad de la oferta de compra de acciones que este mismo jueves va a protagonizar Miguel Zorío. Curiosamente, para esta tarde también están citados los miembros de la plataforma De Torino a Mestalla. Aún así, es poco probable que el nuevo escenario modifique el plan que unos y otros se han trazado.
«Si no se hubiera hecho esta ampliación se hubiera entrado en causa de disolución y concurso de acreedores». La frase tiene un importante matiz: la dijo el abogado de Meriton ante el juez –Zorío presentó la demanda– pero respecto a la primera ampliación de capital. Ahora no será tan cuantiosa pero sí igual de impactante por la situación tan delicada que sigue viviendo el club blanquinegro, que pese al dinero que va a percibir del fondo CVC (118 millones) ha necesitado encender la luz de socorro: mantiene una deuda que ronda los 400 millones de euros; el golpe de pérdidas en el balance será jugoso; tiene el empastre de un estadio por acabar y se aferra a una planificación deportiva que apunta –pero no garantiza– la reentrada la próxima campaña en competición europea.
Es evidente que el batacazo deportivo de los dos últimos cursos por las decisiones erróneas que se tomaron en Singapur, la pandemia y un mercado de fichajes austero retorcieron este verano de tal manera los planes proyectados por Meriton, que hasta el propio Lim tuvo que aplicar un mayor margen para cobrar el dinero que tiempo atrás había prestado. El Valencia le debe al máximo accionista 54,5 millones de euros (38 más otros 16,5) y habrá que ver si acaba compensándolo en su totalidad con la compra de las nuevas acciones. Hay que tener en cuenta que el 65% de la ampliación de capital puede ir destinado a subir el fair-play pero siempre y cuando sea parcelado en cuatro ejercicios (6,5 por año). Para establecer el límite salarial, hay que basarse en unos parámetros. En los ingresos: socios, patrocinios, dinero por competiciones, publicidad, ingresos por explotación y ventas de jugadores (la más importante en clave valencianistas); pero también en los gastos: sueldos de futbolistas, amortizaciones de fichajes, comisiones, indemnizaciones, filiales y hasta la cantera.
El Valencia se quitó 'lastre' salarial hace dos veranos cuando abrió la puerta a jugadores de cierto calado (como Parejo, por ejemplo, con 7 millones de euros por ejercicio) pero el bloqueo a salidas este último mercado de gente como Guedes, Maxi, Soler... es lo que arrastra al club con más fuerza al fondo.
Lo más curioso de todo es que desde LaLiga la situación tan peculiar que lucen Valencia y Levante se da casi por buena. Tebas siempre ha defendido a Lim y ayer, el director general de LaLiga, José Guerra, no tuvo el menor reparo en calificar de «excelente» y comparar tanto la gestión del Real Madrid –sube hasta los 739 millones– como la de los dirigentes del Valencia y Levante –penúltimo clasificado–. La cobertura de la patronal a Meriton es clara. Y Guerra apuntaba los argumentos: «Han hecho una gestión excelente. Sólo hay que rebobinar cómo les afectó e impactó el COVID porque habían salido de Europa y tenían el estadio cerrado. Y el estadio del Valencia es una importantísima fuente de ingresos. Se secan también los mercados y eso les imposibilita hacer las operaciones en el mercado de la 20-21 para ajustar su coste de plantilla. Al Valencia, el COVID les impactó como la tormenta perfecta. Sales de Europa, cierras el estadio y se te seca el mercado de jugadores que era otra de las fuentes que podía haber utilizado. Han hecho una gestión muy buena, pero impactan tres factores muy negativos».
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