José Vicente Cuxart: un ángel de la guarda en la Academia

Levantarse a las 5 de la mañana para llevar al niño a urgencias. Intentar paliar el aburrimiento de los pequeños, subirlos al coche y sentarlos ante una pantalla del cine. El papel de un papá sin serlo, al menos de ellos. Esa era parte de la labor no escrita en ningún papel de José Vicente Cuxart, 'Vicens' para todos ellos. Ningún chaval que haya pasado por la Academia del Valencia no dejó de recibir, en el momento que más lo necesitaba un gesto de aquel señor tan alto. Sobre todo los que más lo necesitaban, los de fuera.

El pasado día 10, Cuxart fallecía a los 57 años. Las muestras de afecto por su pérdida tras sufrir una larga enfermedad, se multiplicaron. Las palabras en su memoria se pronunciaron desde cualquier lugar del mundo donde hubiese un chaval que había pasado por la escuela del Valencia, más allá de excompañeros, amigos, familiares y conocimos. «Nos sorprendimos muchísimo pero a la vez nos hizo sentir orgullosos. Estábamos, y estamos, abrumados ante tantas palabras tan bonitas», manifiesta Sergi Cuxart, hijo mayor de Vicens. A sus 28 años se queda con «cada ratito» junto a su padre y bromea acerca del hecho de que ejerciese de progenitor de otros: «Estos días en casa, junto a mi hermano Álex y mi madre hablábamos sobre su trabajo con los niños, que los acompañaba, iba a las tutorías con los profesores y ella nos decía que no recordaba que fuese a ninguna reunión mía o de mi hermano en el colegio». Nada que reprochar.

Él era la familia de los niños y adolescentes que estaban «solos» en Valencia. Uno de ellos era Nacho Vidal, natural de El Campello: «Recuerdo como si fuese ayer aquellas tardes, todavía siendo juvenil, cuando venía a buscarnos a La Petxina para llevarnos a entrenar. Muchos trayectos, momentos y charlas (sobre todo de fútbol) compartidas, suficientes para darme cuenta de la gran persona que era. Siempre con una sonrisa y dispuesto a ayudar. ¡Gracias por todo, Vicente!», afirma Nacho Vidal. El futbolista, ahora en Pamplona lo rememora en LAS PROVINCIAS.

También los futbolistas de la casa sintieron el cariño, la palabra exacta, necesaria, de Cuxart. Carlos Soler le califica como persona «top». «Siempre estaba dispuesto y disponible a todo por ayudarnos, muy amable y sobre todo, discreto», asegura a este periódico.

Dentro de los terrenos de juego, Cuxart defendió la elástica del Valencia, Levante y Alzira. También del Villarreal. Su hermano, Enrique, de 53 años, también jugó en el Valencia, Espanyol, Las Palmas o Elche entre otros. El fútbol siempre ha estado presente en la familia. «Yo empecé en el colegio y también fui a Paterna ya que mi padre aprovechaba que tenía que ir allí para llevarme al entrenamiento», comenta Sergi. El primogénito de 'Vicens' es guardameta del Aspil-Vidal Ribera Navarra de fútbol sala pero ahora está en su casa de Valencia donde ha podido despedir a su padre junto a su familia.

La discreción era una de las cualidades que mejor definía a ese trabajador de la escuela que se preocupaba por los «valores» con los que crecían los chavales: «Es muy importante esa formación humana, ya que no estaban sus padres, debía haber alguien que les ayudase a evitar que todo se les subiese a la cabeza, es algo muy fácil que puede ocurrir y tener a una figura de alguien discreto, que no le gustaba sobresalir ayuda. Si Ferran, Soler, Gayà o Silva son muy buenos futbolistas pero nada excéntricos y mi padre tuvo algo que ver en eso, estamos orgullosos», reconoce Sergi quien asegura el cariño especial que su padre tenía por aquellos jugadores que no llegaron, a quienes les dedicaba un rincón en su «sobrio» despacho de Paterna.

«Vivimos una situación rara por el Covid-19 y te das cuenta y valoras cosas que antes no. En general, no dábamos importancia a las pequeñas cosas y detalles», añade Sergi. Se refiere, entre otras cosas, al trabajo en la sombra de muchas personas que mueven el mundo. Esos que están alejados de los focos, como durante años hizo Cuxart en la escuela blanquinegra.