Lim bloquea al Valencia

Al final Kim Lim tenía razón. El club es suyo y pueden hacer lo que les dé la gana. Incluso no hacer nada. Es justo lo que ha proyectado su padre en los últimos meses. El Valencia ha dejado de estar en su lista de prioridades. Y hay varios ejemplos: el coma del nuevo estadio y la inacción en la mejora de la plantilla. Cuando compró el club llegó como un salvador, henchido por los aplausos de una parte de la afición, disfrutó de otro baño de masas al aparecer de la mano de Guedes en el aeropuerto de Manises e incluso se dejó caer por España para ver la final de Copa del Rey en la que el Valencia sepultó al Barça de Messi. Pero ese día dio el primer paso en falso. Ni representó al club ni bajó al vestuario a felicitar a su gente. Vio el partido con su amigo Beckham y se marchó con él por una puerta trasera. Ya tenía en la cabeza que Marcelino había dejado de ser su hombre, hiciera lo que hiciera en Sevilla, y no quiso involucrarse en su fiesta. A partir de aquel momento decidió que iba a quitarse de en medio a todo aquel que le molestaba (Marcelino y Mateo Alemany) y que se iba a apartar poco a poco. Al asturiano, por cierto, lo despidió ya con la temporada iniciada para que no pudiera fichar por otro equipo de la Liga española.

Celades sí acudió a Singapur para recibir la bendición de Peter Lim, pero Javi Gracia ha admitido que ni lo conoce personalmente ni ha hablado con él. El magnate ha ignorado a uno de sus empleados principales. Ya nadie espera que venga a Valencia –ya lo avisó su hijo Kiat: «Valencia está muy lejos de nuestra casa y mi padre ya no es tan joven, tiene cerca de 70 años y su cuerpo y salud no le permiten hacer tantas veces viajes tan largos»– e incluso Anil Murthy, en la auto-entrevista para justificar la ausencia de fichajes no se refirió al dueño en ningún momento. En las anteriores comparecencias en la televisión del club siempre había hablado del interés del dueño por reforzar el equipo y de que el empresario no tenía ningún interés en vender el club.

En este mercado de fichajes ni siquiera Jorge Mendes ha asomado la patita. Hasta ahora era el agente portugués el que elegía los entrenadores (Celades) y quien solucionaba la papeleta de los refuerzos, y más cuando se buscaban a contrarreloj (Mangala, Garay o Abdennour). Pero el representante se ha centrado en colocar futbolistas en la Premier y ni siquiera ha contactado con su amigo Peter para intentar satisfacer los deseos de Javi Gracia. Porque al empresario le ha dado igual y ha dejado que en Valencia se inmolara el consejero José Luis Zaragosí y que ayer el presidente, Anil Murthy, tuviera que razonar la pereza en presentar caras nuevas para el equipo. Eso sí, ha permitido que su consejero de cabecera se llevara gratis a uno de los futbolistas más prometedores de la cantera. Centelles ha acabado en el Almería sin dejar un euro en la caja de caudales valencianista. Por cierto, a este mismo club se ha traspasado a Jordi Escobar, otra promesa.

Demasiados inputs sobre el poco interés de Peter Lim en el Valencia. La mentalidad del empresario está muy alejada de la ilusión futbolera. Su interés es financiero. Dio la orden a su gente (Kim Koh y Anil Murthy) de no perder más dinero y se afanaron en rebajar la masa salarial, ingresar el máximo posible y ejecutar el gasto mínimo. Nadie cuestiona al jefe. Además, ha enviado a un nuevo ejecutivo –Joey Lim– del que dicen que es un experto en liquidaciones de empresas. Justamente en los últimos días no paran de aparecer posibles compradores del club, fondos de inversión que aseguran que han tentado a Peter Lim.

Fueron bastantes los compromisos que adquirió el magnate cuando accedió al Valencia. Pocos se han cumplido. Deportivos y urbanísticos. Porque si el equipo cada día le importa menos, el estadio se ha convertido en un molestia. El Ayuntamiento, por ejemplo, tuvo que archivar la reparcelación pedida por el Valencia para los solares del actual campo de Mestalla, al considerar que el club había desistido del proceso por no responder a una solicitud de información que se remontaba al 5 de julio de 2019. Todo esto ocurrió en la semana que Murthy y Zaragosí rindieron visita a la Generalitat y al Ayuntamiento para pedir la prórroga de la ATE. Dejaron bien claro a los políticos que la entidad es incapaz de cumplir los plazos e incluso deslizaron que se prolongara hasta 2030 (vence en 2025). Tanto Puig como Ribó y Gómez se mostraron abiertos a ayudar al club pero le exigieron iniciativas que reforzaran la intención de reanudar las obras. Ha pasado un mes de aquello y nada se sabe. Es otro incordio para Lim, pese a que cuando hizo su primera visita como máximo accionista sí quiso pisar el interior del coliseo. Eran otros tiempos. Otro Peter.