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MARC ESCRIBANO
Miércoles, 25 de mayo 2022, 23:47
La temporada 2021/22 de Liga cerró su persiana el pasado fin de semana tras diez meses de intensa y larga competición. El resultado del ... Real Madrid como campeón, con el Barcelona, Atlético y Sevilla acompañándoles en la Champions, no ha sorprendido a muchos por el nivel de estos gigantes. El Betis fue la revelación, ganando la Copa y entrando en Europa League junto a la Real Sociedad. El Villarreal, pese a sus éxitos europeos, se conformará con ser el primer español en disputar la Conference League. Por abajo, el desastre. Alavés, Levante y Granada descienden a Segunda con el miedo de que la vuelta a la élite no sea tan rápida como desean sus aficionados.
El Valencia en cambio, vuelve a quedar como ya es habitual en la era Meriton, en la mediocridad más absoluta. Pese a la ilusión que generó la final de Copa, la temporada liguera ha sido decepcionante para el conjunto entrenado por Bordalás. Tras un inicio fulgurante en el que el Valencia llegó a estar en puestos Champions e incluso segundo en la Jornada 4, el equipo se fue diluyendo, especialmente por las lesiones que sufrieron jugadores importantes, bajando puestos en la clasificación hasta llegar al que está siendo su lugar habitual en los últimos años, la mitad de tabla. Bordalás ha conseguido mejorar la puntuación obtenida por Javi Gracia la pasada temporada con cinco puntos más, aunque comparando han sido cinco menos que los que consiguió Celades hace dos campañas, aunque aquella plantilla todavía contaba con Parejo, Kondogbia, Coquelin, Ferran, Rodrigo, Wass, Garay o Gameiro. ¿Buenos jugadores, verdad? Ninguno sigue en el Valencia dos años después.
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Por tanto, la temporada de Bordalás es digna de elogio, porque con un plantel muy inferior al que tuvo Celades, ha igualado la novena posición de aquella temporada marcada por la pandemia. La conocida como zona Meriton, esa franja de la tabla entre el noveno puesto y el decimotercero, en los que ha dormido el Valencia en cinco de las últimas ocho temporadas, ya es costumbre para los aficionados de Mestalla.
El Valencia siendo noveno, recibirá unos once millones de euros, que serán pagados en cinco años a plazos, acumulándose con los pagos pendientes de las últimas temporadas. El reparto del dinero por derechos televisivos de la Liga se realiza de la siguiente forma: el 50% -el año pasado fueron unos 720 millones- se reparte a partes iguales entre los veinte clubes de Primera. Otro 25% se reparte en una escala en la que los que más audiencia generan, más cobran. El 25% restante -unos 360 millones- se reparte en base a los resultados clasificatorios. Cada puesto recibe una cantidad mayor, desde el campeón que se lleva más o menos 61 millones, hasta el farolillo rojo, que se lleva apenas un millón.
Otro dato demoledor es que en las últimas tres temporadas, el Valencia ha encajado los mismos goles tras 38 jornadas: 53 en contra. En los dos años que Marcelino colocó al equipo cuarto, encajó 38 y 35. La diferencia entre el éxito y la mediocridad, reside por tanto, en la solidez defensiva de un equipo que tras el desmantelamiento contínuo, no ha podido encontrar ni con la contratación de Bordalás como entrenador.
El Real Madrid ha sido el equipo hegemónico de este campeonato, que conquistó sin discusión, siendo líder en todas las jornadas excepto la segunda, y la jerarquía del fútbol español se consolida, con los siete mismos equipos europeos del curso 2020-21.
Tantos meses y 38 jornadas después, muchos de los nombres propios de esta Liga que ya es historia visten de blanco. El jugador de la temporada ha sido sin lugar a dudas Benzema. Máximo goleador con diferencia mediante sus 27 dianas, el peso del delantero francés en el trigesimoquinto título liguero del Madrid trasciende lo meramente numérico. Ha sido el líder de un conjunto muy superior al resto, bien escoltado por la explosión de Vinícius, segunda pata del ataque de Ancelotti con 17 tantos, pero también por el magisterio de Modric, Kroos y Casemiro en un centro del campo incombustible, el liderazgo defensivo de Militao y Alaba, la nueva pareja de centrales de moda en la Liga, y por la absoluta seguridad de Courtois.
Cuando en agosto ante el Alavés echó a andar con Hazard y Bale en el once, pocos podían imaginar que el Madrid sería capaz de asegurar esa Liga que le faltaba al técnico italiano con una superioridad manifiesta. Tanto que incluso ha batido su récord particular en cuanto a ventaja de puntos sobre el subcampeón, trece unidades que superan la docena de 1961, 1963 y 1975, todas ellas bajo el criterio de dos puntos por victoria, eso sí.
El Barcelona quedó finalmente con un segundo puesto que sabe a gloria a tenor de las condiciones en las que afrontaba este campeonato, después de las salidas de Messi y Griezmann y en los huesos a nivel financiero. Koeman ya iniciaba el curso tocado de muerte, después de que Laporta apostase por el héroe de Wembley solo ante la imposibilidad de convencer a otro entrenador, y duró lo que duró. La precipitada llegada de Xavi, que nunca se imaginó en semejante situación de necesidad, y los fichajes de invierno permitieron enderezar el rumbo. Tanto fue así que pese al batacazo histórico en Champions, que condenó al desierto de la Europa League, el Barça llegó a soñar con pelear por la Liga después de la goleada a un Madrid relajado en el clásico. Fue un espejismo, pues el castillo de naipes azulgrana se vino abajo en un tramo final de campaña más que decepcionante. Solo 13 de los últimos 24 puntos en juego en Liga y el bochorno en la Europa League, en un Camp Nou blanco por la masiva presencia de aficionados del Eintracht, deslucieron la reacción de Xavi, que respiró aliviado con una segunda plaza que asegura la presencia en la Supercopa de España. Talentos emergentes como Pedri, Ansu Fati o Araujo permiten mantener esperanza.
Muy cerca se quedó el Atlético, en el podio por décima temporada consecutiva, algo impensable antes de la llegada de Simeone. Y eso que esta fue quizás la campaña más complicada para el Cholo desde que llegó al banquillo colchonero. Se esperaba más del defensor del título pero la fragilidad defensiva a vueltas con el estilo y la caída de rendimiento de Luis Suárez o Marcos Llorente, decisivos en el título de la 2020-21, junto con la mala suerte de las lesiones de Griezmann en su retorno al Metropolitano, han impedido al Atlético pelear por revalidar la corona liguera.
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