Bryan Gil pierde peso para Bordalás con su futuro en el aire

Bryan Gil llegó como un huracán a Valencia. Aterrizó en Valencia un lunes 31 de enero y el miércoles 2 de febrero debutó como titular en el partido de cuartos de Copa del Rey frente al Cádiz. Un estreno fulgurante en el que ayudó al Valencia a lograr el pase a las semifinales del torneo, y donde se ganó los primeros aplausos de la grada de Mestalla.

Desde que firmó por el equipo 'che', el de Barbate se convirtió en un imprescindible en los planes de José Bordalás. Titular siempre que estaba disponible, un fijo en la banda izquierda, que le dio otro aire al equipo en ataque. Una cesión que otorgó un salto de calidad a la plantilla y más profundidad en el juego por banda. En definitiva, un tipo de jugador que le faltaba al Valencia.

La afición valencianista le ha mostrado su cariño desde el inicio. Tal fue el afecto que le han llegado a cantar varias veces «Bryan, quédate». La afición tiene claro que quiere que el futbolista permanezca otro año en el club, aunque sea también en calidad de cedido. Y de momento el Tottenham no descarta esa situación, ya que actualmente no tiene hueco para que el extremo sea importante en el equipo inglés.

Tres meses después de enfundarse por primera vez la camiseta valencianista, el balance que se puede hacer de su rendimiento es que ha ido de más a menos. Los números no le acompañan, ya que en los 14 encuentros que ha disputado entre liga y copa, no ha anotado ningún gol y solo ha conseguido dar una asistencia. Con Bryan hay que guiarse más por las sensaciones que por puramente los datos. Por ese nerviosismo que genera en los rivales cada vez que toca el balón con su desborde y velocidad, aunque con la necesidad de pulir ciertas facetas importantes del juego. En especial, el último pase y la definición, apartados en los que menos ha brillado en Valencia.

Sorprende su desaparición del once titular en los últimos tres partidos. Frente al Villarreal en el duelo previo a la final de Copa del Rey no gozó de ningún minuto. Se podía intuir que Bordalás le reservaba para la importante cita en Sevilla. Pero llegó la final y el técnico alicantino no apostó por él de inicio y se quedó en el banquillo. Decidió alinear un trivote con Guillamón, Moriba y Soler, sin hueco para el andaluz, que salió de revulsivo en la segunda mitad.

El pasado fin de semana, en el derbi frente al Levante, Bryan Gil volvió a ser suplente e ingresó en el terreno de juego en el 90', sin apenas minutos por delante. Al técnico le preguntaron por la situación en rueda de prensa, argumentando su decisión en el cambio de sistema: «Los jugadores pasan por momentos. El cambio de dibujo le limita porque es un jugador específico de banda, pero trabaja bien, quedan partidos y seguro que va a tener protagonismo».

Que el futbolista no haya terminado de explotar puede ser una de las bazas con las que juegue a favor el Valencia para que se quede la próxima temporada. El Tottenham está en predisposición de que juegue cedido otro curso y él está contento en Valencia. «Es frustrante trabajar para un objetivo y no lograrlo, pero no puedo estar más orgulloso de pertenecer a este grupo y defender este escudo», escribió en su Instagram tras la final de Copa. Sin objetivos en la presente temporada, es momento para que Valencia y Tottenham se sienten para valorar la continuidad del andaluz.