El Valencia reclamó al Ayuntamiento la licencia para poder reanudar las obras del nuevo Mestalla

El 12 de diciembre pasado Layhoon esquivó en la Junta General de Accionistas cualquier atisbo de autocrítica por la dramática situación del equipo y por la sonrojante paralización de las obras del nuevo estadio. Al revés. Alzó la voz para acusar al Ayuntamiento –en ese momento comandado por Compromís y con el PSPV a cargo de la política urbanística– de tener bloqueada la licencia de obras del nuevo estadio. «Aquellas reuniones, ahora me doy cuenta, fueron inconsecuentes. No nos tomaban en serio», para decir que el 25 julio pidieron una serie de licencias «sin respuesta a día de hoy. El 2 de diciembre enviamos una carta pidiendo una respuesta formal a la redacción del convenio y el estado de las licencias que pedimos. Creo que el Ayuntamiento no nos va a dar certezas sobre el nuevo Mestalla antes de las elecciones. No parece haber prisa», manifestó la presidenta. Nueve meses después la dirigente ha salido del foco. Con el cambio de gobierno municipal ha decidido activarse la negociación con el Valencia y tras unas primeras reuniones técnicas llegó una cita trascendente. Pero para sorpresa de todos, no fue Layhoon ni tampoco Javier Solís los encargados de verse con José María Olano, el encargado de los grandes proyectos de la ciudad, que incluyen el nuevo estadio y la Marina. El edil fue quien pidió la cita y el club (Peter Lim) eligió a Germán Cabrera, el secretario del consejo y uno de los abogados de cabecera a los que el máximo accionista del Valencia ha confiado, entre otros temas, los del nuevo estadio. Todo un mensaje. Marí Olano preguntó a Cabrera cuál era el objetivo del Valencia en estos momentos sobre el estadio y la respuesta fue clara: obtener la licencia para poder reanudar las obras. Pero el Ayuntamiento quiere garantías de que una vez el club tenga el plácet para que entren las máquinas no vuelva a dejar las obras a medias. Marí Olano le requirió todas las garantías de financiación que complementen los ochenta millones de CVC asignados a infraestructuras.

Fueron las peticiones cruzadas entre el Valencia y el Ayuntamiento de una reunión que comenzó a escondidas y que tanto ayer como hoy se dará a conocer a los grupos municipales. Primero la conoció Compromís y luego será el PSPV, justo el mayor contrincante de Meriton. Joan Ribó, al acabar la cita, manifestó que habían estado revisando el estado de las licencia. «Marí Olano y Giner nos han dicho que han mantenido conversaciones con gente próxima al Valencia. Queremos que se respecte estrictamente el Convenio ya firmado. Me ha dado la sensación que ellos (PP) piensan lo mismo. Eso incluye un estadio de máximo nivel y que pueda albergar competiciones de atletismo. Algo ineludible es el pabellón para Benicalap y el aval para sufragarlo debe estar en el convenio. Que pongan el dinero y lo hará el Ayuntamiento», dijo el exalcalde.

Para conceder la licencia deben estar las fichas de gestión y el planeamiento urbanístico, al que deben ajustarse en su totalidad. En un segundo acto debería llegar el convenio con los detalles de la obra. Sobre este aspecto, el club garantizó al Ayuntamiento que las calidades serán propias de un estadio cinco estrellas, descartando que sea de bajo coste. Pero todo eso debe quedar por escrito. En marzo pasado, la Concejalía de Urbanismo que lideraba Sandra Gómez remitió al Valencia las condiciones del nuevo convenio sobre el nuevo Mestalla, asumidas por el nuevo gobierno municipal, que incluían el aforo mínimo de 66.000 espectadores que podría ampliarse en 4.000 más, la construcción del polideportivo y la reconstrucción de los restos arqueológicos. El convenio establecía que el Valencia no podría vender el terciario del nuevo Mestalla hasta que no cumpla con el polideportivo y los restos y tampoco podría vender las parcelas del actual Mestalla hasta que no esté finalizado el nuevo.

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