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Zona interior de la figuración del nuevo Mestalla. VCF

La candidatura de Valencia para ser sede del Mundial 2030 continúa en el aire

El CSD presiona por carta a la Federación para que sean trece estadios y el Ayuntamiento respira tras garantizar que Peter Lim cumpla

Viernes, 19 de julio 2024, 01:01

«Si todo esto lo hubiéramos hecho en febrero o marzo habría sido perfecto y no habría habido ningún tipo de problema. Pero ahora no ... sabemos qué va a pasar. Con todo el esfuerzo que se ha realizado por parte de unos y de otros, sería una verdadera pena quedarnos fuera». La reflexión de este jueves, sincera, de uno de los miembros de la candidatura para que Valencia sea sede del Mundial 2030 descubre dos cosas: que los políticos y el club (Meriton) han abusado sobremanera del calendario y que no está nada claro qué es lo que va a pasar finalmente aunque nadie quiere arrojar la toalla. Eso, a pesar de que hace justo dos semanas el Valencia se sumara –por fin– a la causa mundialista, de que el viernes pasado el Ayuntamiento concediera la licencia de obras para el nuevo Mestalla y de que este miércoles PP, PSPV y Compromís escenificaran un pacto surrealista para aprobar el martes que viene las licencias. Las condiciones impuestas evidencian que ni mucho menos se fían de Peter Lim y de su intención de empezar/acabar el estadio. Por eso lo de las garantías. Pero, en cambio, hay sectores en la oposición que no dudan en apuntar que Lim exprimirá los 80 millones de CVC y que mientras cumple el calendario de obras venderá sus acciones en el club.

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De cualquier forma, ni aún con las licencias a punto la candidatura de Valencia está clara. Es más, ayer fue un día intenso en este sentido. Desde que se aireó por un medio de comunicación que finalmente serían once las sedes mundialistas y no trece como pretende el Gobierno y la Federación Española, todo fueron llamadas y consultas. Valencia, en esa primera versión, se quedaría fuera, como también Vigo. Hay que recordar que fueron finalmente once estadios los que cumplieron fielmente con los plazos y requisitos que tutela la FIFA y que recoge la Federación Española.

Pero los movimientos por no dejar a Valencia en la estacada se llevan haciendo desde hace muchísimos meses. Prácticamente, desde el mismo momento en que uno tras otro la ciudad de Valencia fue saltándose los plazos. Conforme vencía un plazo y Valencia no cumplía, desde Madrid se rebajaba el nivel de presión para echar el cierre. Todo para que la tercera capital de España no quedara descolgada. Y eso, que el lío que se vivía aquí, desde el punto de vista político y también con la postura de Meriton, invitaba a pensar que nunca se llegaría a buen puerto.

Pero el PP siempre tuvo claro que el Mundial debía pasar por Valencia por la oportunidad que en diferentes ámbitos esa circunstancia ofrece. Empujando en el mismo sentido siempre ha estado el Gobierno. Y ayer mismo quedaba patente con la carta que envió José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes, a la Federación Española de Fútbol. En la misiva venía a reflejar, sin citar a Valencia en concreto, que no se contempla otro escenario que un Mundial con trece sedes para España. «Como sabe, el Consejo Superior de Deportes siempre ha considerado la candidatura del Mundial 2030 como un proyecto de país», explica en un primer momento Rodríguez Uribes.

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«Bajo esta premisa y en este momento definitorio en el que nos encontramos –teniendo que presentar, próximamente, con Portugal y Marruecos el dossier oficial de la candidatura conjunta–, el Consejo Superior de Deportes considera que la Real Federación Española de Fútbol debe defender una posición de máximos con respecto al número de sedes postulante. Específicamente, solicitando que se trabaje en la inclusión de trece sedes nacionales dentro de la propuesta oficial, es decir, todas las que siguen adelante en este momento en la carrera por ser sede mundialista», comenta en la misiva.

Lo justifica el CSD de la siguiente manera: «Esta posición asegura que los efectos del Mundial impacten sobre el mayor número posible de ciudadanos, ya sea mediante la creación de empleo, la mejora de infraestructura, la atracción de turismo, la captación de inversión extranjera, o la transformación de la industria deportiva. Al mismo tiempo, fortalece la cohesión entre todas las comunidades autónomas de España, promoviendo la equidad y una distribución justa de los beneficios que se deriven de la organización de este gran campeonato. »Confiamos en que la Real Federación Española de Fútbol comparta nuestra visión y se comprometa a trabajar diligentemente justo a sus homólogos de Portugal y Marruecos para lograr este objetivo, puesto que la elección de las sedes se circunscribe al ámbito federativo y en última instancia a la FIFA«, suscribe.

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La muestra de la postura pública del Gobierno se puede interpretar como una medida de presión máxima hacia la Federación Española, que precisamente no vive internamente un momento de estabilidad y que puede tener una postura en contra del propio CSD por la propia presencia de Pedro Rocha en el ente federativo. Más confusión si cabe en todo este difícil embrollo.

La comisión federativa que lleva los temas mundialistas la forman tres personas: María Tato (que es la que se encarga precisamente de la cuestión que afecta a Valencia), Fernando Sanz y Jorge Mowinckel. Es a ellos a quienes correspondía pelear sobre todo con Marruecos para que aceptara el aumento de sedes, con la consabida petición marroquí de, a cambio, llevarse la final a Casablanca. Y no, la final será en el Bernabéu eso está más que claro. En Madrid han estado informados casi al instante de todo lo ocurrido en Valencia.

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