Cañizares, a los niños y niñas que juegan a fútbol en los pueblos afectados por la DANA: «Sois unos campeones»

«Hola. Este es un mensaje de ánimo para todos esos chicos y chicas que juegan al fútbol o a otros deportes y que lo hacen en las instalaciones de clubes que han sido afectados por la DANA. He visto como está el campo del Catarroja, Benetússer, Alfafar, Masanasa, algunos más… y la verdad es que están hechos un desastre, ya lo sé. Pero no quiero que perdáis la alegría ni el entusiasmo por jugar e fútbol. El fútbol, al final, os devolverá todo lo que os ha quitado la DANA, seguro. Os devolverá la alegría, la pasión, el entusiasmo y otras cosas que de alguna manera siempre habéis encontrado en el deporte en general. No os desesperéis, por favor. En los últimos años, los dos hijos de mi mujer y mi hija han jugado contra vosotros y nos hemos visto en todos esos campos. Lo hacéis muy bien, francamente bien, es muy difícil ganaros. Así es que quiero que sigáis con ese espíritu y os mando un abrazo muy fuerte a todos. Sois unos campeones y solamente los que son más fuertes, las que son más persistentes, son los que llegan a ser unos grandes deportistas. Y yo estoy seguro de que lo vais a ser. Un abrazo muy grande a todos», ha afiarmado.

El propio Cañizares contó en la Cadena Cope, donde es colaborador habitual, que su finca de Utiel-Requena quedó destrozada. Sin embargo desde el primer momento, y lejos de querer ser protagonista y respetando sobre todo a las víctimas mortales así como a familiares y amigos, ademas de las personas que han perdido sus primeras viciendas, dejó claro que lo suyo fue «una chorrada comparado con el resto»: «Se ha abierto el cauce de un río de 40 metros de ancho con tres metros de altura. Si empieza aquí a llover así, todo eso tiene que llegar al mar. Con ausencia de cauces cuidados, de presas... Yo tengo daños. Ha cambiado la orografía. Tenemos que hacer nuevos caminos para poder acceder. La maquinaría está actuando en cosas más importantes. Me río con lo que me ha pasado a mí viendo lo que ha pasado. Donde nunca ha habido un río se ha abierto un cauce del río. El Barranco del Poyo tenía 50-60 metros de ancho, ahora pasa de 120-130. Cuánta agua pasó para que fuera comiéndose la tierra y ensanchando el cauce».