Cantera de lujo pero con sombras

En el actual Mestalla hay un puñado de jugadores que ya han debutado con el primer equipo: Tárrega (2 partidos), Iranzo (4), Javi Guerra (1), Yellu (3), Mario Domínguez (2), Esquerdo (7), Fran Pérez (1) y el último en estrenarse ha sido Diego López. Se perdieron por el camino otros como Centelles, Gonzalo Villar y Pedro Chirivella, por ejemplo; y hay jóvenes del Mestalla que picotearon en la élite (Diallo, Zahibo) pero que no pueden considerarse canteranos. Los hay que salieron por la puerta de atrás antes de hora pero que luego triunfaron: Nolito, Camarasa, Roger, Héctor Font, Rubén García, Sisi...

Pero, realmente, ¿tienen fácil el acceso a la élite los chavales de Paterna? ¿Confía de verdad el Valencia en la gente que siente el escudo como los Gayà, Lato y Jesús Vázquez que se han formado como blanquinegros desde pequeños o salen más rentables apuestas como la de Ozkacar, por ejemplo? Las respuestas, seguramente, generarían un amplio debate porque en ocasiones es difícil calibrar si de verdad se saca o no pleno rendimiento al trabajo de la base. Pero es indudable que en los últimos años, tanto la venta de Ferran como de Carlos Soler, por ejemplo, han hecho que entren en caja un buen dinero, como en su día lo hicieron los Bernat, Farinós, Mendieta, Albiol, Silva y Alcácer. Más de 250 millones de euros en ingresos desde 2000. Todos contribuyeron con sus traspasos a llenar la caja fuerte. Sin embargo, es incomprensible que haya casos como el de Kang In, una joya que el Valencia pulió durante años y que se fue gratis.

Tampoco pasa desapercibido un de esos que en ocasiones se producen en los clubes y que encuentran poca explicación. Es el caso que se da este año en el Valencia. Iago Herrerín, por ejemplo, es un guardameta con experiencia que a sus 34 años está tratando de convencer a Gattuso de que puede tener al menos un hueco en esta plantilla. Aunque sea de suplente de Mamardashvili. La lesión de Jaume ha hecho que en lugar de abrírsele una oportunidad a Cristian Rivero (desde alevines en la cantera blanquinegra), al meta de Gandia se le vuelva a poner una traba a sus 24 años y después de un periodo de sequía casi absoluta. En los últimos dos años, entre el Valencia y el Alcorcón donde estuvo cedido el pasado ejercicio, Rivero tan sólo ha disputado 7 partidos. Finaliza contrato en 2024 y cuando se le preguntó a Gattuso por la situación, el italiano dijo que no quería perjudicar al Mestalla a la hora de reclamar a sus porteros, cuando en realidad los filiales están para eso.

La temporada pasada, el Athletic, según el informe que realizó CIES, lo situó como el equipo que más minutos concedía –con Marcelino en el banquillo– a los futbolistas formados en categorías inferiores si se comparaban los datos de las cinco grandes ligas europeas. Lezama estaba por encima del resto con un porcentaje del 55%. Hay que tener en cuenta que para considerar a un futbolista canterano, hay que basarse en los criterios de la UEFA que entiende que han tenido que jugar en categorías inferiores durante al menos tres temporadas entre los 15 y 21 años. Yunus, por ejemplo, fue un fichaje de Longoria que llegó con 16 años y que a los 17 años, 9 meses y 13 días ya había debutado con el primer equipo, superando así en precocidad el récord que en lo que se refiere a jóvens extranjeros había establecido Kang In.

Fue hace ya dos años, seguramente cuando quedó patente el cansancio de Peter Lim de poner dinero y después de los fracasos deportivos que repetidamente cometía por una mala gestión, cuando Anil Murthy empezó a llenar sus discursos con referencias a la importancia de la cantera de Paterna. Hasta dijo aquello de que el Valencia sería campeón de Liga con futbolistas de la Academia. Quedan siete temporadas para que se cumpla ese vaticinio pero echando una mirada a la composición de la actual plantilla, se hace difícil imaginar dicho escenario.

El Valencia no es el Athletic, con su política de cantera exclusivamente reservada a gente de su tierra, pero de la larga lista de jugadores que habitualmente participan en mayor medida en el grupo que dirige Gattuso, sólo ocho de ellos cumplen ese requisito. Se incluye en ese grupo a Mosquera, por ejemplo, que a sus 18 años quizás se pueda estar aún preguntando qué necesidad había de traer a un futbolista como Ozkacar (21 años, cedido con opción de compra) que tras las primeras cinco jornadas todavía no ha disputado ni un solo minuto de Liga y que no parece que haya convencido lo más mínimo al técnico italiano. Es más, quien ya ha participado en dos encuentros (53’) ha sido Mosquera, un central que tiene muchas condiciones para seguir creciendo en la élite. Si le dejan claro.