La Federación no ha tenido piedad del Valencia por todo lo acontecido en el partido contra el Real Madrid en Mestalla y para ello no ha dudado en defender, y hacer suya, la teoría de que toda la grada tuvo un comportamiento racista tras la expulsión de Vinícius. Es decir, que los 46.002 espectadores que asistieron al partido cometieron un delito de odio. Una mentira, un relato que ha sido machacado en los dos últimos días desde los altavoces mediáticos de Madrid, que ha calado. El Comité de Competición, a los tres días del partido, ha sancionado con dureza a la entidad valencianista en una resolución del organismo presidido por Luis Rubiales que decreta «el cierre parcial del estadio de Mestalla durante cinco partidos, más concretamente de la grada sur Mario Kempes. Se considera probado que, tal y como reflejó el árbitro en su acta, hubo gritos racistas a Vinícius durante el partido, alterando el normal desarrollo del mismo y considerándose las infracciones muy graves. Además, se le impone al Valencia una sanción de 45.000 euros».
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La base documental para decretar la sanción ha estado integrada por el informe realizado por el Oficial Informador, la denuncia del Director de Integridad de la Federación, la denuncia de la LFP, así como el escrito de alegaciones formulado por el Real Madrid. En esa base documental no se menciona al Valencia. El Comité considera probado, es uno de los puntos que más ha indignado en el Valencia y seguro que al valencianismo cuando sea conocedor, que Mestalla gritó de forma coral «mono» a Vinícius tras su expulsión, cuando en todos los vídeos emitidos de ese momento se aprecia el grito coral de «tonto». Esa evidencia, incluso, consiguió que Ancelotti rectificara ayer su acusación del domingo de que todo Mestalla tuvo una actitud racista. El Comité de Competición considera, en el punto 6 de los antecedentes de hecho, lo siguiente: «Tras la expulsión en el minuto 90, se produce un cántico generalizado por toda la grada de 'mono, mono' que transiciona a 'Tonto, tonto'». Es decir, la Federación señala durante unos instantes a todo Mestalla de campo racista, haciendo bueno el discurso de Ancelotti, de Vinícius y del Real Madrid. Según argumenta el organismo presidido por Carmen Pérez González, esta conclusión (e incluso ese momento de la transición entre insulto e insulto) se ha extraído tras el análisis de decenas de puntos de vista y de grabaciones tanto de vídeo como de audio de lo sucedido el domingo en Mestalla.
Ante el fallo «cabe la interposición de recurso, en el plazo de diez días hábiles, ante el Comité de Apelación». El Valencia, tal y como ha podido confirmar este periódico, no sólo va a recurrir a esa instancia sino que llegará a todos los estamentos, sin descartar abrir una vía judicial al entender que la entidad ha actuado con máxima celeridad, identificando en poco más de 24 horas a tres presuntos responsables de los insultos racistas contra Vinícius, que ya han sido detenidos y puestos en libertad a expensas de la decisión judicial y que, en el punto de señalar a todo Mestalla con un cántico coral de racismo, se está faltando a la verdad. En caso de que este conflicto termine en los juzgados contra la RFEF, sería el segundo litigio abierto puesto que el Valencia ya tiene denunciado el reparto de la Supercopa de Arabia, así como el cambio de formato ya con la temporada 2019-2020 en juego. En la entidad de Mestalla tampoco se entiende que Integridad y Competición hayan sancionado antes, con cierre parcial de la grada, al Valencia por lo acontecido hace tres días que al Espanyol, que sin ningún identificado de las decenas de personas que invadieron su estadio tras la victoria ante el Barça, ese expediente no ha tenido ninguna sanción.
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La resolución incluso rearbitra la expulsión de Vinícius, dejando sin efecto la roja al brasileño tras agredir a Hugo Duro. Sea o no una reacción, la agresión existe tal y como se refleja en las imágenes. Es decir, es un dato objetivo que el brazo de Vinícius impacta en la cara de Hugo Duro. Para Competición no, dando por bueno el desgarrador relato del Real Madrid en sus alegaciones: «Tal decisión vendría determinada por la omisión de la SALA VAR de la totalidad de la jugada, sin mostrar la agresión realizada segundos antes por los jugadores 19 y 25 del equipo local, que le agarran del cuello, de modo que el jugador expulsado en un intento desesperado por quitarse de encima el brazo del jugador rival del cuello, ante el inminente riesgo de asfixia, se quita de encima, instintivamente al jugador rival. A todo ello se añade que según la información publicada en la prensa por la propia RFEF, el árbitro del VAR habría sido cesado por el corte de las imágenes remitidas al colegiado». David Albelda, una leyenda del Valencia, fue el primero en mostrar su indignación contra la resolución: «Siempre hay una primera vez para cambiar las normas del juego. Igual mañana nos cierran hasta el Palau de la Generalitat».
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