Se puede quejar Bordalás, pero no del todo. Desde luego, nada que ver con lo que vivió el año pasado Javi Gracia. O la experiencia le ha servido a Peter Lim para recapacitar o la posibilidad de coger plaza europea le ha hecho no repetir errores, pero lo cierto es que el club ha saciado al menos teóricamente buena parte de las necesidades que una y otra vez había expresado el técnico, aunque se ha dejado un vacío bastante importante por llenar.
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Quería el entrenador un defensa central que cubriera la larga ausencia de Gabriel Paulista; un mediocentro que sumara y que, en lo posible, se evitara la marcha de Wass si no se encontraba un recambio de garantías. Al final, el Valencia ha sido bastante protagonista en este difícil siempre mercado de enero y hasta última hora de la noche de este lunes apuró para ver si complacía al cien por cien a su entrenador. No pudo ser del todo: viene un central suizo (fichado) que debe demostrar sus condiciones, y dos buenas promesas (una más realidad que otra) pero en calidad de cesión. Bordalás tiene un nuevo medio (Ilaix Moriba, de 19 años), pero se queda sin ese centrocampista de experiencia que aporte rendimiento desde ya, ese '6' que diera estabilidad al equipo, que pudiera conceder alguna tregua a Hugo Guillamón y que elevase con garantías la nómina de centrocampistas donde no complace Uros Racic y donde se le ha dado ficha de la primera plantilla a Koba.
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No vino el levantinista Malsa ni tampoco Diawara, dos de los nombres que estuvieron encima de la mesa hasta el último momento. El Levante pedía un pellizco por Malsa y Diawara, por su parte, disfrutó manejando varias propuestas pero al final decidió quedarse en la Roma de Mourinho. A cambio, sin embargo, a Bordalás se le obsequia con un 'caramelo' que también había pedido y con cierta insistencia, pero nunca de manera pública: Bryan Gil.
De los tres futbolistas que ha incorporado el club en esta ventana, el internacional español ha significado una agradable sorpresa para la afición. Llegó a mediodía en un vuelo privado, pasó revisión médica y a media tarde se hizo ya oficial la cesión. Bryan Gil, a sus 20 años, estará hoy en Paterna entrenando con sus nuevos compañeros y mañana en la cita de Copa contra el Cádiz será sin duda uno de los grandes atractivos de la noche. Porque Gil viene por petición expresa del entrenador para revolucionar con su descaro y su compromiso en el trabajo colectivo una banda izquierda (puede actuar también en la banda contraria) en la que apenas suma Cheryshev (acaba contrato en junio) y para la que había sido condenado Hugo Duro, mucho más dañino cuando tiene más libertad de movimientos.
A sus 20 años, el ex del Sevilla no había encontrado acomodo en el Tottenham pese a los 25 millones de euros que pagó por él este pasado verano. Con sólo 86 minutos acumulados en la Premier, la posibilidad de hacerse con sus servicios se planteó hace algunas semanas pero las exigencias del club inglés ponían cuesta arriba la operación.
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La persistencia de Bordalás y la agilidad del club para rebajar las primeras pretensiones del Tottenham han resultado claves. Del millón y medio que pedían aproximadamente en un principio se ha reducido a algo más de la mitad, pago que deberá hacer el Valencia para una cesión –sueldo al margen– hasta junio, sin opción de compra. El coste por tener a Gil de blanquinegro encierra unas cláusulas por objetivos individuales –bastante asumibles de alcanzar– así como otras cantidades en función de lo que pueda ser capaz de hacer el Valencia tanto en Liga como en la Copa del Rey.
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Fue, sin duda, la de Bryan Gil la nota alegre de una larga jornada que como no podía ser de otra manera mantuvo la incertidumbre en las oficinas valencianistas, hasta casi la medianoche. «Con los que más contacto he tenido son Carlos y Hugo. Carlos me ha escrito mucho. Me ha ayudado mucho y se lo agradezco. Me daba tranquilidad. Estoy muy feliz de volver a verlos y volver a jugar con ellos. El llegar a un vestuario nuevo y conocer a gente importante te da mucha confianza, sobre todo, los primeros días», desvelaba el extremo zurdo, que llevará el dorsal 21 de un Manu Vallejo que ha mantenido al Valencia en tensión por sus cambios de criterio hasta el último momento.
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«Espero crecer como jugador y aportar al máximo al míster y al equipo. Quiero coger un poco más de experiencia y trabajar mucho. Una de las razones por las que he venido aquí es el estilo de Bórdalas y cómo compite. Creo que me ayudará muchísimo», apuntaba en sus primeras declaraciones ya como valencianista Bryan Gil, que mantiene contrato con el Tottehnham hasta 2026.
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