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Valencia CF | Demoliciones Meriton

Demoliciones Meriton

Las cifras del Valencia son las peores desde la temporada 1985/86, en la que se produjo el descenso a Segunda División | El primer equipo zozobra en la Liga y en la Copa, el filial está a un paso de descender dos categorías y el femenino se ha instalado en la medianía

Lunes, 15 de febrero 2021

Cinco victorias, nueve empates y nueve derrotas. No son las cifras del Huesca (con perdón). Son las del Valencia. Sí, las del Valencia, el histórico club centenario que ha llegado a pelear títulos con Real Madrid y Barcelona. Ese saldo tan precario de resultados le traslada a la parte baja de la clasificación. Se trata del peor Valencia en la jornada 23 en muchos años. Rebuscando en la hemeroteca para buscar un momento de crisis similar aparece una fecha fatídica. Negra. Hay que retrotraerse a la temporada 1985/86, hace 34 años. ¿Y qué pasó en ese momento? Nada menos que la tragedia de ver cómo el Valencia descendía a Segunda División.

En esas estamos ahora. En el mismo peligro. Y la responsabilidad, de la que no están exentos la plantilla y el cuerpo técnico, tiene nombre y apellido: Meriton Holdings. Están en pleno proceso de demolición del club. Porque no sólo el primer equipo vaga perdido, un vistazo al filial todavía genera más desesperanza. Marcha último del grupo 3B y está a sólo cuatro partidos de descender dos categorías de golpe con la reestructuración de la Federación. Su planificación ha sido nefasta. Ha acabado por ir al mercado a buscar futbolistas porque con la cantera se veía incapacitado de conseguir los resultados esperados. Y quien lo ha pagado es el juvenil, mediatizado por tener que desprenderse de sus mejores futbolistas. El Villarreal y el Levante le supera en la clasificación. Hay más. El femenino deambula en la medianía. Sin un objetivo claro.

Para solucionar todo este entuerto haría falta un mando efectivo. Pero en el Valencia hay una nula autoridad. Peter Lim se ha desentendido por completo del club. Después del ridículo en el Di Stéfano frente al Real Madrid nadie se ha pasado por el vestuario para alzar la voz, para reclamar a los futbolistas que cumplan con su obligación. A nadie se le pide que juegue como los ángeles, pero sí que corran y se entreguen. No es una opinión externa, tanto Gayà como Gracia reconocieron al acabar el choque que les había faltado intensidad y que al rival no le hizo falta entregarse al máximo. Pero el Valencia no tiene director general. Posee una estructura contra natura, con un presidente que quiere ejercer de todo y un secretario técnico sin ninguna ascendencia sobre los futbolistas. Y sin Murthy en Valencia –sigue en Singapur por un asunto personal y todavía recluido guardando cuarentena–, nadie piensa que Joey Lim o Teo Swee Wei tengan los arrestos suficientes para plantarse ante los jugadores y ponerlos en su sitio. Al final siempre viene al recuerdo Alemany y su competencia.

Cuando regrese Murthy tiene demasiados frentes abiertos para evitar el derribo del Valencia. El aspecto deportivo primero, el urbanístico y el económico después. El dirigente del club ya tiene fijada una reunión con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, con la ATE en el punto de mira. El plazo se acaba. Tanto el Consell como el Ayuntamiento fijaron mayo de este año para que se produjera la reactivación de las obras. En esta segunda cita se espera que el club aporte algún documento o una base con la que argumentar la necesidad de una prórroga, por la pandemia y por la probable recuperación del mercado inmobiliario. Lo que necesita Meriton es tiempo.

Tanto para sacar adelante la temporada y despejar el panorama urbanístico de los dos estadios que tiene en marcha, como para en un futuro plantear una hipotética venta del paquete accionarial que tiene Lim. Murthy ha negado de manera repetida que el Valencia esté en venta y que se trabaja para la sostenibilidad del club. Pero esa última necesidad se ve amenazado por el plan de pagos de aquí a septiembre. El club ya fijó unas pérdidas de 26 millones de euros que se aliviarían con la venta de futbolistas, pero en septiembre vencen los préstamos de Lim al club. 54 millones que tendrán que ser satisfechos si no quiere cobrarse con el traspaso de otros futbolistas, ya que hasta ocho de ellos son la prenda de los créditos. Y hay que seguir pagando a Bankia y también las nóminas de la plantilla. Meriton tiene la palabra. La demolición acecha.

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