Si algo ha tenido de casi siempre el Valencia es una convulsión social interna que le hace diferenciarse de la mayoría de clubes. Desde el 92 cuando se convirtió en Sociedad Anónima Deportiva, el club ha vivido luchas internas. Eso sí, nadie se queda de perfil cuando la amenaza del descenso está ahí. Y actualmente, la defectuosa gestión deportiva ha hecho que el valencianismo tenga claro que por encima de todo, ahora, hay que evitar el descenso. Lo dijo Paco Roig («Lo importante ahora es salvarse, la gente tiene que ir a una y ver si podemos salir de esto») y lo refrendaron todos los presentes. Cayetano Ros recuperaba para el caso las manifestaciones de Ernesto Valverde el sábado pasado. «Como aquí en Valencia hay un vacío de poder, las palabras las dijo él. El Valencia tiene equipo de sobra, tiene que mentalizarse para jugar esos partidos duros y Mestalla tiene que volver a ser el campo enorme que no deje escapar puntos. Nadie ha sabido decirlo en los últimos meses, todo ha sido pánico. Hay que intentar revertir todo y que alguien lo lidere. Que alguien del club se digne a cambiar el relato».
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Juan Carlos Valldecabres
Lloret se mostró convencido de que con una victoria, que sirva de convencimiento para los propios jugadores, la situación puede sufrir un vuelco. Y Roig, ya puestos a plantear qué tipo de mejoras se podrían aplicar en el plano deportivo, no tuvo inconveniente en apuntar su candidato: «Si no pones un entrenador que tenga oficio... no queda otra. Habría que poner a Marcelino pero ¿para eso tienes que irte a Singapur?».
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