Lim despeja el estadio hasta 2030

Cinco años más para acabar el desaguisado de los dos 'Mestallas'. Peter Lim necesita tiempo para que su ya manoseado prestigio en Valencia no se vaya al garete y quien sabe si, según algunos críticos, para poder vender sus acciones y trasladar el 'marrón a otro. Por eso Meriton intentó convencer la semana pasada –se podría decir que con dudoso éxito– a las autoridades valencianas para que se muestren generosas y flexibles con la ATE que afecta al viejo y al nuevo Mestalla. En las conversaciones que mantuvo el presidente del club, Anil Murthy, tanto con el máximo responsable del Consell, Ximo Puig, como con el alcalde, Joan Ribó, y la vicealcaldesa, Sandra Gómez, el tono del discurso fue mucho menos profundo del que esperaban de verdad los políticos. Las intenciones para acabar la obra, al menos aparentemente, están. Otra cosa es la capacidad real de los actuales gestores del club y la situación económica general en llevar a cabo el ambicioso proyecto urbanístico.

De ahí que en esas conversaciones en las que por desgracia se optó por navegar entre dos aguas y esquivar sobre todo los compromisos tácitos, Murthy llegó a deslizar en un momento de la charla en el Ayuntamiento que 2030 sería una fecha en la que todo podría quedar resuelto de una manera satisfactoria para la ciudad. Si la ATE marcaba 2025 como fecha límite para entregar ya los pisos del viejo solar, Meriton propuso de manera sutil a la autoridad política una prórroga de cinco años, posibilidad que vinieron a confirmar ayer mismo fuentes municipales. Lo curioso es que desde el Valencia, en cambio, se niega con absoluta rotundidad que ese propósito haya estado encima de la mesa. Pero es obvio que hace falta más margen de maniobra.

Al no querer Murthy pronunciarse públicamente y despejar las dudas que hoy por hoy tienen los aficionados del Valencia, los políticos prefieren mantener la misma prudencia que tenían antes incluso de la entrevista con el dirigente blanquinegro. Es más, la postura de tímida predisposición que se deslizó desde la propia Generalitat tras el encuentro, no tuvo continuidad desde el Ayuntamiento, que en toda esta cuestión se ha mostrado mucho más agresivo y contundente en este último periodo a la hora de manifestarse sobre Meriton. Ahora, incluso, los políticos no sólo recelan de las verdaderas intenciones de Meriton para resolver la papeleta del estadio sino que incluso llegan a plantear seriamente sus dudas sobre la capacidad de gestión que tiene Murthy, como representante visible del máximo accionista. Hasta pusieron el foco sobre la polémica con las peñas, sugiriendo al presidente que solucionara el conflicto actual con la Agrupación.

A Murthy y a su equipo de trabajo les están superando los acontecimientos. Y desde Singapur no parece tampoco que se aporte una solución definitiva. Nada que ver con aquel pronóstico que públicamente expuso Aurelio Martínez, antes de vender las acciones, en las que venía a asegurar con rotundidad que si no surgía un comprador para el solar del viejo estadio, Lim pondría 150 millones de euros para hacerse con la propiedad.

El acuerdo con ADU era mucho menor y en marzo todo saltó por los aires. El club asegura que desde entonces viene trabajando con otros interesados y hasta el Ayuntamiento ha llegado la opción de un fondo interesado pero el problema es que hoy por hoy no hay ningún acuerdo. 2030 da para mucho.