Lim desteje lo que teje Lay Hoon

La dirigente dice haber vuelto para «reconstruir» el Valencia destruido por Lim al dejar el mando seis años en manos de un incompetente como Anil Murthy. La presidenta mejora el día a día de la entidad, pero carece de fuerza para fichar a un director deportivo que ponga luz sobre un proyecto a seguir, para evitar que Lim malvenda a Carlos Soler y a Guedes ni para darle a Gattuso, en definitiva, una plantilla competitiva. Los golpes de efecto provienen de Lim, que ha movido más de 1.000 millones en compra-venta de jugadores en ocho años, y ha desmantelado al campeón de la Copa del Rey de 2019 ante el Barça de Messi (solo quedan cuatro de aquella plantilla: Jaume, Gayà, Diakhaby y Gabriel Paulista).

La Liga, atado y bien atado. La patronal del fútbol español ya evitó, la pasada campaña, emitir las imágenes de gran parte de las protestas de los aficionados valencianistas contra Lim. Al presidente de la Liga, Javier Tebas, no le gusta la libertad de prensa y pretende dar una versión edulcorada del campeonato hasta tal punto que ahora ya controla la contratación de los narradores y de los comentaristas de los partidos retransmitidos por Movistar. Del carril de lo políticamente correcto no se va a salir nadie.

Las futbolistas rechazan a Jorge Vilda. Nadie sabe qué méritos había contraído Jorge Vilda para ser seleccionador español ni qué méritos ha contraído para seguir siéndolo siete años después, sin haber conseguido nada a pesar de contar con la mejor generación de futbolistas de la historia, entre ellas la Balón de Oro, Alexia Putellas. Y como al presidente de la federación, Luis Rubiales, el fútbol femenino le importa entre poco y nada, renovó a Vilda antes de la Eurocopa. Pero las jugadoras han dicho basta y ha habido un motín contra el seleccionador liderado por las jugadoras del Barça, que han sido campeonas de Europa. A alguien sí le han empatado. Las mujeres futbolistas no son precisamente sumisas, sino que toman sus propias decisiones. Ya en su día superaron el régimen del terror impuesto por el anterior seleccionador, Ignacio Quereda (un machista redomado), y lograron despedirlo. La selección tiene un potencial nunca visto y necesita un entrenador a su altura.