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Uno de los grandes problemas del fútbol actual es la falta de un criterio único. Según el equipo que protagonice las acciones se toma una decisión o la contraria. En un partido en el Bernabéu el áribtro anulaba un gol al central atlético Savic por ... un fuera de juego posicional de Saúl. Ayer hubo una jugada calcada al inicio de la segunda mitad con un cabezazo de Lewandowski que se iba a gol pero Fermín se situaba por delante de todos y, además, molestaba la visión de Jaume. ¿Y qué pasó? Nada. Ni el VAR avisó a De Burgos Bengoetxea para que al menos fuera a verla. Y no fue un momento más del partido. Baraja advertía al final del choque que el jugador del Barcelona sí mostraba intención de tocar el balón. Fue un mazazo porque acababa de comenzar la segunda mitad y mutilaba la resistencia del Valencia. Es cierto que luego el conjunto blanquinegro, con una acción clarísima de Diego López, pudo volver a adelantarse, pero fue un golpe al ímpetu de los futbolistas del Valencia. Porque este equipo sabe sufrir. Es una manera más de saber jugar. Es el espíritu que proyecta el entrenador. Quizá no llega a la derrota útil que cacareó Valdano, pero sí perdió en Montjuic como un equipo grande, como lo que es y como lo que ha sido, esté quien esté en el sillón presidencial. Lo que sí deberá trabajar el entrenador valencianista es el balón parado. Los tres últimos goles del Barça llegaron en esta disciplina. Xavi desvelaba que son acciones que se practican durante la semana. Hay que hacerlo para marcar y también para defender. Al Valencia en estos momentos le faltó la contundencia que te ofrece la veteranía. Y es que Baraja plantó en el césped de Montjuic al once inicial más joven de la historia, con veintidós años de media. Mosquera y Yarek fueron los centrales. Enormes zagueros pero a los que les falta la mala leche que se consiguen con años, con partidos, con luchas contra los mejores delanteros. Uno de los grandes problemas del fútbol actual es que se retuerce el progreso de los futbolistas. Chavales que deben asumir responsabilidades que por edad no les corresponden. Pero las confecciones anómalas de las plantillas, como es el caso de la del Valencia, obligan a adelantar los plazos. La gran ventaja que tienen es que cuentan con un maestro en el banquillo, que ha conseguido mantener al conjunto blanquinegro en la lucha por puestos europeos pese a todo. La Conference League continúa a sólo dos puntos, aunque por detrás llega lanzado el Villarreal de Marcelino, que en los últimos choques ha cogido el tono, mostrándose contundentes.
FC Barcelona
4
-
2
Valencia CF
Quedan cinco partidos para el final de la competición. Pero este partido debe ayudar a mantener la tensión. El Valencia pudo ganar pese a disputar media parte con un jugador menos. Desde el principio se vio un equipo de autor. Pertrechado atrás y con galopadas al contragolpe. En la primera de ellas Hugo Duro lo intentó con un taconazo y sólo un minuto antes del primer gol del Barça pudo adelantarse el Valencia tras plantarse Peter Federico ante Ter Stegen, pero su disparo salió alejado de la portería. Y en la jugada siguiente, centro de Cancelo y cabezazo a la red de Fermín. Y de repente llegó el vodevil de los porteros. Ter Stegen no acertaba a despejar un balón y Hugo Duro se lo llevaba con el pecho para marcar a placer. Todo mejoró, además, con el claro penalti de Araujo cometido sobre Peter Federico. Al árbitro le bastó una imagen para señalar la pena máxima. Gol de Pepelu. El infalible. Es el jugador de la Liga con más penaltis anotados (6).
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Los balones largos de Mamardashvili desnudaban a una defensa del Barça con acciones casi groseras. El pujante Cubarsí parecía un central de veteranos. Pero llegó otro de los momentos definitivos. Pase de Yarek al portero georgiano, que despeja mal, el balón va a Lamine y su disparo acaba en el brazo del portero valencianista. Roja. Con diez toda la segunda parte. Baraja planteó lo que restaba para resguardarse y buscar contragolpes. El deseo se convirtió en pesadilla con el gol de Lewandowski a los cuatro minutos de comenzar la segunda fase, aunque había fuera de juego posicional de Fermín. Todo pudo cambiar cuando Diego López se plantó solo ante la portería del Barça pero Pedri, que acababa de salir, le arrebató el balón. Y ya en los últimos diez minutos dos acciones a balón parado rompieron el manual de resistencia. Lewandowski anotaba en un córner y de falta. A seguir remando, que diría Emery.
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