![Los jugadores del Valencia le explican al árbitro la situación](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202104/04/media/cortadas/diakhaby4-efe-kNX-U1301018917487rjB-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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En el minuto 30, el Ramón de Carranza dejó de ser el escenario de un simple encuentro entre el Cádiz y el Valencia. En ese instante, el cronómetro se paró. Entonces arrancó un episodio que trascendía el fútbol. El estadio andaluz se convirtió en el foco de todas las miradas. Mouctar Diakhaby denunció un insulto racista de Juan Cala y, en medio de la tensión y el tumulto, los futbolistas de Javi Gracia decidieron abandonar el césped como protesta. Un gesto inaudito en la Liga. Sin embargo, el plante duró un cuarto de hora. Los blanquinegros, ya sin el abatido central francés en la alineación, regresaron al terreno de juego y retomaron el partido para evitar una sanción deportiva. Al mismo tiempo, el club de Mestalla lanzaba dos breves comunicados condenando los hechos producidos. Una reacción que resultó desconcertante y que restó contundencia a la reivindicación inicial.
Con 1-1 en el marcador, el resultado pasó a un segundo plano. Se llevaba media hora de juego cuando los acontecimientos iban a hacer que el encuentro entrara directamente en la historia del fútbol español. El desagradable origen fue un caso de discriminación. A raíz de un leve contacto entre Diakhaby y Cala en el área del Valencia durante una acción a balón parado, se produjo un rifirrafe que fue subiendo de temperatura. Ambos futbolistas intercambiaron varias palabras mientras se dirigían al centro del campo y, finalmente, se enzarzaron. El central francés empujó en dos ocasiones y reprochó su actitud al jugador del Cádiz, quien ya tenía una tarjeta amarilla. La tangana encendió las alarmas.
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Fali se acercó inmediatamente para mediar e intentar tranquilizar a un Diakhaby que estaba fuera de sí. Paulista, en cuanto se percató del incidente, recorrió medio campo y contuvo a su compañero. Saltaban chispas. El árbitro del partido, Medié Jiménez, detuvo el juego y amonestó al francés. La desesperación del valencianista denotaba que algo grave había sucedido.
Ningún integrante del equipo arbitral había sido testigo del insulto, por lo que Diakhaby dialogó con Medié Jiménez para explicarle los hechos. Mientras tanto, Cala lucía un gesto especialmente serio y reflexivo. Y se acercó al entrenador del Cádiz, Álvaro Cervera, con tal de exponerle la situación tapándose la boca con la mano. Después de varios minutos de alto voltaje, los jugadores y técnicos del Valencia tomaron la decisión de secundar a Diakahaby y abandonar en bloque el césped. Todos acompañaron al francés a los vestuarios.
Los futbolistas del Cádiz permanecían sobre el césped del Ramón de Carranza esperando acontecimientos. Eran momentos de incertidumbre. Se trataba de una reacción insólita en el fútbol español. El delegado del primer equipo blanquinegro, David Rangel, mantenía una conversación con uno de los dos protagonistas: Cala. Ambos, con rostro de preocupación, intercambiaban posturas sobre el campo.
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El desenlace era una incógnita. Y, un cuarto de hora después de abandonar el césped, los jugadores del Valencia reaparecieron con la intención de retomar el partido. Bueno, todos menos Diakhaby. Durante esos 15 minutos, el vestuario se convirtió en una olla a presión. Finalmente, la protesta se quedó a medias.
La versión del defensa del Valencia, la misma que había transmitido sobre la hierba a aquellos con los que había hablado, estaba clarísima: Cala le había llamado «negro de mierda». El acta del partido reflejó una de las claves, que consiste en que el equipo arbitral, al menos en ese momento, no podía corroborarlo de ninguna manera. El defensa del Cádiz, por su parte, negaba que hubiese insultado al francés.
«Diakhaby, una vez amonestado por discutir con un contrario, me dice textualmente: 'Me ha llamado negro de mierda'. Este hecho no fue percibido por ningún integrante del equipo arbitral», apuntó el acta.
Cádiz CF
Ledesma; Iza Carcelén, Cala (Marcos Mauro, '46), Fali, Pacha Espino; José Mari, Jonsson; Salvi, Perea (Alejo, '62), Jairo Izquierdo (Pombo, '79) y Negredo (Malbasic, '74).
2
-
1
Valencia CF
Jaume; Correia (Musah, '89), Gabriel Paulista, Diakhaby (Guillamón, '30), Gayà; Wass (Manu Vallejo, '73), Carlos Soler, Racic, Álex Blanco (Cheryshev, '73); Guedes y Gameiro (Cutrone, '89).
GOLES Juan Cala ('14), Gameiro ('19) y Marcos Mauro ('88).
ÁRBITRO David Medié Jiménez
Durante el período en que estuvo suspendido el choque, Medié Jiménez informó a la plantilla del Valencia de que, si se mantenían firmes en su propósito de no terminar el partido, se exponían a una sanción. El árbitro comunicó las consecuencias del plante.
Concretamente, el Valencia podía recibir una sanción por incomparecencia que consistía en la pérdida del encuentro por un resultado de 6-0 y el descuento de tres puntos. Había dudas. La plantilla transmitió esta situación de Diakhaby, quien pidió a sus compañeros que volvieran al césped. Así, tras deliberar, el conjunto blanquinegro tomó la determinación de reanudar el encuentro. El central francés transmitió que él no se sentía en condiciones de jugar pero entendía que el equipo debía competir para evitar un castigo.
Mientras los futbolistas regresaban al campo, el club de Mestalla lanzaba un comunicado a través de las redes sociales: «El equipo se ha reunido y decide volver para luchar por el escudo pero firme en la condena al racismo de todo el Valencia en todas sus formas». Diakhaby, cariacontecido, aparecía en la grada del Ramón de Carranza para sentarse junto a los suplentes. Su rostro era el de una persona hundida.
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El sitio del francés en el once fue ocupado por Hugo Guillamón, quien llevaba varios minutos calentando. En cambio, sí iba a continuar jugando Cala. Precisamente, el central del Cádiz había sido el encargado de abrir el marcador. Instantes después, Gameiro había puesto el 1-1 al aprovechar una excelsa asistencia de Guedes. Con la reanudación, Correia mandó el balón poste.
El segundo acto arrancó sin Cala, ya que Álvaro Cervera decidió dejarlo en el banquillo porque le veía conmocionado y arrastraba una amarilla. Los de Javi Gracia dominaron el juego pero carecieron de pólvora. El Cádiz, sin embargo, sí supo exprimir sus ocasiones. En el minuto 88, Marcos Mauro, quien había sustituido a Cala, aprovechó la relajación defensiva del Valencia para cabecear y poner el 2-1 final. La derrota, ayer, fue un mal menor.
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