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Javi Guerra, ante Osasuna. Iván Arlandis

Baraja no se queja de vicio

La falta de consistencia impide el triunfo de un Valencia que da más de lo que tiene. El gol de Osasuna en el minuto 95 impide el pleno de victorias en un choque donde vuelve a sobresalir un enorme Javi Guerra

Domingo, 27 de agosto 2023, 19:11

Qué rabia. Un gol de Nacho Vidal en el minuto 95 impidió el pleno de victorias del Valencia en esta Liga. Fue un mazazo injusto porque este equipo, con las limitaciones que sufre, ofrece mucho más de lo que tiene. Sufrió, peleó, igualó el tanto inicial de Osasuna, jugó minutos de buen fútbol, pero la ausencia de consistencia impidió el justo premio.

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Valencia CF

Mamardashvili; Thierry, Paulista (Mosquera, 75'), Cenk, Gayà; Diakhaby (Almeida, 46'), Pepelu, Javi Guerra; Fran Pérez (Foulquier, 58'), Diego López (Sergi Canós, 75') y Hugo Duro.

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CA Osasuna

Herrera; Areso (Rubén Peña, 77'), David García, Catena, Juan Cruz; Pablo Ibáñez, Iker Muñoz, Aimar Oroz (Moncayola, 67'), Kike Barja (Nacho Vidal, 46') Arnáiz (Mojica, 67') y Raúl García (Budimir, 74').

  • Goles 0-1, Aimar Oroz (24'), de penalti. 1-1, Hugo Duro (80'). 1-2, Nacho Vidal (90+4').

  • Árbitro Pulido Santana (Comité Canario). Amonestó a Thierry, Diakhaby, Barja, Hugo Duro, Iker Muñoz, Budimir y Moncayola.

  • Incidencias Partido disputado ante 42.474 espectadores en Mestalla.

Hay demasiadas carencias en ataque y en defensa. Cuesta mucho marcar un gol y se conceden demasiadas facilidades. Así ocurrió en el primer tanto navarro, con Paulista y Cenk distraídos y la llegada de Thierry para arreglarlo acabó en penalti. Después se sucedieron innumerables ocasiones pero es casi un milagro acertar. Y para rematar la faena, nuevo despiste en un centro al área para que Osasuna golpeara de manera definitiva. Todas estas situaciones molestan a Baraja. Porque seguro que se entrenan en Paterna durante la semana para que no ocurran. Pero el técnico es comprensivo.

Este Valencia hace lo que puede. La gran contrariedad para el entrenador es que desde las oficinas no se haga nada para subsanarlo. Han llegado dos futbolistas y casi por el ruego de ambos. El último en aterrizar, Sergi Canós, se tuvo que poner casi en rebeldía y desechó ofertas mejores para poder jugar en el club de sus amores. Al Valencia le cuesta una eternidad cerrar fichajes. Y Baraja ya se está cansando. En la rueda de prensa previa al choque se le notó en la cara. No puede disimular. Ha dejado bien claro lo que necesita, se ha implicado en alguna posible llegada, pero nada. Meriton continúa a lo suyo. Le da igual tres que treinta y tres. Sólo piensa en ahorrarse unos euros. Y si se pierde alguna incorporación porque el jefe supremo no ha dado el visto bueno, pues no pasa nada.

Pues sí, sí pasa. Que viene un Osasuna casi repleto de suplentes y se lleva los tres puntos porque el Valencia flojea en la solidez. Este equipo sobrevive por dignidad y por la revolución juvenil, donde sobresale un enorme Javi Guerra. Tienes unas posibilidades para ser un futbolista de época. Con planta, con vigor, con calidad, con visión de juego y con facilidad para anotar. El yerno perfecto. Con cara de buen chico, además. Mejoró en la segunda parte cuando partió desde más atrás. Fue titular por primera vez en esta temporada y se situó como mediapunta tras Hugo Duro. En el descanso, con un Diakhaby ya con tarjeta, Baraja optó por André Almeida y retrasó al canterano. Capitalizó la mayoría de ocasiones. Es diferencial. Y parece hermano gemelo del Baraja futbolista, aquel que marcó una época junto a Albelda. En esta ocasión aparece Pepelu, que cada partido gana en protagonismo.

Quedan cinco días para el cierre del mercado de verano y las necesidades están claras: uno o dos delanteros, un jugador más de banda y un mediocentro defensivo para así devolver a Diakhaby a la defensa. Pero ya se trabaja a contrarreloj, como siempre. Al final se tirará mano de Jorge Mendes y colocará lo que le interese. Y a fastidiarse Baraja y el valencianismo, harto del pasotismo con que le trata la gente que manda en esta entidad.

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Porque con algún refuerzo de entidad no hay necesidad de volver a sufrir como la campaña pasada. Ni mucho menos. Obviamente no se aspirará a disputar la próxima Champions, pero sí, al menos, a discurrir con honra por la competición. Los jóvenes apuntan, Canós mostró unas ganas y unas posibilidades de desborde por la banda aceptables y Gayà siempre cumple, pero la temporada es larguísima y hace falta fondo de armario. Y si puede ser con veteranía, mejor que mejor, sobre todo para emerger cuando las cosas se tuercen. Que llegará ese momento. No lo duden.

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La lástima es que los goles llegaron en momentos muy molestos. Siempre fastidia que te marquen, pero que lo hagan pronto (y de penalti) y en la prolongación te hunde. Pese al tanto inicial de Aimar Oroz, el Valencia no se descompuso y mantuvo el orden y el concierto, aunque sin excesiva profundidad. Sí la logró en la segunda mitad. Con Javi Guerra dominando y con Thierry más adelantado, el Valencia comenzó a fluir. Sergi Canós debutó en la banda izquierda y protagonizó varias acciones, especialmente un chut que rozó el palo.

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La tuvieron también Javi Guerra y Hugo Duro hasta que el delantero, todo pundonor, sí acertó en un cabezazo a centro del canterano. Y cuando más atacaba el Valencia llegó un córner que no debió ser por un empujón previo de Nacho Vidal a Gayà, y justamente el exvalencianista sería el que anotara al encontrarse un balón en el área. Lo hizo de espaldas y casi cayéndose. Pero vale para romper el hechizo que había logrado Baraja y el Valencia en los primeros partidos. Da rabia, pero lo que queda claro es que Baraja no se queja de vicio. Necesita fichajes y los necesita ya. No hay tiempo que perder.

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