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Uno de los entrenadores europeos de mayor prestigio, el sueco Sven Göran Eriksson, se cruzó en el camino del Valencia en sendas eliminatorias de cuartos de final de torneos continentales. Recientemente fallecido a la edad de 76 años, Eriksson vivió en Mestalla dos noches de ... signo contrario. La primera, al inicio de su brillante carrera, cuando apenas era conocido lejos de su país, le sirvió de carta de presentación. La segunda, 18 años después, cuando ya estaba en la cúspide del fútbol internacional, tuvo un desenlace apoteósico para el valencianismo.
Los equipos de Suecia apenas eran considerados en las competiciones europeas hasta que el Malmöe FC se plantó en la final de la Copa de Europa. Sucedió en 1979, ante el legendario Nottingham Forest que logró el primero de sus dos trofeos consecutivos bajo la batuta del legendario Brian Clough. Tres años después, otro equipo sueco, el IFK Goteborg, empezó a llamar poderosamente la atención por su extraordinario comportamiento en la Copa de la UEFA, un torneo de enorme dificultad por la participación de los mejores equipos de cada país, excepto el campeón de Liga.
En la temporada 81-82, el Valencia había alcanzado los cuartos de final después de eliminar sucesivamente al Bohemians de Praga, el Boavista y el Hajduk Split. El duelo ante los croatas-por entonces, yugoslavos- se resolvió de una forma angustiosa. En Mestalla, en el duelo de ida, los valencianistas lograron un apabullante triunfo por 5-1 que parecía dejar la eliminatoria sentenciada, gracias a los goles de Tendillo, Arnesen, Welzl, y Pablo en dos ocasiones. En Split sucedió todo lo contrario. El Hajduk llegó al descanso con un amenazador 2-0. Un gol de Saura en los primeros compases de la reanudación serenó los ánimos. Sin embargo, el equipo de Split aún marcó dos goles más.
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Juan Carlos Valldecabres
El Valencia se emparejó con el IFK Goteborg en los cuartos de final. El ambiente a orillas del Turia era de tranquilidad y confianza. Sin embargo, a Pasieguito le cambió la cara cuando conoció a fondo el gran nivel de juego del rival. El director deportivo supo a ciencia cierta que les había tocado un hueso duro de roer. Pese a sus reiteradas advertencias, nadie en Mestalla pensaba que los valencianistas iban a caer. Pronto salieron de su error. Dirigidos por un desconocido y jovencísimo Sven Göran Eriksson, de 33 años, el conjunto sueco, que venía de apear al Dinamo de Bucarest en octavos tras vencer en los dos partidos, desplegó un fútbol sublime que encandiló a los asistentes la noche del 3 de marzo de 1982. Valencia olía a Fallas y el partido fue una mascletà.
Cuatro goles en 20 minutos, dos para cada equipo. Frank Arnesen avanzó a los locales de penalti. Los suecos remontaron en un abrir y cerrar de ojos. Dos goles en un minuto, el segundo de Nilsson, su delantero y gran estrella. El Valencia se rehízo y empató gracias al segundo tanto del danés Arnesen. Un golazo de bandera Entre escandinavos iba el juego. El marcador ya no se movió. Tocaba proeza en Suecia. El equipo que dirigía Mestre lo intentó, pero fue misión imposible. El Valencia cayó por 2-0 en el estadio Ullevi, el mismo escenario en el que en 2004 se proclamó campeón de la misma competición. El partido-una novedad en aquella época- se ofreció en directo por el circuito regional de TVE la tarde del 17 de marzo, primera jornada de Ofrenda.
El IFK Goteborg eliminó al Valencia, a continuación se deshizo del Kaiserslautern y en la final, del potente Hamburgo, tras vencer en ambos partidos a los dos clubes alemanes. Además de proclamarse campeón con una superioridad insultante acabó invicto. Eriksson adquirió un gran renombre que le abrió las puertas de un histórico como el Benfica. Después recaló en Italia, donde consolidó su prestigio tras dirigir a la Roma, Sampdoria, y Lazio. Con el club celeste de la capital italiana conquistó el «scudetto» tras una memorable campaña. Al frente de una rutilante plantilla, estaban considerados como uno de los grandes favoritos para llevarse la Champions.
Pero el gran Valencia de la temporada 99-00, dirigido por Héctor Cúper, les pasó por encima. La gran noche de Gerard, autor de tres goles. Eriksson regresó a Mestalla el 5 de abril y asistió a una exhibición valencianista. Angulo y Claudio López hicieron los otros tantos y completaron el 5-2. En el duelo de vuelta, en el estadio Olímpico de Roma, con miles de tifossi animando en busca de la remontada, acabó con un mínimo triunfo local. El gol de Juan Verón abrió un resquicio a la esperanza de los italianos. Pero el Valencia resistió y superó la eliminatoria.
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