Eloy posa con dos camisetas de su etapa como jugador del Valencia.E. O.
Fútbol
Eloy Olaya: «Me adapté muy bien al juego de Lubo Penev, con él viví años fantásticos»
VALENCIA CF ·
Exjugador del Valencia (1988-1995) | El asturiano guarda un excelente recuerdo de su etapa, ya que en las primeras cuatro temporadas entre el búlgaro y él marcaron 83 goles
-Permanecer siete temporadas en Mestalla no está al alcance de cualquiera, ¿qué supuso su paso por el Valencia?
-Fue una etapa muy bonita como futbolista. Llegué en 1988, el equipo había estado en Segunda, y la perspectiva era afianzarse en Primera y competir otra vez en los puestos altos de la clasificación para no pasar de nuevo momentos duros, recuperar la esencia del Valencia en Europa con jugadores de la casa y con experiencia. Estaban Sempere, Subirats, Arias, y jóvenes como Quique, Voro, Fernando...
-Era un Valencia con un marcado carácter de la cantera.
-Sí, muy marcado, había muchos valencianos y nos trajeron a Ochotorena y a mí. Esas son las diferencias de cómo estaba montado el fútbol antes y cómo es hoy en día. Ahora cambian mucho los jugadores, antes nos manteníamos muchos más años en las plantillas.
-¿En sus mejores pensamientos entraba que iba a jugar 7 temporadas, con 224 partidos, 37 goles, que iba a triunfar de esa forma, lo pensó cuando firmó o llegó con dudas?
-Llegué con muchísima ilusión, con cuatro años de contrato y era consciente del esfuerzo que hacía el club en aquel momento. Ahora parece muy poco, pero pagaron 95 millones de pesetas por mí, una pasta para la época, más un partido amistoso. Tenía 24 años, venía del Sporting que había optado a estar en Europa, había jugado el Mundial del 86, pero tenía la idea que en esos próximos años iba a pelear por estar en la UEFA, como así fue. Estuve los cuatro años y renové otros tres, fueron siete años maravillosos.
-¿Le sorprendió la calidad humana de Arturo Tuzón, el presidente que lo fichó?
-Fue el que salvó al Valencia y lo estabilizó otra vez. Su ilusión era ver al Valencia en Europa y era una persona muy entrañable, afable con todos en el trato, humanamente era sensacional, muy cercano a los futbolistas, ahora el fútbol de hoy en día es diferente... Cuando llegué, conmigo tenían cerrado el acuerdo pero negociaron con el Sporting, ofrecían 90 y pedían 100, así que cerraron en 95.
-Aunque luego en el último año y medio tuvo tres presidentes.
-Sí, porque llegó el cambio a sociedad anónima y eso desestabilizó a Tuzón. Ya no eran directivos, sino consejeros y todo se complicó. Entraron Melchor Hoyos, José Domingo y al final Paco Roig. Fue una época convulsa, un año complicado porque tampoco los resultados eran buenos, había inestabilidad institucional y nos afectó.
-En cuanto a entrenadores, su primera etapa llegó con Espárrago, con el que fue indiscutible, ¿qué recuerda del uruguayo?
-Tenía cosas muy buenas y otras no tanto. Era muy serio y tenía mucha sabiduría para leer bien los partidos y hacer variaciones sobre la marcha, era una gran virtud. Supo hacer un grupo muy unido y con seriedad, porque era muy metódico en su trabajo. Incluso nos obligó a entrenar el día después de Navidad por la mañana y nos puso como ejemplo a los trabajadores de una fábrica cercana a Paterna, era inflexible en eso, nos decía que éramos unos privilegiados. Aunque todo eso en el último año, que fue complicado, se convirtió en monótono y cansino, el equipo lo notó, era repetitivo. Necesitábamos un cambio.
-Y ese cambio llegó con Hiddink, un estilo diferente, más vistoso, ¿ahí fue cuando más disfrutó?
-Los dos primeros años fueron muy buenos, dio aire fresco para la plantilla. Se acabó esa monotonía, venía como el precursor de la escuela holandesa, con entrenamientos muy diferentes, todo con balón. Trabajaba menos lo táctico, lo de estudiar a los rivales, pero esa frescura nos hizo jugar más bonito al soltarnos más porque nos daba mucha libertad a la hora de tener el balón.
-¿Cómo era en el trato?
-Muy cercano, incluso se podía sentar contigo a tomar un café antes o después de los entrenamientos y cuando hacíamos alguna celebración él era el más bromista de todos, el que primero se apuntaba. Nos dio un cambio y quedó demostrado en el juego del equipo, transmitía alegría al vestuario.
-Con Lubo Penev formó un dúo muy prolífico para el Valencia, ¿qué recuerda del búlgaro?
-La llegada de Penev fue un salto. Cada año el club hacía un esfuerzo mayor, en este caso fue grande por un delantero internacional y de prestigio. Yo siempre que me preguntan cuáles fueron los mejores compañeros que tuve en la delantera destaco a Quini en el Sporting y Penev en el Valencia. Lubo era excepcional, con características que tienen los puntas de hoy en día, corpulento pero rápido y con un gran manejo del balón, que sacaba muchísimo provecho de su físico.
«Tuzón era muy cercano, sensacional en lo humano, cuando se fue todo se complicó»
«La gran espina de mi carrera fue no ganar títulos, la final de Copa del 95, lo más duro»
«Hiddink nos dio aire fresco y se notó, con Espárrago habíamos caído en la monotonía»
-Se complementaban muy bien.
-Sí, yo me adapté a hacer las funciones más de banda, aunque tenía libertad para moverme por cualquier sitio. Lubo atraía a los defensas y rematando era fantástico, sobre todo con la izquierda, que era letal. No había delantero como él, imparable y complicado para los defensas.
-Marcaron 83 goles entre ambos en sus cuatro primeras temporadas juntos.
-Es una cifra sensacional, la verdad es que fueron años fantásticos, un placer coincidir con Lubo en su mejor momento. Luego tuvo el cáncer y lo pasó muy mal, pero su llegada dio mucho al Valencia. Descargaba mucho al equipo porque sabía aguantar el balón, sacar faltas y desequilibraba al rival, se sentía cómodo fuera del área.
-¿Le quedó la espina de no haber ganado títulos, como a todos sus compañeros en aquella época?
-Sí, la tengo, es lo que más echo de menos de mi etapa como futbolista, porque sólo conseguí uno en la selección sub-21, que también tiene Quique. Pero en el Valencia no pudimos. Nos quedamos a las puertas en aquella final de la Copa del Rey contra el Deportivo, la de la lluvia, aunque yo no fui convocado, estaba en la grada. Perder en el segundo día que se jugó, en esos diez minutos, fue el golpe más duro de mi carrera. Al regresar de Madrid pensé que se me había escapado el tren.
-¿Con qué futbolista tuvo más relación?
-Con Fernando compartí muchas veces habitación y me llevaba muy bien, también con Giner. Al principio siempre iba con Zurdi, pero cuando se fue me uní más a ellos.
-¿Cómo fue el momento de retirarse del fútbol?
-No me resultó tan traumático como les ocurre a otros. Acabé en el Badajoz en Segunda, con Munitis, lo dejé en el 98, me saqué el carnet de entrenador junto a Quique y Voro y surgió la posibilidad de entrenar en las categorías inferiores del Sporting en Mareo. Me incorporé, después fui secretario técnico del club, donde estuve cinco años. Pero prescindieron de mí y ahora hago de comentarista en los medios, y llevo con mi hermano unos negocios familiares de construcción.
-Ahora hay un asturiano como usted en el banquillo, ¿cómo cree que le va a ir a Marcelino tras este mal inicio de temporada?
-Pese a no estar jugando bien como la temporada pasada, porque creo que muchos jugadores no se encuentran al mismo nivel, mi sensación es que el fútbol no está siendo justo con ellos en cuanto a resultados. Creo que deberían tener algún punto más de los que llevan, han hecho méritos, entiendo que haya esa situación de intranquilidad por la clasificación, pero esperemos que cambie la racha y haya más suerte. Espero que una victoria en casa y otra fuera pueda dar una dosis de tranquilidad y confianza a todos.
EL FUTBOLISTA
Eloy era un delantero pequeño y escurridizo que se movía por cualquier zona del ataque. Llegó al Valencia por 95 millones de pesetas, un gran desembolso para la época, y se mantuvo como pieza importante del equipo hasta que regresó de nuevo al Sporting de Gijón.
Nacimiento:
Gijón, 10 de julio de 1964 (54 años)
País:
España
Posición:
Delantero
Altura:
1,67 m
Partidos con el Valencia:
224
Goles con el Valencia:
37
Dorsal:
11
Debut en Liga con el Valencia:
En La Romareda de Zaragoza el 4 de septiembre de 1988 (0-0).
Fichaje:
95 millones de pesetas
Periodo:
1988-1995
Temporadas:
7
Último partido con el Valencia:
Espanyol-Valencia (5-0) el 3 de junio de 1995. Entró tras el descanso
Internacional:
15 partidos, 4 goles
Otros equipos en los que jugó:
Sporting de Gijón (1982-88 y 1995-96) y Badajoz (1996-98)
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