Tres individuos encapuchados asaltaron el miércoles por la noche el domicilio del futbolista Justin Kluivert en Bétera tras aprovechar que el delantero neerlandés se encuentra concentrado con el Valencia en Palma de Mallorca, donde el equipo juega a las 19 horas de este jueves.
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Los hechos ocurrieron sobre las 23 horas cuando la suegra del deportista salía de la casa para pasear al perro. Los ladrones agredieron a la pareja del jugador y robaron joyas, bolsos y otros objetos de valor.
El robo tuvo lugar en la urbanización Torre en Conill de Bétera, donde el futbolista cedido por la Roma reside con su familia desde que recaló en el Valencia. Tras esconderse y vigilar el chalé, uno de los hombres encapuchados abordó de forma sorpresiva a la suegra de Kluivert, y la introdujo en la vivienda a empujones.
La mujer se asustó mucho pero no pudo pedir auxilio porque el ladrón la amenazó. Instantes después aparecieron otros dos asaltantes, y mientras uno de ellos retenía a la víctima, los otros delincuentes subieron a la primera planta del chalé, donde se encuentra el dormitorio de Kluivert y su pareja.
Uno de los ladrones irrumpió en la habitación y le propinó una bofetada a la joven para que le dijera donde tenía las joyas y el dinero. Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo en los que las dos mujeres pasaron mucho miedo.
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En pocos minutos, los individuos desvalijaron el vestidor y se llevaron joyas, relojes y una colección de bolsos, entre otros objetos de valor. Según el diario Marca, el valor total del botín rondaría los 200.000 euros. Los tres ladrones vestían ropa oscura y llevaban guantes para no dejar huellas.
Según las primeras investigaciones, los asaltantes planificaron muy bien el robo y la huida, sabían que el futbolista no se encontraba en la casa y habrían obtenido información, al parecer, sobre las medidas de seguridad en la urbanización. La casa de Kluivert tiene sistema de alarma conectado a la central de una empresa de seguridad, pero no estaba funcionando en el momento que la mujer salió de la casa para pasear al perro.
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Las dos víctimas quedaron en estado de shock por lo sucedido y llamaron por teléfono al propio futbolista, quien dio la voz de alarma al avisar a la empresa de seguridad privada de la urbanización. Los primeros en acudir en auxilio de la familia de Kluivert fueron dos vigilantes de seguridad, y poco después llegaron varias patrullas de la Guardia Civil, aunque los tres encapuchados ya habían logrado eludir el cerco policial, al parecer, tras huir por el campo de golf.
Un equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones y realizó una minuciosa inspección en la casa en busca de huellas y otros vestigios que puedan ayudar a identificar a los asaltantes.
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Según la mujer de Kluivert, los ladrones podrían ser rusos o de un país cercano de Europa del Este. La joven tiene esta sospecha por las pocas palabras que pronunciaron los delincuentes durante el robo.
Las dos víctimas no sufrieron lesiones ni necesitaron atención médica, según informaron fuentes de la Guardia Civil. Los ladrones empujaron y retuvieron a la primera mujer durante unos minutos, pero no la golpearon, y luego propinaron una leve bofetón a su hija.
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Tras la oleada de robos en casas de futbolistas mientras están concentrados con sus equipos o disputan un partido, algunos han contratado a vigilantes, además de la seguridad privada de la urbanización, para proteger aún más sus viviendas por las noches. También han aumentado las medidas de seguridad en sus domicilios con cámaras de videovigilancia, circuitos cerrados de televisión y sistemas de alarma con detector de movimiento.
La Guardia Civil sospecha que una banda de ladrones de Europa del Este podría estar detrás de la mayoría de estos robos. Entre los futbolistas afectados se encuentran Samu Castillejo, Shkodran Mustafi, Gabriel Paulista, Ezequiel Garay, Ramiro Funes Mori y Geoffrey Kondogbia.
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Los vigilantes de Levantina de Seguridad, la empresa que se encarga de la seguridad en la urbanización Torre en Conill, han evitado algunos robos tras sorprender a los ladrones, como sucedió en 2019 en la parcela donde vivía Kondogbia.
La urbanización cuenta con un servicio de seguridad privada que realiza rondas de vigilancia con coches eléctricos, más silenciosos que los vehículos con motor de gasolina o diésel, para no despertar a los vecinos por la noche. Incluso, los coches patrulla llevan un potente foco para iluminar las zonas más oscuras en la zona del campo de golf.
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