Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Murthy y Bordalás. vcf

Otro entrenador al que Meriton defrauda

Valencia y Bordalás, condenados a entenderse para evitar la tormenta habitual por culpa de los fichajes|La web asiática vinculada al club apunta que el técnico tiene que replantearse las cosas tras una temporada que ha decepcionado

Jueves, 12 de mayo 2022, 00:11

¿Qué tiene Lim que no hay entrenador al que no acabe sacando de quicio por culpa de los fichajes y la planificación? Si se repasa con detenimiento el historial de técnicos guillotinados por Meriton en sus ocho proyectos desde que aterrizó en 2014, excepto el íntimo Nuno, el amigo Neville y desde luego el apocado Celades, no ha habido profesional del banquillo de Mestalla que en algún momento no se hubiera sentido defraudado por unas cosas u otras con Meriton. Hasta hubo uno que presentó la dimisión (Prandelli), algo realmente complicado de ver en fútbol. Desde Juan Antonio Pizzi, incrédulo junto a su mujer cuando Amadeo Salvo le comunicó en una multitudinaria reunión que «le había tocado» (la destitución), hasta un José Bordalás al que cada día que pasa se le está endureciendo el carácter. Se le ha negado la reunión con Lim y se le mantiene por ahora al margen de las intenciones de mercado, roces detectados por la opinión pública.

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El Valencia ha sido lógicamente y en cualquiera de las situaciones anteriores el gran perjudicado. La inestabilidad nunca ayuda. Ahora, viendo la deriva, el club intenta frenar la tormenta deslizando su confianza en Bordalás y emplazándole a un cónclave en próximos días para hablar del Valencia 2022-23.

Aún a pesar de esa postura de aparente tranquilidad que pretende transmitir el club, el caso que afecta al alicantino se ha vuelto al menos un tanto preocupante. Otro terremoto interno a gran escala supondría un golpe demasiado duro de digerir para Meriton, a las puertas de un año que se presenta mucho más austero del actual por culpa de unas expectativas deportivas cada vez más pobres. Justo cuando la temporada está a punto de echar el cierre de manera paupérrima desde el punto de vista de la clasificación –además del juego–, cada palabra que públicamente pronuncia Bordalás supone una vuelta de tuerca más en su relación con la planta noble. Entre otros, el apunte que hizo sobre un presidente que bajó al túnel a presionar al árbitro, en contraposición con la reacción lenta y poco contundente del Valencia no sólo tras los insultos que recibió en San Mamés sino por las decisiones de los árbitros que han podido perjudicar.

No le viene mal tampoco al propio afectado todo este ruido, ya que la atención actualmente está más centrada en lo que está ocurriendo en su entorno que en hacer un balance de la temporada, seguramente con el suspenso como nota de final de curso. Por si acaso, también se atribuyó el mérito de promocionar a algunos futbolistas (Mamardashvili, por ejemplo).

Hasta en el fichaje de Duro

El caldo de cultivo actual no sólo apunta a Peter Lim, sino también obviamente a Anil Murthy y a Miguel Ángel Corona. Este último, especialmente señalado porque teóricamente debe ser la correa de transmisión entre todo lo que afecta a la primera plantilla, incluyendo el técnico, y el máximo accionista (aunque sea a través del presidente). Tanto Corona como Murthy tienen despacho en la ciudad deportiva y aunque el club se encarga de publicitar cada visita del presidente al entrenamiento, la escenografía no basta si entre ambos no hay una relación fluida y correcta. Eso se ha detectado esta misma semana con el fichaje de Hugo Duro.

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La estrategia aplicada al respecto ha dejado al descubierto la acidez que envuelve actualmente al entrenador, del que no se tiene ninguna duda de su continuidad. Una buena noticia como la compra de un delantero que ha rendido de manera excepcional, barato y con un futuro prometedor, se ha convertido de la noche a la mañana en munición.

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El Valencia, como viene siendo habitual, sigue fiel a su política del silencio de cara a la afición, que hace que el ambiente que se respira esté más enrarecido que nunca. Los aficionados, hoy por hoy, no tienen del todo claro si Bordalás quiere en esta condiciones seguir –deducción que se da por hecho–; si Corona considera realmente idóneo que siga el alicantino viendo que el equipo va a terminar a más de veinte puntos de la Champions, y ni tan siquiera sabe si Lim está empezando a cansarse de las respuestas del alicantino, que llegó a decir que contaba con Diakhaby el año que viene justo cuando el propio jugador reconoció que es hora de cambiar de aires.

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Con esos ingredientes y sabiendo que todavía hay un año de contrato, cualquier detalle toma cierta relevancia. Por ejemplo, el apunte que Batzine (web vinculada al club) ha hecho en la crónica del Valencia-Betis de este martes: «Cuanto antes acabe esta temporada para nosotros, mejor. Bordalás claramente necesita volver a replantearse las cosas. Una campaña que inicialmente había prometido mucho está en peligro terminar en un suspiro». Un significativo epílogo.

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