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Y Peter Lim todavía no se ha dignado a recibirle. Rubén Baraja llegó al Valencia cuando el riesgo de hundirse con el equipo era real. Amenazaba el descenso. Lo fácil para el mito blanquinegro era apostar con lo que había y rezar. Pero tomó decisiones. ... Arriesgó. Se jugó su prestigio y lo hizo con los canteranos, con la gente que siente los colores, los que sufren cuando el equipo sufre. Aunque hasta el último minuto hubo incertidumbre, se logró el objetivo. La luz de Javi Guerra y Diego López clarificaron el futuro. El técnico vallisoletano, firmado por lo que quedaba de esa temporada más una más, fue consciente rápidamente de dónde se metía. Era conocedor que el magnate de Singapur había dejado al equipo a su suerte. Que los fichajes serían escasos y que sus peticiones serían atendidas siempre dentro de las limitaciones marcadas. Quiso a Rafa Mir, se intentó, pero el Sevilla se negó a darle salida. A partir de ahí pensó que intentaría explotar lo que había y lo que está por llegar. Fran Pérez, que estaba ya casi en Elche, finalmente se quedó, llegó Pepelu, se compró a Cenk y consiguieron a Canós, Yaremchuk y Amallah. Baraja ansiaba más pero no se lo dieron. Y habló con Angulo. Los hijos de Rafa Benítez decidieron que la solución estaba en la Academia. Darle categoría de importantes a Javi Guerra y Diego López y contar con Mosquera, Yarek, Alberto Marí, Pablo Gozálbez, Hugo González, Tárrega, Rubén Iranzo, Marco Camus, Martín Tejón, Mario Domínguez y David Otorbi, el último en llegar. Por cierto, Yellu, otra promesa de la Academia, ya ha firmado por el Getafe y el Valencia se ha quedado entre un 35% y un 40% de una futura venta y unos bonus por rendimiento deportivo.
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Pedro M. Campos Dubón
Paterna ha tapado la ausencia de fichajes. Pero la apuesta decidida de Baraja por estos futbolistas los ha situado en primera línea. El equipo se ha asentado, por momentos ha soñado con puestos europeos y la cotización de los chavales se ha disparado, con una particularidad destacada y es que el coste para el club ha sido cero. Es decir, que un posible traspaso dejaría un cien por cien de beneficios. Ocurrió con Paco Alcácer (al Barça por 30 millones más 2 en variables), Ferran Torres (al Manchester City por 23 millones fijos y 12 en variables) o Carlos Soler (al PSG por 18 millones más 3 en variables).
El club insiste que en el mercado de invierno no va a salir nadie. Por Javi Guerra no paran de llegar intereses pero hay jugadores por los que la oferta de compra ha sido en firme. Es el caso de Yarek Gasiorowski. Un club alemán, de manera oficial, ofreció cinco millones por llevarse a la joya de la corona de Paterna. El Valencia rechazó la oferta. El central, que a priori estaba destinado a formarse en el filial, ha tomado un puesto en el primer equipo como recambio de Gayà en el lateral izquierdo y también como central, por delante incluso de gente como Cenk, por el que, incomprensiblemente, el club pagó cinco millones. Ha costado lo mismo que Pepelu y el rendimiento es opuesto.
La cláusula de rescisión del canterano está fijada en 20 millones aunque puede ir aumentando por distintas variables y su valor de mercado, tras la última revisión de Transfermarkt, es de 10 millones. El Valencia confía en convertir a Yarek en el central titular del equipo y de la selección y por eso será el siguiente en unirse al club de los 100 millones de cláusula de rescisión, en la que ya están Javi Guerra, Diego López, Fran Pérez y Alberto Marí. Acaba contrato con el Valencia en 2025 con opción a dos campañas más, pero se revisará, sobre todo a nivel económico.
El Valencia busca con las cláusulas de rescisión de nueve cifras que estos futbolistas no se les escapen en el mercado, y en el caso de que haya un equipo muy interesado en ellos, que pase por caja y solucione el presente y el futuro económico del club. Porque una cosa es el raciocinio de no desprenderse de tus mejores futbolistas para conseguir hitos deportivos y otra es Peter Lim. Venderá cuando llegue una oferta que le satisfaga (Yunus Musah también tenía una cláusula de 100 millones y salió por 20 al Milan). En el magnate no hay sentimientos. Por eso, por cada canterano que irrumpía, más fuerte se frotaba las manos. Son muchas más las opciones de venta de futbolistas si le hace falta. Hay que recordar que el singapuranse ha llegado a tener en garantía los derechos federativos de futbolistas del Valencia como aval en alguno de los préstamos que ha realizado al club.
Yarek Gasiorowski valía un millón a inicio de campaña y Cristhian Mosquera estaba valorado en dos. Ambos han multiplicado su cotización hasta alcanzar los 10 millones. Diego López también alcanza esa cifra, mientras Fran Pérez está algo más bajo (8 millones). Pero todos ellos son importantes para Bajara, todos ellos cuentan con el altavoz de la selección española a excepción de Mosquera –asombra que no sea indiscutible en la sub-21– y todos ellos aumentarán su valor en los próximos años. Baraja, al menos, confía en contar con todos ellos esta campaña. A falta de fichajes (el club ya le ha dicho que no se pagará traspaso por nadie), que pueda contar con todos ellos hasta el final.
Un vistazo a los diez años del grupo singapurense desvelan que Lim llega a los 1.091 millones entre fichajes y ventas. Casi están a la par las cifras: por adquisiciones se han desembolsado 542 millones y por traspasos se han ingresado 520 millones. La entrada y salida de futbolistas, junto con los derechos de TV y los premios de la Liga de Campeones eran el motor económico. Pero con Meriton el equipo sólo ha estado en Europa en tres ocasiones y los ingresos por retransmisiones han bajado.
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