Con los dos escudos de Valencia en el corazón

Paco López reúne la particularidad de haberse formado como futbolista en la cantera del Valencia (llegó hasta el filial), haber sido jugador profesional del Levante (1994-95), haber entrenado al Mestalla y dirigir ahora al Levante en Primera, después de estar un año al frente del filial granota.

Al igual que él, no son pocos los profesionales de uno y otro equipo que por circunstancias y en diferentes etapas han 'cambiado de bando'. Desde David Navarro (hoy en la secretaría técnica granota), hasta Roger (criado como blanquinegro), pasando por Vezo y hasta Voro, que en su día hizo sus primeros pinitos como técnico en el filial levantinista (2001-02).

Hace poco, en una reunión de viejos amigos, el expresidente de la entidad granota Pedro Villarroel recordaba cómo pactó la venta de Vicente Rodríguez (Vicentín) a la casa valencianista. El diamante granota se iba al otro club de la ciudad. En su día, siendo juvenil, Villarroel le había puesto una cláusula de rescisión de 30.000 millones de pesetas (180 millones de euros). Eso, y por supuesto su tremenda calidad, despertó el interés de muchos equipos, incluido el Real Madrid. Se fue finalmente al Valencia por cerca de 800 millones de pesetas -5 millones de euros- y como blanquinegro llegó a ser el mejor extremo de Europa. Vicente, por su sinceridad a la hora de reconocer que siempre se decantó sentimentalmente hablando por el lado valencianista, suele crear cierta incomodidad cada vez que va al Ciutat. Es un hecho aislado.

A lo largo de la historia son muchos los que han dado el salto en ambos sentidos. De los más recientes que se recuerden están los Rubén García, Míchel, Juanfran, Farinós, Pallardó, José Luis Oltra, Lucas Orban, Xisco Muñoz, Pedro López, Cerra, Juan Luis Mora; y ya más lejanos en el tiempo los Torres, Soria, Pablo Rodríguez, Juan Carlos Balaguer, Parri, Cotino, Ino, Paco Ferrando, Nando, Molina, Pasieguito, José Luis Albiol, Gaspar Rubio, José Enrique, Luis López, Sánchez Lage, Miguel Ángel Adorno, Faas Wilkes... hasta Pedja Mijatovic, que llegó en la 2002-03 y con el Levante de García Cantarero en Segunda.

Hay algunos como Pepe Balaguer, exportero y extécnico del Mestalla pero también exentrenador del Levante, que se muestran rotundos a la hora de poner en valor aquella famosa frase que tanto promulgó Villarroel: «Valencia necesita dos equipos en Primera». El derbi se ha calmado a nivel popular y todo se reduce a un duelo deportivo.

Ahora presidente de la Asociación de Futbolistas del Valencia, Fernando Giner Gil reside, a punto de cumplir 55 años, pegado al Ciutat de Valencia, del que se siente muy ligado. El de Alboraia tiene la habilidad de ser apreciado por unos y otros. «En el Levante, el trato con el futbolista es mucho más cercano, lo hacen sentir desde el primer momento tanto dentro como fuera del campo. Yo siempre he sido valencianista, pero eso no me ha supuesto nunca ningún problema. Me sentí desde el primer momento súper a gusto en el Levante. Sabían de dónde venía y siempre me han dicho 'xoto' pero nunca lo he considerado como algo ofensivo. Para mí es un motivo de orgullo que me digan eso de xoto».

Tiene bastante clara su opinión sobre el equipo granota: «El Levante sólo ha hecho que crecer desde la etapa en la que estaba yo. Veníamos de Segunda B y ahora lo importante es que ya se han estabilizado. Lo veo para aguantar si siguen haciendo las cosas bien durante muchos años. Es decisivo que la masa social haya crecido de manera considerable. Eso le da garantía de futuro».

¿Qué opina del derbi y cuál es para usted el equipo favorito para llevarse los tres puntos? «Lo veo mucho más sano que otros años. Se ha mejorado en ese sentido. Cuando el Levante estaba en otras categorías, por debajo, había mucha más tensión. Muchos valencianistas van a ver al Levante y gente del Levante también va a Mestalla. Eso es bonito. Pienso que en esta ocasión el Valencia está ahora más fuerte que el Levante, aunque tenga la cita de Champions la semana que viene. Veo el partido más favorable al Valencia, me decanto por un 0-1».

Afincado junto al nuevo Mestalla, Asier del Horno Cosgaya (Barakaldo 19-11-1981) observa con cierta equidistancia el duelo del Ciutat, aunque en su interior acoge con más cariño, por sus circunstancias, su paso por la casa granota: «Tuve muy mala suerte cuando fui a Valencia por culpa de las lesiones. No pude disfrutar del fútbol, fue una verdadera lástima. Por eso cuando me llamó el Levante volví a sentirme y a ser futbolista. Noté desde el primer momento el cariño que la gente del Levante me dio. Es un club más pequeño que el Valencia, pero eso no quita para que hagan sentirse bien al futbolista».

Su paso por Mestalla estuvo matizado por su situación personal (dos operaciones): «Coincidí con una generación magnífica. Estaban Albelda, Baraja, Cañizares, Morientes, Joaquín… había un grupo muy potente. Me quedé con las ganas de jugar mucho más. Cuando llegué al Levante teníamos una plantilla algo más veterana y disfrutamos al entrar en Europa». «La afición del Valencia es muy exigente, pero eso hace también que los jugadores tengan que exigirse para estar al nivel óptimo. La gente del Levante es más comprensible porque sufre más la realidad. Tuve la tremenda suerte de ir recién ascendido y daba gusto ver cómo te esperaba la gente en los partidos», opina.

Salva Ballesta Vialcho (Zaragoza, 22-5-1975) ha hecho sus pinitos como entrenador. Jugó en 10 equipos, en algunos en dos etapas. Fue el autor del gol de una de las dos victorias granotas en el Bernabéu (la otra fue obra de Ivi). «En el Valencia pasé un tiempo bonito, me encontré con un grupo fabuloso de futbolistas, conecté enseguida con la afición. A la gente de Mestalla le gusta que el futbolista lo dé todo en el campo, premia la entrega absoluta. Es un estadio precioso para cualquier profesional. Eso sí, la afición es muy exigente pero si demuestras esa entrega, se muestra encantadora contigo. Del Levante no puedo decir tampoco nada malo. La gente me demostró pronto su cariño. Es un club que está demostrando un crecimiento increíble gracias a una gestión formidable. Recuerdo cómo nos recibía la gente cuando llegábamos al estadio, eso siempre te motiva un poco más si cabe».

Desde el punto de vista deportivo, manifiesta: «El Valencia tiene una plantilla muy potente. Me encanta Celades, creo que hay que saber valorar su sensatez, su capacidad y que siempre se muestra cauto y comedido en un club que siempre tiene marejadilla dentro. El técnico creo que ha demostrado saber dónde está. El Levante, por su parte, viene representado por lo que significa Morales, todo pundonor que sabe darlo todo. Campaña es otro pilar básico. Su éxito se basa en el grupo».

Javi Fuego Martínez (Pola de Siero, 4-1-1984) se estrelló de bruces en el Levante con la crisis. Recién salido del Sporting, el centrocampista vivió de granota una temporada con problema de cobros. «Me marcó bastante. Fue una lección importante la que aprendí. A nivel deportivo fue un año malo pero noté el cariño de la gente del club y siempre que volvía al estadio me alegraba de verlos y de recibir el cariño de la afición. Luego con Quico Catalán todo cambió y la entidad está creciendo. Tengo una buena relación con el presidente y hay que reconocer el papel importante que ha tenido en el desarrollo del club».

Del paso por el Valencia, pese a la convulsión interna, asegura: «Me permitió jugar en la Europa League y también en la Champions. Pude disfrutar de un estadio como Mestalla y una temporada excepcional con Nuno. Fue una de mis mejores épocas, muy a gusto a nivel personal». Del derbi resalta sobre todo que «son partidos especiales pero siempre he percibido un tremendo respeto entre los jugadores y también entre los aficionados. Con la camiseta del Valencia recuerdo que el Levante iba muy fuerte en su campo mientras que en Mestalla eran más asequibles. Es un derbi lleno de respeto».