El estadio perfecto para dotar de alas al Valencia

La única vez que el Valencia se ha marchado de Ipurua con los tres puntos en juego fue una fría noche de diciembre. Era 2014 y Nuno Espirito Santo sorprendía con su once inicial. El entrenador portugués cambió su reconocible 4-3-3 por un 3-2-3-2. Si lograba la victoria, su equipo dormiría en Champions todas las navidades. Si perdía, se hundía hasta la séptima plaza.

De aquel trabajado partido, porque en Ipurua hay que bajar al barro independientemente de si llueve o no, dos fueron las claves que hicieron poner el 2 en el casillero de la quiniela: una defensa contundente formada por Otamendi, Mustafi y Orban; y un Paco Alcácer que recobraba su olfato goleador tres meses después. Tan sencillo y tan complicado, debe pensar Albert Celades, que ayer reconocía que para lograr alcanzar la parte alta de la tabla, porque él de Champions no habla, no pueden dejar escapar muchos puntos más.

El Valencia terminó el encuentro frente a Osasuna con una victoria y buenas sensaciones. Hugo Guillamón y el recuperado Gabriel Paulista lograron dejar la portería a cero demasiados meses después. El joven canterano lo ha disputado todo desde el reinicio de la Liga y quizás Mangala, que estuvo más que correcto frente al Real Madrid, podría sumar músculo en el eje de la defensa, Diakhaby está lesionado. Precisamente en la zaga recupera Celades a José Luis Gayà, serio atrás, como Jaume Costa, pero el de Pedreguer le da ese plus de electricidad arriba. Eso precisamente podría buscar el técnico blanquinegro en Eibar.

El feudo del conjunto armero cuenta con ciertas características que obligan a recurrir al juego directo. Por ello, el propio entrenador no descartaba ayer juntar a Gonçalo Guedes, que vuelve a sonreír por marcar (y a enfadarse al ser sustituido), y a Ferran Torres. Esto supondría sentar a Carlos Soler. Otro futbolista que lo ha jugado todo en banda derecha o izquierda y cuyo trabajo y aportación táctica es irreprochable pero al que no le vendría tampoco mal descansar.

Tampoco trabajó ayer en el teórico once titular Dani Parejo. El capitán está fundido y además arrastra cuatro tarjetas desde hace demasiado tiempo por lo que Celades puede intuir que verá la quinta dentro de poco. El de Coslada, con 31 años, sólo se ha perdido dos partidos esta temporada. Ambos por sanción, uno en la primera jornada, con Marcelino García Toral todavía en el banquillo, y en la victoria del Valencia en Mestalla frente al Barça. Mientras, el Eibar buscará en cara la primera victoria tras el parón que les aleje de la zona de descenso. En la ciudad guipuzcoana temen que hoy Orellana tenga la última oportunidad de hacer sonar la alarma de la antigua fábrica de Alfa. El máximo goleador del conjunto armero, con ocho goles, termina contrato el día 30 y mientras Mendilíbar le suplicaba esta semana que, al menos, jugase hasta final de temporada con el Eibar, el chileno parece que tiene ganas de estrecharle las manos, o chocar el codo, a Ronaldo mientras hace la foto oficial que certifique su marcha al Valladolid.

El inquieto Mendilibar volverá a ver el partido desde la grada. Cumplirá su segundo encuentro de sanción tras ser expulsado frente al Athletic. Los armeros han ido de menos a más y Azkargorta, segúndo de Mendilibar, sólo pierde respecto a la pasada jornada al central Arbilla. Sigue de baja Iván Ramis. El argentino Escalante, y los exlevantinistas Pape Diop o Pedro León tienen opciones en el centro del campo y en el ataque Kike. Enrich y Charles pugnarán por uno o dos puestos en la delantera.

Tras Real Madrid, Getafe y Valencia, los guipuzcoanos habrán pasado el tramo más complicado de su calendario hasta final de temporada que afrontarán con el objetivo de continuar en Primera muchos años más.