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No pudo tener mejor debut oficial Carlos Alberto Parreira al frente del Valencia. El brasileño venía de dirigir a la selección de su país que ... se había proclamado campeona del mundo unos meses antes. Acompañado de su inseparable ayudante, Morací Sant'Anna, se sentó por vez primera en el banquillo valencianista la tarde del domingo 4 de septiembre de 1994 para ver cómo su equipo protagonizaba una espléndida exhibición. El Valencia estrenó la temporada de forma arrolladora en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid, al que superó por 2-4.
Por segunda vez en la historia los de Mestalla arrancaban la Liga fuera de casa consiguiendo un póker de goles. Sólo se registraba un precedente que se remontaba a la campaña 43-44. Aquel día se impusieron a la Real Sociedad en Atocha por idéntico marcador de 2-4. Los goleadores de entonces fueron: Gorostiza, que hizo un triplete, y Mundo, ambos de origen vasco. Al final del ejercicio, los valencianistas se proclamaron campeones de Liga por segunda vez. Medio siglo después se repetía la historia.
Aquel Valencia había echado la casa por la ventana. La plantilla se había renovado con fichajes estelares como los de Mazinho, Zubizarreta o Salenko; otros refuerzos eran de perfil menor, pero se les auguraba una gran proyección, caso de Otero y Engonga, procedentes del Celta, o Romero y Poyatos, fichados al Logroñés en compañía del delantero ruso que se había proclamado Pichichi del Mundial de Estados Unidos. Hubo otras incorporaciones menos relumbrantes, como el lateral Juan Carlos o el centrocampista Maqueda, procedentes del Barça y el Madrid, y que fueron titulares aquella tarde a orillas del Manzanares.
Paco Roig había desembarcado en el club como un huracán. Su promesa de 'Per un València, campió' causaba furor entre los aficionados. Con el exjugador Jesús Martínez como director deportivo, el Valencia había apostado por confeccionar una plantilla que compitiera al máximo nivel. Aquel triunfo tan impactante en el feudo de los colchoneros fue el prólogo de un ciclo de triunfos con marcadores rotundos en ese escenario en campañas sucesivas. En el siguiente ejercicio, con Luis Aragonés en el banquillo, el resultado fue de 2-3, con dos goles de Mijatovic y otro de Poyatos, cuando ambos equipos luchaban codo a codo por el título de campeón. En el curso 96-97, con Jorge Valdano en el banquillo, el triunfo fue por 1-4, con goles de Ortega, Leandro, Eskurza y José Ignacio. La racha se prolongó en años sucesivos con nuevas victorias del Valencia dirigido por técnicos diferentes como Ranieri, Cúper y Benítez.
El encuentro que abría la campaña 94-95 representó una jornada de estrenos. En el banquillo local se sentaba el colombiano Maturana, un técnico que ya había estado en el fútbol español al frente del Real Valladolid. El duelo enfrentaba a dos técnicos sudamericanos de reconocido prestigio que no acabaron la temporada. Ambos fueron destituidos, algo más que previsible conociendo a sus respectivos presidentes: el irascible Jesús Gil y Gil por los madrileños y el indomable Roig por los valencianistas. Tal para cual.
Pedja Mijatovic fue la gran estrella del partido. El montenegrino logró un triplete, el único como valencianista a lo largo de tres ejercicios. Aquella era su segunda campaña y todo apuntaba a que iba a mejorar las prestaciones de su primer año, en el que tuvo un arranque descomunal para ir disminuyendo su rendimiento a medida que avanzaba el campeonato. Mijatovic inauguró el marcador a los 25 minutos después de plantarse solo ante Abel, a quién batió con un habilidoso remate con el exterior del pie derecho. El Atlético igualó la contienda en los últimos minutos del primer tiempo.
El mazazo recibido poco antes del descanso no afectó lo más mínimo a los pupilos de Parreira que se mostraron muy resolutivos en los primeros compases de la segunda parte. Tres goles en poco más de diez minutos que dejaron al Atlético noqueado. Mijatovic volvió a marcar a los dos minutos de la reanudación en una acción individual que dejó en evidencia a la zaga local. Este tanto se convirtió en una losa para los colchoneros.
Oleg Salenko sacó tajada de los nervios y de las imprecisiones que atenazaron a los madrileños y logró el 1-3 gracias un remate preciso y potente desde la frontal del área. Ni siquiera habían transcurrido diez minutos desde el tanto anterior cuando Mijatovic hizo el cuarto, esta vez con un impecable remate de cabeza. Todo estaba visto para sentencia. El valencianismo se las prometía muy felices, pero el rumbo liguero no tardó mucho tiempo en torcerse.
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