iecisiete días de parón, a partir del encuentro disputado ayer noche en Butarque contra el Leganés. Y dependiendo como fuesen las cosas, tendríamos un período sin partidos más o menos calmado. Nunca tranquilo, con la victoria, todavía muy lejos de esa pausa y respiro que ... nos daría una mejor clasificación, pero sin ella, uffff, calma tensa, criticas, dudas e incertidumbre, muchísima incertidumbre ante un proyecto salvable a corto plazo, pero insalvable a medio y largo. Los jugadores nos pueden sacar de esta, en una nueva temporada de despropósitos en la gestión, con cero inversión y completa despreocupación. Pero, y las que vendrán, cómo se afrontarán, con qué garantías, con qué probabilidad de éxito. Situación muy preocupante, que tiene tan difícil como urgente solución. En cuanto a la motivación para enfrentar el choque, máxima. En estos momentos, un revés, contratiempo, adversidad, podría hacer desfallecer, pero de entrada, al cien por cien, necesitamos sumar, si puede ser de tres, y la intensidad y ambición debían estar presentes desde el inicio. Insisto, un golpe se debería poder encajar, quizá dos, ya más complicado, pero no debían llegar, se tenía que hacer lo imposible por evitarlo, y eso requería compromiso absoluto. Ruben Baraja decidió cambiar el sistema. No es tan importante el sistema, es más el modelo, la forma, las maneras y las intenciones que a nivel colectivo se plasman sobre el terreno de juego. Tres centrales y dos carrileros laterales. Meterte muy atrás no convenía, bajo mi punto de vista, presionar más arriba, incomodar y robar en campo contrario parecía la mejor via para la mejora y obtención de la victoria. Era importante comprobar cómo se iba a comportar el equipo, de ello dependía el resultado final, de eso y del acierto y los errores. Primera mitad dura de ver. El Leganés ni supo ni pudo sobrepasar las dos líneas defensivas del Valencia, la de cuatro en medio campo y la de cinco atrás. Y El Valencia salió varias veces a la contra, un par de veces por derecha y la oportunidad de Correia por izquierda, sin remate final. En el transcurso, muchos errores técnicos de control y pase, numerosas pérdidas. Estando relativamente mal, sólo el Valencia se acercó, ligerísimamente, al área rival. Mucho ritmo, pero escasa precisión, al menos el Leganés estaba muy lejos del gol. Segunda parte mucho más movida. Los equipos se rompieron algo más, se separaron las líneas en el Valencia, y dentro del equilibrio que mostraba el duelo, tuvo el Leganés su período de mayor dominio.
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