Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia

Visita a Cornellà para disputar el enfrentamiento aplazado ante el Espanyol. Bajo mi punto de vista, un rival algo superior al Valladolid. Baraja, ratificado en el cargo, debía encontrar lo antes posible una solución a los problemas del equipo. Insisto, los jugadores, principales protagonistas de ... este juego, tenían y tienen que dar un paso adelante, incrementando su rendimiento. Y los técnicos sacar más partido de lo que poseen.

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Le cuesta generar juego, controlar mayoritariamente los partidos, superar al rival en sensaciones y efectividad. Esto último, la efectividad, lo más complicado de lograr, pero el resto forma parte de los resultados que te de aplicar una idea correcta. Baraja ha demostrado que prefiere otra, defender, presionar, recuperar y correr. O mejoras esta, o cambias de idea, algo realmente difícil. Pero los problemas son estos, y estos son los que tendrán que resolver.

El entrenador valencianista optó en Cornellá por Dani Gómez arriba, acompañado en bloque defensivo 4-4-2 por Almeida arriba, no en ataque o con posesión de balón, dando libertad al portugués para mover y participar, Fran Pérez por la derecha, Diego por la izquierda arriba, Barrenechea y Pepelu en medio y Luis Rioja como lateral. Una nueva prueba más en busca de la recuperación.

Primera mitad de ritmo, mucho ritmo, quizá demasiado. Al menos en los primeros y últimos diez minutos, ida y vuelta sin control, sin parar a pensar, Presión intensa y muchas pérdidas por parte de ambos equipos. A partir del diez, el Valencia mejoró considerablemente, fue el que paró, templó y pensó. Llegó a tener casi el 70% de posesión, pero eso sí, sin generar ocasiones, aunque ya sí controlando mejor lo que estaba pasando. Aun así, Puado al larguero, pudieron adelantarse. Diego López la réplica. Y dos ocasiones más para Puado, creadas a pesar de su escasa posesión y su poco control. Demasiadas para el delantero del Espanyol y se pusieron, lamentablemente, por delante. Concedimos más de lo que del juego del Valencia se esperaba, y no aprovechamos, como siempre, el par que tuvimos.

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Marcó Diego el gol del empate, pelota al segundo palo que deja pasar Dani Gómez, y el asturiano la mete por el único lugar por la que podía entrar. Y la segunda parte fue muy igualada, otra vez de un ritmo endiablado, pocas oportunidades y la incertidumbre de que cualquiera de los dos equipos podía llevarse la victoria. Por sensaciones, e independientemente de cómo hubiese terminado el encuentro, creo que el equipo estuvo algo mejor. El esfuerzo, compromiso y deseo de los jugadores el adecuado, y en cuanto al juego, hubo momentos de control y algo más de vistosidad que, al fin y al cabo, es lo que te permite ser más creativo en ataque. Un punto más, no suficiente, pero si se suman los tres ante el Deportivo Alavés, quien sabe, podría significar el comienzo de la recuperación.

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